domingo, 9 de febrero de 2014

Consecuencias.


-Brianna tienes que dar la cara. -se dijo a si misma, parada delante de la puerta de su casa y con las llaves en la mano.- Pero, ¿qué le digo? Hola, cariño, me acabo de acostar con William... -dijo pensativa.- ¿Y si le pido consejo a alguien? Pero, ¿a quién? No, Brianna, no se lo puedes contar a nadie... -seguía hablando sola delante de la puerta de su casa, hasta que respiró profundo y abrió la puerta. Se encontró con Louis sirviendo la cena.

-Hola, ¿dónde estabas? -le preguntó mientras colocaba los vasos sobre la mesa.- Cassandra me dijo que te encontrabas mal y que te habías ido a casa.

-Si, me sentía un poco mareada. -explicó ella.- Fui a pasear por Bugle.

-Ah... -dijo él sentándose en la mesa. Brianna se sentó con él y empezaron a comer, en silencio.- Brianna, te vi salir en el coche. -dijo Louis mirando a la comida. Brianna lo miró.- Y ver el video de París. Dime la verdad... -pidió él.

-Está bien... -ella resopló y tomo aire.- Hoy por la tarde William vino a verme, como médico. Le dio un ataque de ansiedad. Estaba muy nervioso y me besó. -el dejó los cubiertos sobre la mesa, pero seguía sin mirarla.- Yo no le respondí, por eso, se fue avergonzado y corriendo. Entonces Cassandra entró y me dijo que tenía mala cara y que debía irme a casa a descansar. Yo vine a casa y me quedé mirando esa foto de allí. -él era la primera vez que levantaba la mirada para ver la fotografía que Brianna estaba señalando con la mano.- Entonces me dieron ganas de ver la película de París.

-Y paraste la imagen viéndote a ti y a William abrazados. -añadió él.

-Si... -esta vez ella bajó la mirada.- Sin saber porque cogí el coche y me fui a casa de William.

-Y os acostasteis. -era una afirmación. Ella bajó la mirada.- ¿Sigues enamorada de él, Brianna? -preguntó él. Ella no levantó la mirada y aquí quien calla otorga.- Gracias por decírmelo.

Brianna en ese momento no sabía si era una ironía o no, pero después entendió que lo decía en serio. Los dos se quedaron en la mesa, sin hablar, sin mirarse. Hasta que Brianna se levantó, cogió su abrigo y salió de su casa, otra vez. Esta vez no se subió al coche. No sabía a donde ir. No podía ir a casa de su tía y decirle que había engañado a su novio con William. No podía ir a casa de Noel, Ryan o Cassandra, tenían hijos y no quería que ningún niño viera en las condiciones que estaba. Solo le quedaba Kayla.

-Brianna, ¿qué pasó? -preguntó Eric cuando abrió la puerta y la vio llorando, desconsolada. La abrazó y la hizo entrar.- ¡Kayla! -gritó. Entonces Kayla bajó las escaleras y al ver a su amiga, la abrazó.- Voy a preparar un te. -dijo Eric antes de desaparecer.

-Brianna, tranquila... -le pidió Kayla, abrazándola.- Ven, vamos a sentarnos. -dijo llevándola hasta el salón. Se sentaron en el sillón y Brianna empezó a respirar con normalidad, otra vez.- A ver, ¿qué pasó?

Después de contarle a la pareja lo ocurrido volvió a llorar. Kayla la abrazó y Eric, desde la espalda de Brianna, le hizo señas. Dile que se quede a dormir, le dijo Eric, sin pronunciar ni un sonido. Ella asintió y le guiñó un ojo.

-Brianna, ¿por qué no te quedas a dormir aquí? -le dijo Kayla.

-No, no quiero molestar. Solo quería contárselo a alguien, desahogarme. -dijo ella limpiándose las lágrimas.- Ya me voy, siento...

-Brianna. -dijo Eric apoyando su mano en el hombro de ella.- Quédate. Dormís las dos arriba y yo duermo en la habitación de invitados.

-No, no Eric. ¿Aun encima quitarte tu cama? Yo ya me voy... -dijo levatándose. Eric hizo que se volviera a sentar.

-Tú te quedas. -dijo Kayla. Brianna miró a Eric.

-En esta casa manda ella. -dijo señalando a Kayla. Brianna se rió y Eric se levantó.- Voy a preparar la habitación de invitados, para mi. -insistió. Kayla le sirvió un te caliente a Brianna y después hablaron.

-Sigo queriendo a William. -confesó ella después de un largo monólogo.

-Si lo sigues queriendo, ¿cuál es el problema? -preguntó ella.

-Que está Louis y Jenna. -dijo Brianna.

-Para empezar, Jenna no es un problema. Ella abandonó a William. Y Louis no debería ser un problema si tú quieres a William. -dijo Kayla.

-Claro, para ti es fácil. Tú amas a Eric, Eric te ama a ti. Estáis esperando un hijo, lleváis juntos desde la universidad... -se quejó Brianna.

-Si, por eso lo puedo pensar en frío. Tú ahora estás nerviosa, -miró la pierna de Brianna que no paraba de golpear el suelo.- y no puedes pensar bien. Mejor quédate con nosotros un tiempo y cuando estés lista hablas primero con Louis y después con William.

Brianna asintió y se volvieron a abrazar. William después de lo que había pasado necesitaba hablar con alguien y llamó a Mery. Ella fue a su casa y él le explicó todo. Cuando Mery estaba a punto de darle su opinión, el timbre de la puerta sonó. William se disculpó y fue a abrir. Era Louis.

-Louis... -dijo cuando abrió la puerta. Mery corrió a la entrada y miró la escena desde la espalda de William. Louis apretó los labios y le pegó un puñetazo en toda la cara. William dio dos pasos atrás por el golpe y él bufó.

-Lo siento. -dijo antes de marcharse por donde había llegado. Mery, agarró la cara de William y miró la herida. Cerró la puerta y William se sentó en la mesa de la cocina a que Mery le curara la herida que tenía en la comisura de los labios.

-Esto te pasa por enamorarte de rubias... -le dijo Mery, mientras le echaba alcohol en la herida.

Esa noche Brianna y Kayla compartieron la cama de matrimonio de la casa de la segunda y Eric durmió en la habitación de invitados. A la mañana siguiente, cuando Brianna se despertó, se levantó sin hacer ruido para no despertar a Kayla. Bajó las escaleras y olió las tortitas que Eric estaba preparando.

-Tenía razón, Kayla... -dijo cuando entró en la cocina, sorprendiéndolo.

-¿En qué? -preguntó él, volviendo a mirar las tortitas.

-En que despertarse con el olor de las tortitas es lo mejor. -dijo riendo Brianna. Eric también se rió y entonces Kayla apareció en la cocina, despeinada, con mala cara y bostezando.

-Que cara tienes, cariño. -le dijo Eric.

-¿Algún problema con mi cara? -le dijo Kayla. Eric miró a Brianna y dijo.

-El mal despertar no es cosa del embarazo, siempre fue así. -le explicó. Brianna se rió y Kayla se sentó sin decir nada.

Brianna se sentó enfrente de Kayla y esperaron a que Eric les sirviera las tortitas. Primero se las sirvió a Brianna y cuando dejó el plato con tortitas delante de Kayla, le dio un beso en la mejilla. Brianna pensó en lo mucho que le gustaría tener una relación como la de Kayla y Eric.

1 comentario: