martes, 3 de diciembre de 2013

TRECE-Washington D.C.


-¿Por donde empezamos? -preguntó Alex en cuanto abandonaron el hotel.

-Sin duda alguna, La Casa Blanca.

Eran sólo las siete de la mañana y la gente ya estaba en la calle. No había mucha gente lo cual permitió que las primas viajaran tranquilas. En cuanto llegaron Alexis sacó la cámara de fotos y empezó a fotografiar el exterior de la Casa Blanca. Después decidieron desayunar.

-Oye, ¿tú hablaste con Andy? -le preguntó Alex a su prima. Ella la miró sorprendida y negó. Intentó disimular su cara de culpable, pero no lo hacía bien.

-¿Por qué?

-Porque sabía que Washington era nuestro siguiente destino y yo no se lo dije.

-¿Segura que no se lo dijiste?

-Creo que no... -dijo pensativa.

-Seguro que se lo dijiste y no te acuerdas...

En los últimos días la relación entre Anlexis y Andrew había mejorado mucho. Se llamaban a menudo, hablaban bien, se reían, Alex le mandaba las fotos del viaje...

-¿Qué más hay que ver en Washington?

-El monumento a Lincoln, el monumento a Washington, el monumento a Thomas Jefferson, el monumento conmemorativo a los veteranos de la Guerra de Corea, Memorial a Roosevelt, Memorial nacional a la Segunda Guerra Mundial, Memorial a los veteranos de Vietnam, el Monumento a Einstein...

-¿Vamos a ver el Monumento a Einstein? -preguntó escandalizada Elle.

-Por supuesto. Que a ti ni te interese no significa que no vallamos a verlo...

-Y muchos museos y templos... Tenemos tiempo para todo. -dijo Alexis sacando una guía que había comprado.

-¿Sabes cuantos destinos nos quedan? -preguntó leyendo el mensaje que le acababa de mandar Adrew.

-No, supongo que alguno más por América. Si quieres puedo llamar a mi padre.

-No, no te preocupes.

-¿Para que lo quieres saber? -preguntó Alex dejando de un lado la guía y mirando a su prima.

-Para nada, lo que pasa es que echo de menos dormir en una misma cama durante más de una semana. -se quejó Elle. Su prima se rió y se levantó al oír su móvil.- ¿Quién es? ¿Andrew Thomson?

Su prima le dedicó un fuck you y se alejó para hablar tranquila. Elle aprovechó y llamó a su casa. Su hermano cogió el teléfono.

Ian! Soy Elle. -dijo cuando escuchó la voz del más pequeño Stuart.

-Hola, Elle.

-¿Cómo estás?

-Bien. ¿Y tú?

-Muy bien. Aun que estoy deseando llegar a casa y tomarme un chocolate caliente de esos que nos tomábamos tú y yo.

-Yo quiero que vuelvas ya... -dijo su hermano pequeño. Elle se mordió el labio.- ¿Cuán vuelvas podemos jugar una partida al Mario Kart? También puede jugar Alex y Ron.

-Claro que si. ¿Están mamá o papá en casa?

-Si, espera que los llamo. -escuchó a su hermano correr por el pasillo hasta llegar a la cocina y dejarles el teléfono a sus padres.

-¿Elle? -preguntó su madre.

-Hola, mamá.

-¿Cómo estás cariño?

-Muy cansada, ma. Necesito sentarme un día completo delante de la televisión sin hacer nada... Alex me obliga a andar todo el día... -su madre se rió del otro lado.

-Lo siento, cielo. Era vuestro sueño.

-Y lo sigue siendo... Pero Alex es hiper-activa...

-Bueno, no será para tanto... Te paso con tu padre.

-Hola, Ellie. -dijo Eddy.- ¿Cómo estás?

-Bien. Pero prométeme que Ron no volverá a preparar ningún viaje. Siempre que los prepara él en nuestra habitación solo hay una cama... -su padre se rió escandalosamente y su prima volvió.- ¿Ya está? -le preguntó a Alex que asintió.- Papi, tengo que irme. Que mi prima me obliga a caminar sin parar y la estoy empezando a odiar.

-Bueno, intenta no matarla. Si lo haces tengo que pagarle a Darren, y está prohibido por el código de los hermanos pequeños.

-¿Existe eso? -preguntó confusa.

-Claro.

-Pues mejor no se lo digas a Ian.

-Vale, hasta luego.

-Adiós papá.

Las primas volvieron a andar. Caminaron por toda la ciudad durante los seis días de la capital americana. Elle no se dejó de quejar sobre sus pies y Alexis no dejó de quejarse sobre las quejas de su prima. La última noche, en la cual ambas estaban sentadas sobre la maleta para cerrarla, salió el tema de todas las últimas noches en un lugar: el siguiente destino.

-¿Y mañana a donde vamos? -preguntó Elle.

-¿Segura que quieres saberlo? ¿No prefieres que sea una sorpresa?

-No. -contestó seria su prima. No tenía humor para bromas.

-Está bien, está bien... El siguiente destino es Boston.


La cara de Elle se iluminó con una sonrisa de oreja a oreja.

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