viernes, 31 de enero de 2014

Sus chicas.


-¿Para qué me llamasteis? -preguntó Mery sentándose en la mesa de Cazadores de Duendes, donde había quedado con Brianna y con Tara.

-Tenemos un problema. -le dijo Tara.

-Un gran problema. -añadió Brianna.

-Me estáis asustando. ¿Qué pasó? -preguntó Mery.

-Mira... -Brianna le dio su móvil con la foto de Jenna y aquel hombre besándose.

-¿Es Jenna? -preguntó Mery, mirando a las dos mujeres que estaban sentadas enfrente de ella.

-Si. La vimos ayer Cassandra y yo. -le dijo Brianna.- Yo se lo quiero contar a William, pero ellas dicen que es mejor que esperemos un poco porque él aun está mal por lo del divorcio.

-¿Quiénes son ellas? -preguntó Mery, refiriéndose a la explicación de Brianna.

-Cassandra, Mónica y yo. -dijo Tara.

-¿Tú que crees? -le preguntó Brianna.

-Yo estoy con ellas, Brianna. No se lo podemos contar... -dijo Mery. Brianna abrió la boca sorprendida.- Está muy deprimido aun. Si le decimos que Jenna está con otro hombre se derrumbará.

-Pero no podemos callarnos. Es nuestro amigo, ¿no? -dijo Brianna.

-Por eso, porque no queremos que sufra Brianna. -dijo Mery.

-Yo pensé que tú estarías de mi parte, Mery. -dijo Brianna sorprendida.

-Brianna, puedes hacer lo que quieras, pero yo no se lo voy a contar... -le dijo Mery.

-Yo tampoco, Brianna. -dijo Tara. Noel llegó y se sorprendió al verlas juntas.

-Hola, chicas. ¿Qué hacéis? -les preguntó acercándose a la mesa.

-Yo tomarme un café. -dijo Brianna.

-Yo pedir otro. -dijo Mery.

-Y yo servirle otro. -añadió Tara. A Noel esto le pareció más extraño todavía.- Voy a seguir con el trabajo. -se levantó y fue a atender a otros clientes.

-Bueno, yo me voy que tengo que ir a buscar a Leyda. -dijo Brianna, levantándose.- Adiós, Noel. -le dio un beso a su “hermano” y salió del café. 

Pensó unos segundos y decidió no ir a buscar a Leyda. Le mandó un mensaje a Jared y condujo hasta las afueras. Se paró delante de la gran casa y apagó el coche. Bajó y llamó al timbre. Un hombre le abrió la puerta y ella caminó hasta llegar a la casa.

Brianna! ¿Qué haces aquí? -le dijo William.

-Tenemos que hablar, Will. -dijo Brianna seria. William la invitó a pasar y le contó todo lo ocurrido. Lo que había pasado ayer en el centro comercial y lo que había pasado entre las chicas y la discusión sobre si contarle o no.- Pero no te enfades con ellas, lo único que querían era verte bien.

-Lo se, lo se... Y no me voy a enfadar con ellas ni mucho menos. Pero gracias por contármelo, Brianna.

-De nada... ¿cómo estás? -le preguntó, sentada a su lado en el sillón de él.

-¿La verdad o una mentira piadosa? -dijo él.

-La verdad, Will.

-Mal, muy mal... -confesó él. Ella bufó y lo abrazó.

-Lo siento... -le dijo ella. Después le hizo un te y los dos se lo tomaron juntos.

-No me puedo creer que me quiera hacer eso. Lo de que esté con otro, es asunto suyo. Pero que pretenda inventarse que tuve una aventura no es propio de ella.

-Deja de pensar en eso, William. Mira, yo me tengo que ir a trabajar, pero te llamaré por la noche. -Brianna le dio un beso en la cabeza a William y se fue de su casa.

William, anuló su entrenamiento con las chicas por motivos personales y se fue a pasear. Caminó hasta el centro y la noche cayó. Pero no le importaba. De repente, se le ocurrió ir a las pistas de las vías del tren. Le gustaba pensar y relajarse allí. Pero cuando llegó estaba ocupada, ni siquiera se acercó. Pero cuando escuchó la curiosa voz de Christine, se paró. Entonces, se acercó y vio a su equipo entrenado allí. Christine y Molly las estaban dirigiendo, como co-capitanas. Sonrió y las miró más de cerca. La primera en verlo fue Daphne, que dejó de hacer el ejercicio mirándolo y haciendo que el resto lo mirara también.

-Entrenador... -musitó Molly.

-No, yo suspendí el entrenamiento. Seguir con lo vuestro. -les dijo William, sentándose en la mesa para mirarlas, entrenando al aire libre en pleno invierno y voluntariamente. Las chicas estaban entrenando y William mirándolas cuando Cassandra pasaba hacia su coche. Se paró y reconoció a William. Se acercó y se sentó a su lado.

-Hola, Will. -dijo con una sonrisa.- ¿Esto es un nuevo método de tortura? Entrenar al aire libre en enero... -su amigo se rió.

-Brianna me lo contó todo. -le dijo él.- Gracias, por querer ocultármelo.

-Brianna es una vocazas... -se quejó ella. Después lo abrazó.- ¿Cómo te encuentras?

-Bueno... Algo mejor al ver esto. -dijo señalando a sus chicas entrenando.- Suspendí el entrenamiento y ellas están aquí, entrenando voluntariamente.

-Eso es lo que le falta a Duendes Verdes. Por eso ya no triunfa como antes... -dijo Cassandra.

-Es posible... -musitó William.

-¿Quieres venir a cenar a casa? -le propuso Cassandra.

-No, prefiero quedarme aquí. Pero vete, estaré bien. -le dijo haciendo una sonrisa forzada.

-Vale... -ella le dio un beso en la mejilla.- Pero mañana, por la mañana, te voy a ver.

-Me parece bien...

Cassanda se fue y William se quedó mirando como entrenaban sus chicas. No entrenaron el tiempo que solían entrenar normalmente, pero Christine, como no, se quedó un poco más. William se fue, y ella seguía allí. La saludó con la mano antes de irse y ella le sonrió. Eran sus chicas y estaba orgulloso de ellas, ellas si que eran sus chicas.

4 comentarios:

  1. ¡Que no este triste! :(
    Mássss Noveeee!!!!

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  2. Me encanta la nove.. Quiero que William sea feliz! Y que Briana vuelva con él sería genial!! Se merece ser feliz

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  3. Más más más más maaaaaaaaas!

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  4. Me encanta la nove!! MAAAAAAAS

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