-Siete, seis, cinco... -Harry Goldman contaba los segundos que les
quedaban para llegar a la linea de meta a sus chicos.- tres, dos,
uno... ¡Tiempo! Sarah, Brandon y Margarett,como fuisteis los últimos
haced 40 abdominales. -los tres nombrados obedecieron y el resto
bebió de las botellas que Kayla y Eric repartían.- Ahora, haré dos
equipos y competiréis. ¿Si?
Después de separar a los chicos en dos grupos, mandó a Kayla para
el que tenía un jugador de menos.
-Pero, Goldman, yo no creo que pueda... -dijo Kayla.
-¿Te sientes con fuerzas? -interrumpió Goldman. Kayla asintió.-
Pues inténtalo. Equipo verde, conmigo. Equipo negro, con Jane.
Kayla compartía equipo con Ryan y con Brianna, entre otros nueve
chicos más. Eran el equipo verde, por eso estaban escuchando a
Goldman.
-Bien, titulares de hoy. Brianna, Kayla, Sheldon, Ted y Peter. Kayla,
¿puedes?
-Se intentará. -prometió ella. Goldman sonrió y los cinco
nombrados salieron a pista a competir contra Mery, Will, Alice, Carl
y Sarah.
-Mery, Mery, ¿me dejas defender a Brianna? -le pidió Will. Era la
primera vez que le hablaba bien desde lo que había pasado con su
novia. Ella sonrió y asintió.
-Yo defiendo a Ted. -dijo Mery.
-Tendré cuidado. -le dijo Sarah a Kayla, cuando ambas iban a saltar
a por el balón inicial.
-No lo tengas. Soy una jugadora más. -le dijo Kayla. Sarah le sonrió
y las dos saltaron a por el balón, que ganó Sarah.
Cuando Brianna recibió el balón y vio a su novio delante de ella
para defenderla, se sorprendió.
-¿Qué haces? -le preguntó.
-Te defiendo. -contestó Will. Brianna empezó a botar y a proteger
el balón de su novio para no perderlo. Cuando se lo pasó a Peter
miró a su novio y le echó la lengua. Estuvieron haciendo tonterías
durante todo el partido, mientras que Kayla luchaba por todos los
balones y se esforzaba lo máximo. Se sentía muy bien por volver a
jugar un partido, aun que fuera en el entrenamiento. Pero después de
pasados cuatro minutos sus piernas le fallaron y cayó al suelo.
Todos corrieron a ayudarla.
-Chicos, no la agobiéis. -pidió Eric acercándose. Cuando llegó
hasta ella y con ayuda de Ryan la levantaron.
-Lo siento. -le dijo Kayla a Goldman, cuando el viejo se sentó a su
lado mientras ella descansaba.
-Está muy bien, Kayla. Estuviste cuatro minutos esforzándote lo
máximo.
-Pero un partido dura cuarenta minutos no cuatro.
-Pero no tienes porque jugar cuarenta minutos.
-Goldman, ¿sabe todo lo que daría yo por jugar el último partido?
Aun que fueran cuatro minutos... Lo daría todo.
-Lo se. -dijo Goldman. Después se levantó y dio por terminado el
entrenamiento reuniéndolos a todos en un círculo.- Muy bien,
chicos. -hizo una pausa.- Cuando yo entrenaba a Palos Nuevos las dos
semanas previas a la final les prohibía comer comida basura, les
obligaba adormir por lo menos nueve horas diarias y les prohibía las
relaciones sexuales. -cuando dijo esto último algunos se rieron y
otros intentaron no hacerlo.- Pero a vosotros no os voy a decir nada
de eso. Porque si os pido que no comáis comida basura o que comáis
sano se que no me vais a hacer caso. Coméis como linces. -algunas
veces, los miraba comer en el comedor y se sorprendía de lo que
comían sus chicos.- Se que dormís más de nueve horas diarias, es
más alguno debe de dormir más de doce horas. -dijo mirando a Patty,
que solía quedarse dormida sobre la mesa del comedor, después de
comer.- Y si os pido que no mantengáis relaciones sexuales, dejáis
el equipo. -todos rieron ante el último comentario.- Pero, además
no necesitáis nada de eso. Porque cuando llegué aquí vi a algunos
con mucho talento. -miró directamente a gente como Brianna, Sarah,
Ryan, Sheldon, Brandon, Will.- Y los que no teníais talento, habéis
trabajado tanto que ya sois iguales que vuestros compañeros. -ahora
miró a Mery, Noel, Charley, Abigail...- Por eso lo único que vamos
a hacer estas dos semanas va a ser entrenar muy duro, como lleváis
hecho durante todo el año. Así que mañana aquí a las siete. Ahora
id a ducharos, que oléis mal.
Los chicos se fueron a las duchas y cuando salieron se encontraron
con la imagen de una chica que jugaba en la categoría más pequeña
de Duendes Verdes, llorando en el banco de la entrada. Los chicos
miraron a las chicas para que se ocuparan de la situación. Cassie y
Eric se acercaron a la niña. Cuando se acercaron se dieron cuenta de
que su larga melena estaba cortada por un lado.
-Hola, cielo. -dijo Eric.- ¿Qué te pasó? -la niña que debía
tener apenas once años se echó a llorar más fuerte.
-No llores, no llores, cariño. Nosotros jugamos en Duendes Verdes,
como tú. -dijo Kayla señalando el escudo del colegio en la sudadera
del equipo.- No puedes estar tú sola aquí fuera. Es tarde. ¿Tus
padres?
