Miércoles:
Norma número uno: comida sana.
-Tengo tanta hambre que me comería un elefante. -dijo Ryan
sentándose con sus amigos en la mesa del restaurante al que iban
todos los miércoles.
-Acuérdate, comida sana. -dijo Kayla mirando la carta.
-¿Cómo quieres que como ligero y sano si aquí todo es carne? -dijo
William mirando la carta.
-Puedes pedir una ensalada. -propuso Kayla.
-Que asco... -musitó Noel. El camarero llegó y los miró.
-¿Que van a comer? -preguntó.
-Yo una ensalada. -dijo Kayla.
-Yo chuletas de cerdo con salsa barbacoa. -pidió Brianna. Kayla le
dio una patada por debajo de la mesa.- ¿Qué? -le preguntó
mirándola.- Ahh.. Si, y una Coca-cola.
-Yo lo mismo. -dijo Eric.
-¡Eric! -le gritó Kayla.
-¿Qué? Yo no voy a jugar.
-Yo, quiero esto a la barbacoa y Fanta de naranja. -dijo Will. Así,
uno a uno, iban pidiendo comida poco sanas y para nada ligeras.
Cuando el camarero se iba a ir con los pedidos, Kayla lo interrumpió.
-¿Me cambia la ensalada por lo que pidió ella? -dijo señalando a
Brianna. Sus amigos rieron y el camarero lo anotó.
Norma número dos: dormir al menos nueve horas diarias.
2 a.m.
-Estoy tan nerviosa que no podré dormir... -le dijo Cassie a Brianna
por teléfono.
-Yo tampoco. Mira la hora que es y yo todavía despierta. En cuatro
horas tengo que levantarme, Cassie.
-Para dormir cuatro horas es mejor que no duermas nada. -dijo ella.
-¿Y qué hago durante estas cuatro horas?
-No se, llama a Will. Yo acabo de llamar a Jared.
-Si, ¿y mi tía que?
-Tu tía lleva dormida por lo menos cinco horas. Y si no te escuchó
gritando por teléfono, no te va a escuchar con Will.
-Cuarenta y cinco, cuarenta y seis... -Kayla contaba el número de
abdominales hacía.- Si quiero volver a jugar, tengo que trabajar.
-había convertido su garaje en un pequeño gimnasio, donde entrenaba
a diario. Sobre todo trabaja las piernas, no quería que les fallaran
en el peor momento. Miró el reloj y vio la hora.- Sigo hasta las
tres y entonces me voy a dormir. -se dijo a si misma y siguió con
sus trabajos para reforzar sus piernas.
-¿No crees que deberíamos irnos a la cama? -dijo Noel. Él y su
hermano estaban viendo capítulos de la cuarta temporada de FRIENDS.
Después de ver ese par de capítulos en casa de Brianna ambos se
propusieron volver a ver toda la serie.
-Yo no tengo sueño. -dijo Ryan.
-Pero son las dos de la madrugada.
-¿Ya? Que rápido pasa el tiempo. Pero solo nos quedan dos capítulos
para terminar la cuarta temporada.
-Tienes razón, no tiene sentido dejarlo ahora.
William dormía plácidamente en su cama hasta que escuchó algo
golpear su ventana. Se asomó a ella y vio a su novia haciéndole
señas. Entonces cogió su móvil y la llamó.
-¿Pasa algo?
-¿Vienes a hacerme compañía? No me puedo dormir... -dijo ella del
otro lado.
-Ábreme la puerta. -dijo el. Ella sonrió y bajó las escaleras para
abrirle la puerta a su novio cuando llegara.
Norma número tres: prohibidas las relaciones sexuales.
Brianna le abrió la puerta a Will y lo recibió de brazos abiertos.
Igual hizo Cassie con Jared.
Jueves.
-Me duele la barriga... -se quejó Cassie.
-Te avisé de que no tomaras esa salsa. -dijo Kayla.
-Yo me muero de sueño... -dijo Noel. Brianna y Will dormían uno
encima del otro sobre la mesa del comedor.
-¡Despiertos chicos! -les gritó Goldman al oído.- Kayla, ven a mi
clase, por favor...
-¿Puede acompañarme? -preguntó señalando a Cassie, Goldman
asintió. Los tres se fueron a aquella minúscula clase sin
calefacción.
-Señorita Marvin. Después de discutirlo intensamente he decidido
que jugará la final, mañana. -la sonrisa se hizo en la cara de
Cassie, pero no en la de Kayla.- ¿No se alegra, Marvin?
-El otro día lo intenté y solo pude aguantar cuatro minutos. -dijo
ella preocupada.- No quiero decepcionar a nadie...
-No decepcionarás a nadie, Kayla. -dijo Cassie.
-Además, como solo puede cuatro minutos, esos serán los minutos que
jugará. Si no quiere, no pasa nada...
-Si que quiero. Pero, ¿y si no puedo?
-Si confías en ti misma, podrás. Porque el resto del equipo confía
en ti.
-Eso es verdad, Kayla. -añadió Cassie.
-¿Qué me dices? -preguntó Goldman.
-Está bien. Lo haré. -aceptó Kayla.
-Y por favor, cumplan mis reglas. No quiero zombis corriendo por la
pista mañana. -pidió Goldman.
Por eso, ese jueves después de clase cada uno se fue a casa.
Descansó, cenó algo ligero y se fue a la cama muy temprano. Llegaba
el gran día...

Más me encanta!!
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