-A
ver, Paul. Tenemos como opciones: playa, jardines, hotel o iglesia.
-le dijo Micaella a Paul. Micaella, Paul, Brooke y Catherine estaban
preparando el lugar de la boda en FunnyCoff.
-Iglesia
no. -dijo Paul.
-En
la playa nos podemos manchar... -añadió Brooke.- Y en unos jardines
puede que llueva.
-Da
buena suerte. -dijo Paul.
-Pero
se me estropea el vestido. -dijo Brooke.- Hotel. -decidió Brooke.
-¿Paul?
-preguntó Micaella.
-Ella
manda. -dijo Paul, señalando a Brooke.
-Decidido,
hotel. -dijo Catherine. Entonces, Morgan y Esther entraron en
FunnyCoff, riéndose. Dejaron sus paraguas en la entrada y se
acercaron a pedir sus cafés. Brooke se quedó mirándolas.
Desde
que conoce a Paul y su entorno esas dos chicas están ahí. Esther
era su mejor amiga y Morgan su ex. Las dos eran muy amigas, es más,
Esther fue quién creó aquella pareja. Estuvieron juntos durante un
año y medio. Pero, cuando cortaron, ambos siguieron siendo amigos.
Los tres solían pasar tardes juntos, daba igual cómo. Y por eso
Brooke las envidiaba. Envidiaba la amistad de Esther y Morgan. Y,
sobre todo, se intentaba imaginar cómo era aquella relación que
Paul y Morgan tuvieron.
-Brooke,
¿qué miras? -le preguntó Paul. Entonces él se giró y vio a sus
amigas.- ¿Me disculpáis? Tengo que hablar con Esther.
-Claro,
ve. -dijo Catherine.
Paul
se acercó a las chicas y las sorprendió mientras esperaban por sus
cafés.
-¿Qué
hacéis aquí? -preguntó Paul. Sus dos amigas saltaron del susto y
Paul se rió.
-Que
susto, Paul... -dijo Esther.- Estamos comprando café para una tarde
juntas.
-¿Una
tarde vosotras dos juntas y no me invitasteis? -preguntó Paul,
haciéndose el ofendido.- Vamos, estamos allí. Venid con nosotros.
-No,
estáis preparando la boda, ¿no? -preguntó Morgan.
-¿Por
qué no? Vamos, tu amiga ya rechazó ser mi madrina, no rechacéis mi
invitación a sentaros con nosotros. -dijo Paul.
-¿Rechazaste
ser su madrina? -preguntó Morgan sorprendida. Esther asintió.-
Persona más rara no conozco...
-Bueno,
pero la perdono porque es ella. -dijo Paul, abrazando a Esther por
los hombros.
-Que
suerte... -exclamó Esther. Los tres se rieron.
-Siempre
sentí envidia de la relación de Paul, Esther y Morgan. -confesó
Catherine. Micaella y Brooke la miraron.- Sí, son tan amigos... Es
como la amistad de John y Lauren.
-John
y Lauren siempre están discutiendo. -dijo Micaella, riendo.
-Y
Paul y Esther también. Discuten por cada tontería... -dijo
Catherine.- Por cierto, ¿vais a invitar a Sammuel? -le preguntó a
Brooke.
-¿A
la boda? -preguntó Brooke, que estaba distraída. Catherine
asintió.- Claro, Paul se lleva muy bien con él.
-A
mi Esther me da envidia por Sammuel. Vaya novio le tocó. -dijo
Micaella.
-Después
de perseguirlo durante años... -dijo Catherine riendo. Micaella y
Brooke preguntaron con la mirada, otra vez.- Conocimos a Sammuel en
un campamento de verano hace doce años. Siempre fue un chico guapo
y, para Esther, era su amor platónico.
-No
era tan platónico. -dijo Brooke.- Al final está con él.
-Ya,
al final resultó que él fue quién la buscó hace unos años...
-dijo Catherine.
-¿Hace
cuánto tiempo que están juntos? -preguntó Brooke.- Yo hace poco
que lo conozco.
-Hace...
-dijo pensativa Catherine.- Creo que hace cuatro años.
Entonces
Paul volvió con Esther y Morgan.
-¿Hace
cuánto tiempo que estás con Sam, Est? -le preguntó Catherine,
repentinamente. Esther se sorprendió y se quedó quieta unos
segundos.
-Creo
que casi cinco años. -dijo Esther.
-¿Cómo
que “creo”? -le preguntó Micaella riendo.
-Sí,
no llevamos la cuenta. -dijo Esther.
-Es
la persona más rara que conozco. -les dijo Morgan, por segunda vez
en el día. Todos se rieron.
-Chicas,
¿no os importa que Morgan y Esther se unan a nosotros, verdad? -dijo
Paul.
-No,
sentaros, por favor. -dijo Brooke, con una sonrisa.
-Pero
nosotras no opinamos. -dijo Morgan, sentándose.- Sólo queremos
tomar un café y hablar un poco.
-No
te preocupes. -dijo Brooke. Las dos se quedaron mirando hasta que
Micaella volvió a hablar.
-Oye,
¿y por qué no en la playa? -volvió a proponer Micaella.
-Te
dije que no, que nos manchamos. -repitió Brooke.
-Pero
en la playa sería genial... -dijo Paul. Él y Brooke chocaron sus
manos.
-Yo
estoy con Brooke. La playa es una mala idea... -dijo Catherine. Los
cuatro miraron a Esther y Morgan, pidiendo opiniones.
-A
mi me gusta la playa... -dijo Morgan.
-¿Y
por qué no las dos cosas? -propuso Esther.
-No
te entiendo. -dijo Brooke.
-Claro,
conozco un hotel del sur. Está al lado de la playa y es de buena
calidad. -explicó Esther.
-¿Dónde
sería entonces? -preguntó Paul.
-En
Torquay. -dijo Esther. La pareja se miró y sonrió.

Me cae mal Morgan, andate a la china y no vuelvas >:(
ResponderEliminarMásss Noveee!!!!