-Mi
sueño, mi sueño... -repitió por septuagésima vez Elle.
-Es
sólo un balneario, Ellie. -dijo Alex preparando sus cosas para pasar
el día en el balneario del hotel suizo.
-Tu
madre tiene que preparar más viajes... -dijo Elle, que tenía su
bolsa preparada desde las noche anterior.
-Ella
también organizó Kea. -la sonrisa de Elle apareció en su cara
cuando su prima nombró el lugar.- Borra esa sonrisa. -le amenazó
Alexis. Ya le llegaba con escuchar la mitad de las conversaciones
entre la pareja.
-Hoy
lo llamaré por la noche.
-¿Lo
llamas todos los días? -dijo desesperada Alexis. Elle rió y le
mandó apurar.
-¡Vamos
que quiero llegar cuanto antes!
El
hotel de Suiza era el mejor que habían pisado en un buen tiempo.
Tenían una habitación para cada una, un baño para cada una, una
cama de matrimonio para cada una... La realidad es que Renee, la
madre de Alexis, era la que mejor hoteles encontraba, a un buen
precio.
-¿Volviste
a llamar a Andrew? -le preguntó Elle a su prima mayor. Ella resopló.
-No
me atrevo. -confesó Alexis. Su prima le pegó en el brazo.- ¿Qué
haces? -preguntó entre dientes.
-¿Por
qué no lo llamas?
-Te
lo acabo de decir. No me atrevo.
-¿Qué
te puede pasar por llamarlo? ¿Qué te puede decir?
-No
se lo que me puede decir, por eso no me atrevo.
-Antes
o después tendrás que llamarlo. -le dijo Elle, seria. Alexis
revoleó los ojos y bufó.
Las
dos primas llegaron al balneario y decidieron empezar por un masaje.
Después del masaje fueron a la piscina de agua caliente. Donde
dejaron que su cuerpo se relajara mientras ellas hablaban del tema
favorito de Elle: Andrew y su prima.
-Llámalo.
-dijo Elle.
-No
voy a llamarlo ahora.
-Ahora
no. Por la noche, desde el hotel.
-¿Tiene
que ser hoy?
-No
dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. -dijo sabiamente Elle.-
¿Lo llamarás?
-Si...
-dijo Alexis, dejándolo escapar con un suspiro.
-Quiero
darme un baño de barro. -confesó Elle.
-Yo
prefiero uno de algas, Ellie.
-Primero
al de barro y después al de algas. -pidió Elle.
Su
prima aceptó y las dos salieron de la piscina hacia el baño de
barro. Al principio a las dos les daba un poco de asco, pero después
terminaron disfrutándolo. Se dieron una ducha y fueron a darse un
baño con algas. En menos de dos minutos Elle estaba fuera, ya que
las algas le daban asco. Esperó por su prima media hora y después
se fueron a comer. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana y
miraron la carta.
-¿Aquí
todo es verde? -dijo Alexis mirando la carta, la comida sana no era
lo de las primas.
-¿No
tienen una hamburguesa?
-¿O
un buena chuleta? -las primas proponían varias opciones, pero
ninguna estaba en el menú. Finalmente se decidieron por una sopa,
las dos amaban la sopa, pero no cualquiera...
-Esto
sabe a agua... -se quejó Elle.
-Está
mucho mejor la de la Abuela Candy. -la abuela de ambas destacaba por
su excelente comida, cualidad que heredó Alexis. El móvil de Alexis
sonó y ambas lo miraron.- Es él.
-Cógelo.
-Ya
voy... -dijo tomando aire. Lo miró una vez más y respondió a la
llamada.- Hola...
-Alexis,
tenemos una charla pendiente.
-Lo
se, Andy. Pero... -por las señas de su prima decidió dejar de
hablar, entonces se calló y decidió que fuera él quien hablara.
-Mira,
Alex. A mi me gustaría tener algo serio contigo. Pero tú ahora
estás en un viaje tan... tan...
-Raro.
-propuso Alex. Los dos rieron y Andrew siguió.
-Un
viaje tan raro y no sabes cuando vas a volver. Y además, tu vives en
… En... ¿dónde vives?
-Wilmington,
Carolina del Norte.
-Wilmington...
-musitó él.- Es muy lejos, Alex. Y... y... -se escuchó un ruido y
unas voces.
-¿Qué
pasa?
-Eh...
te llamo por la noche. Tengo un problemita.
-Vale...
En
cuanto Alexis dejó el móvil en la mesa, el de Elle sonó otra vez.
Ella miró la pantalla y enarcó una ceja.
-¿Quién
es? -preguntó Alexis al ver la cara de su prima.
-Damien,
le dije que no me llamara que estaría aquí... -dijo levantándose y
yéndose al baño.- ¿Se puede saber por qué me llamas?
Elle
le había mentido a su prima. Damien no la estaba llamando, en
realidad era Andrew.
-Necesito
saber los destinos que os quedan. -le pidió Andrew.
-Espera,
voy a hacer unas llamadas y te mando la lista.
-Gracias,
Elle. Eres la mejor.
Elle
y Alexis volvieron a su día de balneario. A las ocho de la tarde
volvieron al hotel y se dejaron caer en las camas. Lo que tenía ir a
un balneario es que en cuanto llegabas a la cama no te podrías
volver a levatar. Cada una se fue a su habitación y pidieron la cena
allí. Elle aprovechó y llamó a Damien.
-Hola.
-dijo con una sonrisa cuando Damien le cogió el teléfono.
-¿Cómo
estás, Ellie? -le preguntó él.
-Muy,
aun que cansada.
-Me
lo imagino. ¿Que tal es Berna?
-Es
precioso, aun que lo que más me gustó fue una pequeña calle. Las
casas eran de piedra, con balcones, con pequeñas tiendas familiares,
no podían pasar los coches y había flores por todos lados. Después
te mandaré las fotos.
-Las
espero. ¿Y cómo está tu prima? -Damien era un amor, siempre
preguntaba por Alexis y escuchaba los problemas de ambas por
teléfono.
-Bien,
aun que no deja de pensar en Andy. Y él no deja de pensar en ella.
Están enamorados. -teorías de Elle Stuart.
-¿Tanto
como nosotros? -pero, aparte de ser un amor, Damien era muy meloso.
Lo cual le gustaba mucho a Elle, y muy poco a Alexis.
-No,
tanto no... ¡Uy! Tengo que mandarle una lista de nuestros destinos a
Andy.
-Está
bien. Te llamo en dos días. ¿Cuál es vuestro siguiente destino?
-Washington
D.C.

Más Novelaaa :)
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