lunes, 2 de diciembre de 2013

DOCE-Berna.


-Mi sueño, mi sueño... -repitió por septuagésima vez Elle.

-Es sólo un balneario, Ellie. -dijo Alex preparando sus cosas para pasar el día en el balneario del hotel suizo.

-Tu madre tiene que preparar más viajes... -dijo Elle, que tenía su bolsa preparada desde las noche anterior.

-Ella también organizó Kea. -la sonrisa de Elle apareció en su cara cuando su prima nombró el lugar.- Borra esa sonrisa. -le amenazó Alexis. Ya le llegaba con escuchar la mitad de las conversaciones entre la pareja.

-Hoy lo llamaré por la noche.

-¿Lo llamas todos los días? -dijo desesperada Alexis. Elle rió y le mandó apurar.

Vamos que quiero llegar cuanto antes!

El hotel de Suiza era el mejor que habían pisado en un buen tiempo. Tenían una habitación para cada una, un baño para cada una, una cama de matrimonio para cada una... La realidad es que Renee, la madre de Alexis, era la que mejor hoteles encontraba, a un buen precio.

-¿Volviste a llamar a Andrew? -le preguntó Elle a su prima mayor. Ella resopló.

-No me atrevo. -confesó Alexis. Su prima le pegó en el brazo.- ¿Qué haces? -preguntó entre dientes.

-¿Por qué no lo llamas?

-Te lo acabo de decir. No me atrevo.

-¿Qué te puede pasar por llamarlo? ¿Qué te puede decir?

-No se lo que me puede decir, por eso no me atrevo.

-Antes o después tendrás que llamarlo. -le dijo Elle, seria. Alexis revoleó los ojos y bufó.

Las dos primas llegaron al balneario y decidieron empezar por un masaje. Después del masaje fueron a la piscina de agua caliente. Donde dejaron que su cuerpo se relajara mientras ellas hablaban del tema favorito de Elle: Andrew y su prima.

-Llámalo. -dijo Elle.

-No voy a llamarlo ahora.

-Ahora no. Por la noche, desde el hotel.

-¿Tiene que ser hoy?

-No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. -dijo sabiamente Elle.- ¿Lo llamarás?

-Si... -dijo Alexis, dejándolo escapar con un suspiro.

-Quiero darme un baño de barro. -confesó Elle.

-Yo prefiero uno de algas, Ellie.

-Primero al de barro y después al de algas. -pidió Elle.

Su prima aceptó y las dos salieron de la piscina hacia el baño de barro. Al principio a las dos les daba un poco de asco, pero después terminaron disfrutándolo. Se dieron una ducha y fueron a darse un baño con algas. En menos de dos minutos Elle estaba fuera, ya que las algas le daban asco. Esperó por su prima media hora y después se fueron a comer. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana y miraron la carta.

-¿Aquí todo es verde? -dijo Alexis mirando la carta, la comida sana no era lo de las primas.

-¿No tienen una hamburguesa?

-¿O un buena chuleta? -las primas proponían varias opciones, pero ninguna estaba en el menú. Finalmente se decidieron por una sopa, las dos amaban la sopa, pero no cualquiera...

-Esto sabe a agua... -se quejó Elle.

-Está mucho mejor la de la Abuela Candy. -la abuela de ambas destacaba por su excelente comida, cualidad que heredó Alexis. El móvil de Alexis sonó y ambas lo miraron.- Es él.

-Cógelo.

-Ya voy... -dijo tomando aire. Lo miró una vez más y respondió a la llamada.- Hola...

-Alexis, tenemos una charla pendiente.

-Lo se, Andy. Pero... -por las señas de su prima decidió dejar de hablar, entonces se calló y decidió que fuera él quien hablara.

-Mira, Alex. A mi me gustaría tener algo serio contigo. Pero tú ahora estás en un viaje tan... tan...

-Raro. -propuso Alex. Los dos rieron y Andrew siguió.

-Un viaje tan raro y no sabes cuando vas a volver. Y además, tu vives en … En... ¿dónde vives?

-Wilmington, Carolina del Norte.

-Wilmington... -musitó él.- Es muy lejos, Alex. Y... y... -se escuchó un ruido y unas voces.

-¿Qué pasa?

-Eh... te llamo por la noche. Tengo un problemita.

-Vale...

En cuanto Alexis dejó el móvil en la mesa, el de Elle sonó otra vez. Ella miró la pantalla y enarcó una ceja.

-¿Quién es? -preguntó Alexis al ver la cara de su prima.

-Damien, le dije que no me llamara que estaría aquí... -dijo levantándose y yéndose al baño.- ¿Se puede saber por qué me llamas?

Elle le había mentido a su prima. Damien no la estaba llamando, en realidad era Andrew.

-Necesito saber los destinos que os quedan. -le pidió Andrew.

-Espera, voy a hacer unas llamadas y te mando la lista.

-Gracias, Elle. Eres la mejor.

Elle y Alexis volvieron a su día de balneario. A las ocho de la tarde volvieron al hotel y se dejaron caer en las camas. Lo que tenía ir a un balneario es que en cuanto llegabas a la cama no te podrías volver a levatar. Cada una se fue a su habitación y pidieron la cena allí. Elle aprovechó y llamó a Damien.

-Hola. -dijo con una sonrisa cuando Damien le cogió el teléfono.

-¿Cómo estás, Ellie? -le preguntó él.

-Muy, aun que cansada.

-Me lo imagino. ¿Que tal es Berna?

-Es precioso, aun que lo que más me gustó fue una pequeña calle. Las casas eran de piedra, con balcones, con pequeñas tiendas familiares, no podían pasar los coches y había flores por todos lados. Después te mandaré las fotos.

-Las espero. ¿Y cómo está tu prima? -Damien era un amor, siempre preguntaba por Alexis y escuchaba los problemas de ambas por teléfono.

-Bien, aun que no deja de pensar en Andy. Y él no deja de pensar en ella. Están enamorados. -teorías de Elle Stuart.

-¿Tanto como nosotros? -pero, aparte de ser un amor, Damien era muy meloso. Lo cual le gustaba mucho a Elle, y muy poco a Alexis.

-No, tanto no... ¡Uy! Tengo que mandarle una lista de nuestros destinos a Andy.

-Está bien. Te llamo en dos días. ¿Cuál es vuestro siguiente destino?


-Washington D.C.

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