-Me quedé a dormir en casa de Lucy. -dijo la niña entre sollozos.
Lucy era una niña de su edad, conocida por sus ricos padres y lo que
ellos podían hacer con su dinero. Era capitana de las animadoras más
pequeñas y delegada de su curso. No había nada que no pudiera
conseguir.- Me invitó a dormir a su casa, porque era su cumpleaños.
-¿Y por qué estás aquí? -preguntó Eric.
-Porque me quedé dormida antes que ellas y aprovecharon para hacerme
esto. -dijo señalando su pelo.- Ninguna de mis amigas están, solo a
mi me invitó. Y cuando me enteré de lo que me hicieron salí
corriendo. -el resto del grupo también se había acercado y todos
escuchaban atentos la historia de la pequeña.
-¿Cómo te llamas? -le preguntó Cassie.
-Miley Corbin.
-Entonces, Miley. Ahora vamos a hacer esto. Te acompañamos a buscar
tus cosas a casa de Lucy y te llevamos a casa, ¿si?
Miley asintió. Kayla le dio la mano y con Eric y Brianna la
acompañaron a buscar sus cosas. La madre de Lucy les abrió
desesperada ante la idea de que hubiera perdido a una niña. Cuando
vio a Miley suspiró tranquila, pero cuando vio la mitad de su pelo
cortado se llevó las manos a la boca.
-¿Qué pasó, Miley? ¿Y quiénes son ellos? -preguntó la madre de
Miley.
-Yo soy su prima. -mintió Kayla.- Miley viene a buscar sus cosas y
la llevaremos a casa.
-Pasa, cariño. -dijo la mujer. Miley entró en la casa de la mano de
Brianna y Eric y Kayla se quedó en la puerta con la mujer.- ¿Tú no
eres una de las chicas...?
-Si, yo estuve secuestrada. -dijo Kayla.
-Lo siento.
-No pasa nada. Ya estoy aquí, sana y salva.
Brianna y Eric entraron de la mano de Miley donde las niñas dormían.
Estaba la luz apagada y las niñas durmiendo.
-Dejé mis cosas allí. -dijo Miley señalando una esquina. Lo dijo
susurrando y sin encender la luz. Pero Brianna encendió la luz,
despertando a las niñas y habló con un tono de voz alto.
-Vete a cogerlas. -las niñas se frotaron los ojos para ver mejor.
Entonces se dieron cuenta de quien estaba en la habitación.
-Tú eres Brianna Parsons y tú, Eric Shaw. -dijo una niña, rubia.
-Los mismos. -contestó Eric.
-¿Y qué hacéis en mi casa? -preguntó Lucy en mal tono.
-Venimos a buscar a Miley. -contestó en el mismo tono Eric. Cuando
Miley recogió sus cosas y se acercó a ellos, Eric pasó su brazo
por su espalda y la encaminó a la puerta. Brianna miró a todas las
niñas y se acercó a la protagonista.
-Mi perra se llama con tú, pobre de ella. -la niña se tapó la boca
con las manos horrorizada y Brianna le sonrió burlona. Después
salió por donde había entrado y se encontró con Eric y Kayla
discutiendo con la madre de Lucy.
-No os la podéis llevar. -decía la mujer.
-Lo que no puede hacer es dejar que unas niñas hagan este tipo de
cosas. -le discutió Kayla.- Y nos la llevamos a su casa.
-Llamaré a su madre. -amenazó la mujer.
-Bien, dígale lo que su hija le hizo a Miley. -dijo Eric saliendo de
la casa con el resto de las chicas. Se subieron al coche de Will y
los cuatro viajaron con la niña a su casa.
-¡Miley! -gritó su madre cuando la vio, la niña corrió a
abrazarse a su cintura.- ¿Qué te pasó? ¿Quiénes sois? La madre
de Lucy me llamó diciendo que unos extraños se habían llevado a mi
hija de la fiesta.
-¿No le contó lo que su hija le hizo a Miley, no? -dijo Eric.
-Mamá, ellos te lo van a contar. -dijo Miley. La madre de Miley los
dejó pasar y preparó unos chocolates calientes para todos, mientras
los chicos le contaban lo ocurrido a ella y a su marido.
-Y eso fue lo que pasó. -terminó Kayla después de contar todo con
pelos y señales.
-Muchas gracias, no se como agradeceros todo lo que habéis hecho.
-dijo el señor Corbin.
-No hay nada que agradecer. Encantados de ayudar. -dijo Eric.
-Esto está buenísimo, señora Corbin. -dijo Brianna señalando su
chocolate.- A mi esto me vale de agradecimiento. - sus amigos rieron
de ella.
-¿Jugáis en Duendes Verdes, no? -les preguntó el padre de Miley.
-Si.
-Es que me gusta mucho veros jugar. Siempre que puedo voy a veros.
-Gracias.
-¿La semana que viene jugáis las finales, no?
-Si.
-¿Y cómo lo lleváis?
-Bien, bastante bien. -dijo Will.
-Yo, en realidad, estoy muy nerviosa. -confesó Brianna. Se volvieron
a reír de la rubia.
-No te preocupes. La semana que viene los tres estaremos allí para
animaros. -prometió la señora Corbin.
-Nos alegra mucho. -agradeció Eric.
-Bueno, nos tenemos que ir. Mis padres se van a asustar si no llego a
casa pronto. -dijo Kayla
-Mis padres seguro que ya llamaron a la policía. -bromeó Will. Se
despidieron de la familia y cada uno volvió a su casa.

Me encanta más!! desde chiquitas ya yeguas!
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