-¡ESTO
ES INCREÍBLE! -gritaron a la vez al ver la suit que Renee y Heather
habían preparado para los tres viajeros.
Era
enorme, con vistas a la piscina, un gran salón, una cocina, tres
baños espectaculares y dos habitaciones enormes. Cuando Elle entró
en el baño gritó:
-El
baño es más grande que mi casa. -Damien se rió de Elle mientras que
Alexis escogía la habitación donde dormiría.
-Yo
en esta. -dijo Alexis entrando en la habitación más alejada de la
puerta. Entró y se tumbó en la cama.- Esto es perfecto... -suspiró
con los ojos cerrados. Su móvil sonó y lo cogió a la velocidad de
la luz.- ¿Hola? -preguntó sin, ni siquiera, leer de quién
provenía la llamada.
-¡Alex!
-gritó Suzanne.
-Sue,
eres tú.
-¿Quién
esperabas que te llamara? -dijo indignada.
-Nadie,
solo que no me esperaba que me llamaras tú. -su prima gritó un
“¡Mentirosa!” desde su habitación.
-Tengo
que decirte un mala noticia y una buena. Bueno, para ti serán las
dos malas. -admitió al final de la frase.
-A
ver, sorpréndeme... -la mejor amiga de Alexis se caracterizaba por
ser muy predecible.
-Empiezo
con la mala. Tengo que dejar el equipo.
-¿Cómo?
-le gritó Alexis, que hasta el momento el baloncesto fue lo más
importante para ella.
-Si,
pasa que el médico me dijo que no era conveniente seguir jugando
porque...
-No,
-Alexis se echó la mano libre a la cabeza.- dime que no por favor...
-¿Qué
no que?
-Suzanne,
siempre te descubro. Dime por favor que no es lo que yo pienso... -su
amiga se rió desde Wilmington.
-Bueno,
te lo voy a decir. Estoy embarazada...
-No...
-por momentos Alexis odiaba su intuición.
-Si.
-¿Y
de quién es?
-¿De
quién va a ser, estúpida? Es de Tyson.
Tyson
era un hombre de 21 años, alto, negro, jugador de baloncesto en el
mismo club que las chicas y camarero de bar. Él y Suzanne se habían
conocido gracias al Club de Baloncesto Wilmington en un torneo de
Navidad. Hace tres años que estaban saliendo y a Alexis no le caía
muy bien el novio de su mejor amiga. Alexis siempre insistía en que
ambos debían de tener cuidado y usar protección, aun que no le
gustaba nada hablar de esos temas con sus amigas. Alexis, hace dos
años y medio, le prohibió a su amiga que le hablara de su relación
con Tyson. Pero en cambio era la máxima casamentera con Joey y Paul.
-Te
avisé, Suzanne. Te dije que tuvieras cuidado. -le repitió caminando
por la habitación y siendo observada por su prima y su novio.-
¿Ahora que vas a hacer? Veinte años y un bebé... -Elle se echó
las manos a la boca.
-¿Cómo
que que voy a hacer, Alex? Siempre quise ser madre joven.
-Una
cosa es ser madre joven y otra es ser madre adolescente.
-¿Adolescente?
Soy una adulta, Alex. Sé lo que hago.
-¿Adulta?
-Alex rió y su prima le pegó en el brazo para que fuera más
comprensible.- Bueno, ¿lo saben tus padres?
-No,
eres la primera. Después de Tyson, claro.
-Suerte
con eso...
-Gracias.
Tengo que irme a clase. Nos vemos pronto ¿no?
-Pronto...
-miró a su prima en busca de respuestas. Su prima le hizo un cuatro
con la mano.- ¿Cuatro meses? -le preguntó a Elle tapando en
teléfono con la mano.
-No,
cuatro semanas.
-Si,
en cuatro semanas. Prometo avisarte cuando llegue. -le dijo a su
amiga por teléfono. Colgó el teléfono, se sentó en la cama y miró
a su prima.- Como me deis un disgusto como este os mato... -los
amenazó con un dedo levantado.
-Demasiado
tarde... -dijo Elle acariciando su barriga. Su novio y su prima la
miraron con los ojos fuera de órbita.- ¡Es broma! ¡Es broma!
-gritó al ver el verde en la cara de Alexis. Los dos suspiraron
tranquilos.
-Bueno,
preparaos que hoy vamos al casino. -dijo Damien frotándose las
manos.
Los
tres se prepararon y lucieron sus mejores galas para la primera noche
de Casino. Elle se decidió por un vestido negro, ajustado, unos
tacones negros también, el pelo liso y recogido en una cola en la
alto de la cabeza. Alexis se vistió con una falda dorada con efectos
brillantes, una camisa negra con un hombro al descubierto, los rizos
sobre la espalda y unos tacones -más altos que los de su prima, ya
que es más baja que ella- negros. Damien se visitó con un traje
negro, una camisa blanca y unos zapatos negros que brillaban de lo
limpios que estaban.
Primero
cenaron en la terraza de la habitación y después salieron hacia el
Casino. Entraron y la música de las máquinas, las risas de los
jugadores, la música suave y los aplausos de vez en cuando los
inundaron. Jugaron un poco, pero sin pasarse. Lo que sí hicieron fue
beber. Los que más, la pareja. Bebieron y se divirtieron. Hubo un
momento de la noche en la que Alexis pensaba que acabarían como el
“Resacón en las Vegas”, película que amaban las primas. Cuando
las cinco llegaron a los relojes de los viajantes, volvieron a las
habitaciones. La pareja, borracha, en cuanto se tumbó se quedó
dormida. En cambio, Alexis todavía le dio vueltas al temita de su
amiga embarazada. La tarde siguiente, cuando se despertaron, Alexis
fue a dar un paseo, mientras que la pareja sufría resaca.
-Esto
es horrible. -se quejó Elle.
-No
grites, por favor... -pidió Damien.
-No
volveré a beber jamás -él soltó un risa en cuanto escuchó a su
chica.
-Eso
siempre se dice y nunca se cumple.
-Tienes
razón... Menos mal que nuestro siguiente destino es Los Ángeles...

jajajja la resaca ;)
ResponderEliminarMás nove!!!!!!