-Me
encanta la idea de que vengas con nosotros. -dijo Sasha, abrazando a
Francesca.
-Gracias.
-Ven,
vamos a escoger una tabla. -dijo Sasha tirando de la muñeca de
Francesca. Entraron en el café y, más exactamente, en la parte de
atrás, donde los dueños guardaban las cosas.- Peter, me llevo una
tabla más.
-Llévate
las que quieras, Sasha. -dijo ese tal Peter. Estaba sentado detrás
de un escritorio mirando unos documentos.
-¿Cuál
quieres? -le preguntó Sasha a Francesca, con una sonrisa en la cara,
como siempre.
-Da
igual...
-Escoge
una, son todas muy buenas. -le dijo Peter a Francesca.
-Pues
esta. -dijo Francesca cogiendo una tabla.- ¿Cuánto es?
-Una
sonrisa. -dijo Peter. Francesca se sorprendió y se quedó mirándolo.
Peter y Sasha se rieron.- Es broma, no cuesta nada para los amigos de
Sasha.
-Venga,
vamos. ¡Hay olas fantásticas! -dijo Sasha, volviendo a tirar de
Francesca.- Adiós Peter.
-Hasta
luego. -dijo Peter, riéndose de Sasha y de Francesca.
-¿Quién
es Peter? -le preguntó Francesca a Sasha, cuando salían hacia la
playa.
-Mi
hermano mayor. -dijo Sasha.
-¿Tienes
un hermano mayor? -preguntó Francesca.
-En
realidad, medio hermano. Es hijo de mi madre, no de mi padre.
-explicó Sasha. Francesca se sorprendió de la facilidad con la que
Sasha le había contado lo de su hermano.- No me mires así. Todo el
mundo aquí sabe que mi hermano y yo somos de padres diferentes. No
es para tanto. -dijo con una sonrisa.
-Chicas,
vamos. Se va a hacer de noche y no vamos a surfear nada. -dijo Tina,
a su lado.
Ella
ya estaba sin el vestido, el cual tiró sobre la arena, cogió su
tabla y salió corriendo hacia el agua. Los chicos ya estaban allí.
Sasha tiró los pantalones y la camiseta sobre su bolso, cogió la
tabla y se fue al agua. Francesca supuso que no había peligro de
robo en la playa, ya que todos habían dejado sus cosas en la arena,
sin nadie que las cuidara. Así que ella hizo lo mismo. Dejó su ropa
en la arena y se fue directamente al agua.
Louis
le enseñó a nadar cuando era pequeña, y cuando tenía catorce le
enseñó a hacer surf. Fue fácil para ella. Amaba el agua y no le
molestaba pasar todo el día en el mar, con su padre, aprendiendo a
surfear. Volver a hacerlo ese verano la reconfortaba, no quería
dejar atrás cosas porque ya no las pudiera hacer con él. Aunque era
un buen motivo.
-¡Francesca,
esa! -le gritó Darren.
Le
señaló una ola y Francesca sonrió. Remó hasta una altura
considerable y espero a que la ola llegara. Cuando llegó remó en el
mismo sentido que la ola y cuando ya estaba estable se levantó. La
aprovechó hasta el final y cuando terminó se volvió a sentar en la
tabla. Darren remó hasta ella.
-Eres
buena. -le dijo Darren. El resto le gritaban y silbaban desde más
lejos.
-Gracias,
me enseñó el mejor. -dijo Francesca con una sonrisa. Se tumbó
sobre la tabla y se alejó remando.
Fue
una tarde de martes realmente productiva. Francesca disfrutó de las
olas, tal y como hacía con su padre. La verdad es que desde que
había llegado a Fear Hill todo le recordaba a su padre. Allí estaba
su historia. Tengo que saber más de él, aquí está la respuesta
pensó mientras estaba sobre una ola. Sonrió para si misma y siguió
disfrutando. ¡En la biblioteca! Allí tiene que haber información
de papá volvió a pensar mientras esperaba a una ola, al lado de
Blake.
-¿En
qué piensas? -le preguntó Blake, sacándola de sus pensamientos.
-En
lo mucho que tengo que hacer este verano. -dijo Francesca, con una
sonrisa sincera.
-¿Muchas
cosas? ¿Además de enseñarme historia? -dijo Blake, provocando la
risa de Francesca.
-Podemos
empezar cuando quieras. ¿Mañana en la biblioteca? -preguntó
Francesca. Pensó que sería una buena excusa para pasar tanto tiempo
allí.
-¿Mañana?
¿Ya? -preguntó Blake, decepcionado.
-Cuanto
antes empecemos antes terminaremos. -le dijo Francesca. Blake bufó y
asintió.
-Está
bien. Disfrutaré de mi último día de libertad. -dijo empezando a
nadar.
-¡Solo
será por la mañana! ¡No te voy a quitar la libertad! -gritó
Francesca, mientras Blake se iba nadando.
-¡Eso
me dijeron el primer día de la escuela! -se quejó él.
Francesca
se rió y suspiró profundamente. Le encantaba el olor a mar. Amaba
el agua. Todos los veranos iba de vacaciones con sus padres, a una
casa en la playa. Esa era su época favorita. La noche empezó a caer
y los chicos salieron del agua. Se enrollaron en sus toallas y se
sentaron sobre la arena.
-Fue
un buen día. -dijo Tina.
-Sí,
hubo olas buenísimas. -añadió Darren.
-Buenas
olas, buen día. -dijo Ian. Todos se rieron.
-¿Queréis
comer algo? -preguntó Sasha.- Podríamos ir al café y comer algo.
-Me
muero de hambre. -admitió Darren.
-Pues
vamos. -dijo Sasha.- Seguro que mi madre ya no está y mi hermano no
nos va a decir nada. -dijo Sasha.
Los
seis se levantaron y fueron al Sasha's. Efectivamente, allí
solo estaba Peter. Los saludó y los acompañó comiendo con ellos.
Todos comieron unos bocatas juntos. Juntaron varias mesas para
sentarse cómodamente.
-¿Y
tú, Francesca, por qué estás aquí? -le preguntó Peter.
-Estoy
pasando el verano con mis tíos. -dijo Francesca.- Nina y Sean
Guntler.
-¿Eres
la prima de Vicky? -preguntó Peter. Francesca asintió y se acordó
de que le quería hacer una pregunta a sus tíos que no pudo hacer.
Así que pensó que podía hacerlo en ese momento.
-¿Por
qué es tan famosa Victoria aquí? -preguntó Francesca. La pregunta
descolocó a todos.- Todo el mundo me pregunta por ella.
-Vicky,
digamos que es famosa por cómo es. -dijo Tina, pensativa.
-Es
que todavía no la conozco. -dijo Francesca.
-¿No
llega el viernes? -preguntó Ian. Francesca asintió.- Pues ya la vas
a conocer en tres días.
La
duda carcomió a Francesca. Quería saber porque su prima era tan
famosa en Fear Hill.

Mássss NOveeeee!!!!!
ResponderEliminarMás!!!!!! Me intriga mucho victoria!! Mucho mucho
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