martes, 6 de mayo de 2014

04.-Las chicas del vestido.

Brooke! -le gritaron un par de voces, mientras ella hacía la compra. En cuanto las vio les sonrió y ellas corrieron a abrazarla.

-Hola, chicas. -dijo riendo Brooke, ante tanta emoción de sus amigas.

Ellas eran Emma Love y Taylor Watson. Si alguien que no las conociera las definiera lo haría como las típicas chicas que llevan juntas toda su vida, inseparables, engreídas, tontas, superficiales, adictas a la moda... En algo de eso acertarían, porque Emma y Taylor eran muy amigas y adictas a la moda. Siempre a la última y nunca mal peinadas.


-Tengo que pediros un par de cosas. Pero, ¿por qué no mejor vamos a mi casa? -les propuso Brooke.

-Claro, vamos. -dijo Emma, emocionada.

Las tres pagaron sus compras y fueron caminando hasta la casa de Brooke. Micaella no estaba en casa, sino trabajando. Brooke las invitó a un té y las tres se sentaron en el salón.

-A ver, chicas, ya os dije que me caso, ¿no? -dijo Brooke.

-Claro, que nos lo dijiste Brooke. -dijo Taylor.

-Además es el único tema de conversación de Micaella. -añadió Emma. Emma y Taylor eran muy amigas de Micaella, también.

-Bueno, tengo que hacer muchas cosas en muy poco tiempo. Esther nos propuso un lugar, iremos a verlo, pero confiamos ciegamente en ella. Tengo una tarea para vosotras. -dijo sonriente.

-¿Para nosotras? -preguntó Taylor, sorprendida.

-¿Nosotras y Mic, no? -preguntó Emma.

-No, para Micaella ya tengo decidido otra tarea. Pero creo que vosotras sois perfectas para ayudarme con mi vestido de novia. -dijo sonriente. Sus dos amigas se emocionaron.

-¿En serio? -preguntó Taylor, con sus manos en el pecho.

-¿No te pondrás a llorar, no? Porque lo retiro. -le amenazó Brooke.

-No, no va a llorar. -dijo Emma, dándole un codazo a Taylor. Se acercó a Brooke y la abrazó, Taylor también se unió al abrazo.- Brooke, será todo un honor para nosotras ayudarte con tu vestido de novia.

-Ayudarme, yo decido. -avisó Brooke.

-Claro, amiga. -dijo Taylor.

-Tengo un par de revista que me dejó Micaella. ¿Las queréis ver? -propuso Brooke.

Sus amigas asintieron. Brooke fue a buscar las revistas y volvió con sus amigas. Estuvieron casi una hora ininterrumpida leyendo revistas y ojeando vestidos de novias. Pero el timbre de su casa sonó y a Brooke se le iluminó la sonrisa.

-¿Y esa sonrisa? -preguntó Taylor.

-Es Paul, tonta. -dijo Emma.- Nosotras nos vamos, Brooke.

-Os podéis quedar si queréis. -dijo Brooke, abriendo la puerta.

-No queremos molestar, seguro que no tenéis mucho tiempo de tranquilidad y seguro que necesitáis un poco de amor... -dijo Taylor, riéndose.

Brooke, le pegó en un brazo cuando pasó por su lado. Pero cuando Taylor y Emma iban a salir de la casa de su amiga, Esther apareció en escena.

-Brooke, ¿no está Paul todavía aquí? -preguntó Esther, al ver a Emma y a Taylor.

-No, es más, pensé que tú eras Paul. -confesó Brooke, con una sonrisa.- Pero pasa.

-Nosotras nos vamos. -repitió Taylor.

-En placer veros, chicas. Por cierto, ¿esa blusa de dónde es, Emma? -le dijo Esther.

-Si te lo digo la magia se va. -dijo Emma con una sonrisa. Después le dijo el nombre de la tienda, pero sin emitir sonido alguno.

-Hasta luego. -dijo Taylor, antes de salir y cerrar la puerta.

-Siéntate, Esther. Todavía quedó té y podemos esperar al puntual de Paul juntas. -dijo Brooke. Sirvió otras dos tazas de té y esperaron a Paul entre risas y cotilleos. Cuando Paul llegó la cosa se puso seria.

-Chicos, tengo que contaros algo. -dijo Esther.

-¿Pasó algo malo? -preguntó Paul, preocupado.

-En realidad es algo bueno. -dijo Esther.

Estás embarazada! -gritó Brooke.

-No, no estoy embarazada. -dijo Esther, riéndose.- Me acaban de ofrecer una beca para un curso de bioquímica en Madrid. Dura cuatro meses y empiezo la semana que viene.

-¿Cuatro meses? -preguntó Paul.- Retrasamos la boda. -le dijo a Brooke.

-De eso nada, yo volveré para la boda, no te preocupes. Pero no os podré ayudar en nada más. -explicó Esther. Dejó un folleto encima de la mesa.- Es el hotel del que os hablé.

-Lo tendremos en cuenta. -dijo Brooke, agarrando el folleto.

-Bueno, ahora me voy. -dijo Esther, levantándose.- Todavía tengo que ir a cuatro casas más y comunicarles esto.

-Sam se va contigo, ¿no? -dijo Paul, acompañándola hasta la puerta.

-No, no puede dejar su trabajo. Me voy sola, mis primas siguen viviendo allí y me ayudarán. -explicó Esther.

-¿Cuándo te vas? -le preguntó Brooke.

-Dentro de dos días. Quiero instalarme con tiempo. Avisadme sobre la fecha de la boda, os prometo que estaré aquí.


Esther se despidió de sus amigos y siguió avisando a sus seres más queridos de su viaje. En dos días, Esther se fue a España.

1 comentario:

  1. Yo lo único que pido es que el matrimonio no se cancele ;)
    Másss Noveeee!!!!

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