viernes, 21 de febrero de 2014

Embarazo, desayuno y entrenamiento.


Febrero había llegado y contra pronósticos de todos, todos los equipos de Duendes Verdes estaban consiguiendo victorias y avances. Kayla ya estaba más gorda por el embarazo y había actuado un par de veces en algunos bares de los alrededores. William y Brianna avanzaban en su relación y Brianna se había convertido en una entrenadora más para el cadete femenino. Kayla es mañana intentaba ponerse unos vaqueros ajustados.

-¿Qué haces? -le preguntó Eric cuando la vio pelearse con la cremallera del pantalón.

-No me abrocha. -dijo ella, intentándolo otra vez.

-Normal, Kayla. -le dijo él, agarrando sus manos para que parase de intentarlo.- Estás embarazada.

-Y gorda. -añadió ella.

-Sí, normalmente las mujeres durante el embarazo engordan. Toma, ponte esto. -sacó un vestido de embarazada.

-Yo quería ponerme los vaqueros... -se quejó ella.

-Pero no puedes. -le dio un beso y bajó a la cocina.

Después de vestirse y preparase, se fue caminando hacia Cazadores de Duendes. Allí había quedado para desayunar con Brianna y Cassandra. Cuando llegó, las dos ya estaban allí, hablando con Tara.

-Hola, chicas. -dijo con una sonrisa, sentándose en una silla.

-Que bonito vestido, Kayla. -le dijo Tara.

-Gracias...

-Pero, llegas tarde. -le dijo Cassandra.

-Lo siento, tuve un problema con unos pantalones. Pero todo solucionado. -explicó ella.

-¿Qué te traigo, Kayla? -le preguntó Tara.

-Un café con leche y unas tostadas con mermelada. -le dijo Kayla. Tara se disculpó para llevarles el desayuno a la mesa. Las chicas se pusieron a hablar y Tara les llevó el desayuno. Mientras desayunaban, Wesley, Eric y Christine, entraron en la cafetería.

Entrenadoras! -exclamó Eric, al verlas.

-Hola, chicos. -dijo Cassandra con una sonrisa.

-Chicos, ¿no tenéis clase hoy? -les preguntó Kayla.

-Es sábado, Kayla. -le recordó Brianna. Los chicos se rieron.

-Perdón, estoy un poco perdida. -se disculpó ella, volviendo a sus tostadas.

-¿Listos para los partidos de hoy? -les preguntó Brianna. Esa tarde jugarían tanto el equipo juvenil masculino, como el cadete femenino, como el senior femenino.

-Siempre estamos preparados. -dijo Wesley.

-¿Vosotras? -les preguntó Christine a Cassandra y a Brianna.

-Por supuesto. -dijeron a coro las dos.

-Bueno, vamos a pedir un café y nos vamos. -dijo Eric sonriente. Se acercaron a la barra y pidieron sus cafés. William entró y al ver a las chicas se acercó a ellas.

-Hola, chicas... -dijo besando las cabezas de Cassandra y Kayla. Cuando iba a darle un beso a Brianna, ésta le hizo gestos para que no lo hiciera ya que estaban allí los jugadores y habían prometido intentar guardarlo en secreto por un tiempo. Pero William no entendió y la besó de todos modos.

-Will... -le dijo ella, separándolo. Entonces señaló con la mirada a los chicos. William se giró hacia donde ella le señalaba y vio a Christine con la boca abierta y tapándosela mientras que Eric y Wesley se reían.

-Mierda... -musitó William. Los tres se fueron riéndose y William se sentó con las chicas a desayunar. Cuando Tara se acercó, William preguntó:- ¿Y Noel?

-Se fue con las niñas a las pistas de las vías. -informó ella.


-A ver, Kelly, no puedes dar más de dos pasos sin botar el balón. -le explicaba Noel a su hija.

-¿Por qué? -preguntó Lisa.

-Porque así son las reglas. -dijo Noel.- Ahora, votad con la izquierda.

Cada una tenía su balón y hacían todo lo que su padre les indicaba. Votaban muy torpemente con la izquierda, pero todo iría mejorando con los años. Después les mandó tirar a canasta, ninguna de las dos le llegaba, pero Noel las levantó en brazos y cada una metió una canasta. Después se sentaron en la mesa.

-Papá, ¿vosotros erais buenos? -le preguntó Kelly.

-¿Nosotros? Éramos los mejores.

-Cuéntanos algo.

-A ver, ¿queréis que os cuente como ganamos el campeonato nacional? -les propuso. Las dos niñas asintieron y Noel empezó con su relato.- Os lo voy a contar todo desde el principio. Era mi último año de instituto, y vuestro tío y yo éramos los mejores del equipo.

-¿Tío Ryan? -preguntó Lisa. Noel asintió.

-Y ese año teníamos compañeros de equipo nuevos y entrenador nuevo. ¿Sabíais quién era mi entrenador? -las dos negaron, atentas a la historia.- Harry.

-¿Padrino? -preguntó Kelly. Sí, Harry Goldman era el padrino de Kelly Evans. Su madrina era Jane, que ahora vivía en California, entrenando a un equipo de chicas.

-Sí, el mismo. -dijo Noel. Después continuó con su historia.- Nosotros no ganábamos casi nunca, pero cuando llegó Goldman empezamos a entrenar de verdad. Entrenábamos muy duro, pero después ganábamos los partidos. -el claxon de un coche lo interrumpió. Cuando se giró vio a su hermano y a su sobrino esperándolos.- Otro día termino de contaros la historia. Ahora vamos, que hoy comemos con el tío Ryan.


Las niñas cogieron sus cosas y subieron al coche, al lado de su primo. Noel subió al lado de su hermano y Ryan condujo hasta su casa, donde Mónica preparaba la comida. Más tarde llegó Tara de trabajar. Ese día comieron en familia y después fueron a ver los partidos de Duendes Verdes.

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