viernes, 20 de junio de 2014

8:

-Me encanta la idea de que vengas con nosotros. -dijo Sasha, abrazando a Francesca.

-Gracias.

-Ven, vamos a escoger una tabla. -dijo Sasha tirando de la muñeca de Francesca. Entraron en el café y, más exactamente, en la parte de atrás, donde los dueños guardaban las cosas.- Peter, me llevo una tabla más.

-Llévate las que quieras, Sasha. -dijo ese tal Peter. Estaba sentado detrás de un escritorio mirando unos documentos.

-¿Cuál quieres? -le preguntó Sasha a Francesca, con una sonrisa en la cara, como siempre.

-Da igual...

-Escoge una, son todas muy buenas. -le dijo Peter a Francesca.

-Pues esta. -dijo Francesca cogiendo una tabla.- ¿Cuánto es?

-Una sonrisa. -dijo Peter. Francesca se sorprendió y se quedó mirándolo. Peter y Sasha se rieron.- Es broma, no cuesta nada para los amigos de Sasha.

-Venga, vamos. ¡Hay olas fantásticas! -dijo Sasha, volviendo a tirar de Francesca.- Adiós Peter.

-Hasta luego. -dijo Peter, riéndose de Sasha y de Francesca.

-¿Quién es Peter? -le preguntó Francesca a Sasha, cuando salían hacia la playa.

-Mi hermano mayor. -dijo Sasha.

-¿Tienes un hermano mayor? -preguntó Francesca.

-En realidad, medio hermano. Es hijo de mi madre, no de mi padre. -explicó Sasha. Francesca se sorprendió de la facilidad con la que Sasha le había contado lo de su hermano.- No me mires así. Todo el mundo aquí sabe que mi hermano y yo somos de padres diferentes. No es para tanto. -dijo con una sonrisa.

-Chicas, vamos. Se va a hacer de noche y no vamos a surfear nada. -dijo Tina, a su lado.

Ella ya estaba sin el vestido, el cual tiró sobre la arena, cogió su tabla y salió corriendo hacia el agua. Los chicos ya estaban allí. Sasha tiró los pantalones y la camiseta sobre su bolso, cogió la tabla y se fue al agua. Francesca supuso que no había peligro de robo en la playa, ya que todos habían dejado sus cosas en la arena, sin nadie que las cuidara. Así que ella hizo lo mismo. Dejó su ropa en la arena y se fue directamente al agua.

Louis le enseñó a nadar cuando era pequeña, y cuando tenía catorce le enseñó a hacer surf. Fue fácil para ella. Amaba el agua y no le molestaba pasar todo el día en el mar, con su padre, aprendiendo a surfear. Volver a hacerlo ese verano la reconfortaba, no quería dejar atrás cosas porque ya no las pudiera hacer con él. Aunque era un buen motivo.

-¡Francesca, esa! -le gritó Darren.

Le señaló una ola y Francesca sonrió. Remó hasta una altura considerable y espero a que la ola llegara. Cuando llegó remó en el mismo sentido que la ola y cuando ya estaba estable se levantó. La aprovechó hasta el final y cuando terminó se volvió a sentar en la tabla. Darren remó hasta ella.

-Eres buena. -le dijo Darren. El resto le gritaban y silbaban desde más lejos.

-Gracias, me enseñó el mejor. -dijo Francesca con una sonrisa. Se tumbó sobre la tabla y se alejó remando.

Fue una tarde de martes realmente productiva. Francesca disfrutó de las olas, tal y como hacía con su padre. La verdad es que desde que había llegado a Fear Hill todo le recordaba a su padre. Allí estaba su historia. Tengo que saber más de él, aquí está la respuesta pensó mientras estaba sobre una ola. Sonrió para si misma y siguió disfrutando. ¡En la biblioteca! Allí tiene que haber información de papá volvió a pensar mientras esperaba a una ola, al lado de Blake.

-¿En qué piensas? -le preguntó Blake, sacándola de sus pensamientos.

-En lo mucho que tengo que hacer este verano. -dijo Francesca, con una sonrisa sincera.

-¿Muchas cosas? ¿Además de enseñarme historia? -dijo Blake, provocando la risa de Francesca.

-Podemos empezar cuando quieras. ¿Mañana en la biblioteca? -preguntó Francesca. Pensó que sería una buena excusa para pasar tanto tiempo allí.

-¿Mañana? ¿Ya? -preguntó Blake, decepcionado.

-Cuanto antes empecemos antes terminaremos. -le dijo Francesca. Blake bufó y asintió.

-Está bien. Disfrutaré de mi último día de libertad. -dijo empezando a nadar.

-¡Solo será por la mañana! ¡No te voy a quitar la libertad! -gritó Francesca, mientras Blake se iba nadando.

-¡Eso me dijeron el primer día de la escuela! -se quejó él.

Francesca se rió y suspiró profundamente. Le encantaba el olor a mar. Amaba el agua. Todos los veranos iba de vacaciones con sus padres, a una casa en la playa. Esa era su época favorita. La noche empezó a caer y los chicos salieron del agua. Se enrollaron en sus toallas y se sentaron sobre la arena.

-Fue un buen día. -dijo Tina.

-Sí, hubo olas buenísimas. -añadió Darren.

-Buenas olas, buen día. -dijo Ian. Todos se rieron.

-¿Queréis comer algo? -preguntó Sasha.- Podríamos ir al café y comer algo.

-Me muero de hambre. -admitió Darren.

-Pues vamos. -dijo Sasha.- Seguro que mi madre ya no está y mi hermano no nos va a decir nada. -dijo Sasha.

Los seis se levantaron y fueron al Sasha's. Efectivamente, allí solo estaba Peter. Los saludó y los acompañó comiendo con ellos. Todos comieron unos bocatas juntos. Juntaron varias mesas para sentarse cómodamente.

-¿Y tú, Francesca, por qué estás aquí? -le preguntó Peter.

-Estoy pasando el verano con mis tíos. -dijo Francesca.- Nina y Sean Guntler.

-¿Eres la prima de Vicky? -preguntó Peter. Francesca asintió y se acordó de que le quería hacer una pregunta a sus tíos que no pudo hacer. Así que pensó que podía hacerlo en ese momento.

-¿Por qué es tan famosa Victoria aquí? -preguntó Francesca. La pregunta descolocó a todos.- Todo el mundo me pregunta por ella.

-Vicky, digamos que es famosa por cómo es. -dijo Tina, pensativa.

-Es que todavía no la conozco. -dijo Francesca.

-¿No llega el viernes? -preguntó Ian. Francesca asintió.- Pues ya la vas a conocer en tres días.


La duda carcomió a Francesca. Quería saber porque su prima era tan famosa en Fear Hill.

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