sábado, 8 de febrero de 2014

Doctora Parsons.


-Doctora Parsons, tiene un paciente en la sala tres. -le dijo el enfermero. Brianna le sonrió y fue a la sala tres. Allí estaba un hombre sentado en la camilla, de espaldas y sin camiseta.

-Buenas tardes... -dijo ella leyendo la ficha del paciente que le acaban de dar. Entonces leyó en nombre del enfermo.- ¿William?

-¿Brianna? -preguntó él al verla con el ambo blanco y el fonendoscopio colgado del cuello.

-¿Qué te pasa? -le preguntó, refiriéndose a su salud.

-No se, me dio un ataque y no podía respirar. -explicó él.

-Te daría un ataque de pánico. -dijo ella. Se puso el fonendoscopio y lo pasó por su pecho, mientras hablaba con él.- ¿Estabas solo?

-No, estaba con Mery. Estábamos con lo del divorcio. -explicó él.

-Por eso te dio el ataque de pánico. -dijo ella colgando el fonendoscopio en el cuello otra vez.- Ya estás bien, pero te voy a recetar unas pastillas. -dijo apuntando en su carpeta.- Te tomas una cada día y si la semana que viene vuelves y ya veremos si sigues tomándolas o no.

-¿Son antidepresivos? -le preguntó él, asustado. Ella se sentó a su lado en la camilla.

-No, son ansiolíticos.

-¿Tengo depresión? -preguntó él. Brianna le cogió la mano, que estaba sobre la rodilla de él.

-No, estás nervioso. Es normal, te estás divorciando, Will. Pero eso no quiere decir nada. Ahora vete casa y descansa.

-Gracias... -dijo él apretando la mano de ella.

-De nada, es mi trabajo. Además, me importas mucho Will. Y no me gusta verte así...

Se quedaron en silencio unos segundos. Ese fue el instante en el que William se acercó a ella y la besó. Ella sorprendida no respondió al beso y él entendió lo que estaba haciendo. Se separó rápido y se puso la camiseta. Se levantó, cogió la receta de las pastillas y la miró.

-Perdón... -dijo antes de salir casi corriendo. Brianna se quedó inmóvil, sentada en la camilla. Hasta que Cassandra entró.

-¿Ese era William? -preguntó señalando el camino por el que se había ido William.

-Si, si... -dijo ella reaccionando.

-¿Está bien? -preguntó Cassandra entrando.

-Le dio un ataque de pánico. -explicó Brianna recogiendo sus cosas.

-¿Por lo de Jenna? -preguntó Cassandra. Su amiga asintió.- Pobre, lo está pasando realmente mal.

-Si... -musitó ella.

-¿Te encuentras bien, Brianna? -le preguntó su amiga. Brianna levantó la cabeza y la miró.- Estás un poco pálida. ¿Por qué no te vas a casa? Yo te cubro...

-¿De verdad? Gracias... -dijo ella.

La abrazó, se quitó el ambo blanco y se fue a casa. Cuando llegó ésta estaba vacía. Se sentó en el sillón y pensó en lo que acababa de pasar. Se tocó los labios y no pudo evitar sonreír. No quería, pero sonrió. Entonces, se levantó y se acercó a una foto que tenía colgada en su pared. Eran ellos seis. Noel estaba abrazando a Cassandra por encima de los hombros. Kayla sonreía a la cámara al lado de Cassandra. Ryan pasaba el brazo por los hombros de Kayla y Cassandra. Y Brianna estaba subida a la espalda de William, su novio en aquella época. Entonces, un CD llamó su atención en la estantería. Era el CD con la película de París. La puso y se sentó en el sillón a verla.

Las escenas de Will y Noel, hablando como si fueran presentadores de un programa, presentaban los días y las escenas. Las imágenes de las siestas en el autobús eran las que más abundaban. También había imágenes de grandes jugadas de los partidos o la escena en la que les entregaron el trofeo a las chicas.

-Vamos a la piscina. -le dijo Cassandra a la cámara. La cámara las siguió a ella y a Kayla, y en el ascensor ya estaban casi todos los jugadores subieron apretados y las puertas del ascensor se cerraron.

-Parad, ¿nos podemos subir tantos aquí? -preguntó Mery.

-No. -contestó Ryan.

-Chicos, cuidado. -gritó Brianna.

-Cuidado que Brianna está ahí abajo. -dijo Noel. Todos se rieron y la cámara apuntó a Brianna abrazada a Will.

Paró el video en esa imagen y se quedó mirándola. Louis abrió la puerta sonriente y al ver que su novia había detenido la imagen ahí bufó y volvió a salir sin que ella se diera cuenta. Brianna no pudo evitar que se le salieran las lágrimas.

De repente, apagó la televisión, cogió su abrigo, las llaves de su coche y salió de su casa. Cogió su coche y condujo hasta las afueras de Bugle. Cassandra le mandó un mensaje a Louis.

Brianna no se encontraba bien y se fue para casa. Cuídala.”

Louis al leer esto, desde su coche, aparcado en la acera bufó otra vez. Entonces vio el coche de Brianna con ella al volante pasar por su lado. Negó y apoyó la cabeza sobre el volante. Brianna condujo apenas diez minutos. Cuando llegó a su destino aparcó y cerró el coche. Llamó a la puerta y la persona que esperaba ver le abrió.

-¿Brianna? -le preguntó por segunda vez en el día, William.

-Perdón yo también... -dijo antes de lanzarse contra él y besarlo.

Necesitaba volver a sentirlo. Hacía quince años que no sentía que un beso la llenara tanto. Él rodeó su cintura y la empujó hacia dentró. Cerró la puerta con el pie y siguió tirando de ella hasta las escaleras. Sin separarse ni una sola vez. William también la necesitaba más que nunca. Y entonces los dos entendieron el motivo por el cual tuvieron otras parejas. William se quería vengar de Brianna por irse a Oxford, y entonces conoció a Jenna. Y Brianna, después de enterarse del nuevo romance de William, la primera vez que volvía a casa desde Oxford, quiso vengarse también, por olvidarse tan rápido de ella.

Brianna era la culpable de que William estuviera pasando por el divorcio y estuviera sufriendo tanto. Y William era el culpable de que Brianna estuviera con otro y ahora lo estuviera engañando. Los dos eran culpables de sus sentimientos y de sus actos. Sabían que estaba mal, pero la ropa siguió cayendo de sus cuerpos. Él abrió la puerta de su dormitorio y se dejaron caer sobre la cama. Las gotas de lluvia golpeaban la ventana y las nubes hacían que pareciera que fuera de noche siendo apenas las seis.

Brianna se despertó con el brazo de William sobre ella. Se tapó la cara y negó. Sin hacer ruido, se levantó y recogió su ropa. Se vistió y salió de la casa. Seguía lloviendo así que corrió hasta el coche. Cuando entró y se vio reflejada en el espejo retrovisor se dio cuenta de su pelo alborotado y su maquillaje corrido. Se peinó con una coleta y se maquilló correctamente. Arrancó y cogió con fuerza el volante.


-¿Qué estás haciendo, Brianna? -se preguntó a si misma.

1 comentario:

  1. Awww al fin Brianna y Will si ellos no pueden estar separados ;)
    Mássss Noveeee!!!!!!

    ResponderEliminar