lunes, 15 de julio de 2013

22.-




Después del entrenamiento del jueves, cuando la noche ya se hizo presente, los chicos salieron rumbo a la academia a ducharse y prepararse, porque mañana anunciarían los tres finalistas y otros tres tendrían que abandonar la academia. Euge y Gonzalo cocinaron pasta esa noche. Pero ninguno esperaba la reacción de Irina.

-¿¡Hidratos de carbono por la noche!? -todos soltaron una risita, pero el ambiente seguía siendo triste.- ¡Vamos chicos que mañana no se acabará el mundo!

-No, pero mi estancia acá si. -dijo Lali. Por lo que recibió un golpe de Eugenia.

-Que caras más largas... -dijo Julia cuando salía del living para volver a su casa.- ¿Que pasa, chicos?

-Mañana tres de nosotros se van a tener que ir. -informó Pablo, aun que Julia ya lo sabía perfectamente.

-Chicos, no tienen que estar tan tristes. Miren el lado bueno. Mañana no se van a tener que levantar a las seis para entrenar. -todos rieron un poco.- Anímense, venga. -les acarició la espalda a Lali y Pablo, que eran los que más cerca estaban. Agarró sus cosas y se fue. Los chicos empezaron a cenar en silencio, pero este se rompió cuando alguien golpeó la puerta. Peter fue a abrir y dejó pasar a Micaela.

Hola chicos! -dijo alegremente, como siempre.- ¿Como están?

-Bueno... -fue la respuesta de todos. Esta suspiró y se sentó con ellos en la mesa mientras cenaban.

-Tengo que contarles algo. Me aceptaron en la academia de Otre. -recordemos que es el pueblo de los mandalayos.- ¿No me van a decir nada?

-Felicidades. -dijo Eugenia que se paró y la abrazó.

Vamos a estar juntos! -gritó la hija de Alberto y Mariola. Pero los chicos carraspearon.- ¿No vamos a estar juntos?

-Yo solicité Yale y Alaska. -dijo Eugenia.

-Roma o Barcelona. -dijo Pablo.

-Barcelona o Madrid. -dijo Peter. Entonces Micaela miró a Irina y a Gonzalo.

-Buenos Aires o Berlín.

-New York o Dublín.

-¿Me están jodiendo? -dijo Micaela.

-Nosotros también solicipamos una plaza en Otre, pero es el plan B. -informó Pablo. Micaela se dejó caer en la silla.

-Pero Candela, Agustín y Nicolás solo solicitaron Otre. Seguro que vas con ellos. -dijo Eugenia intentando consolarla.

Menos mal! -se alegró Miki. Todos rieron suave y entonces Miki se dió cuenta del clima de la casa.- ¿Están tristes? -todos asintieron.- Pero tienen que estar tranquilos, mañana será lo que tendrá que ser. Yo voy a estar allá, mis papás, Julia... ¡Alegren esas caras! ¿Que les parece si los invitó a ir al cine?

-¿A estas horas? -dijo Gonzalo.

-Si no quieren ir al cine, el cina vendrá a ustedes. -se paró rumbo al living a buscar alguna película decente que ver esa noche. Los chicos se rieron terminando de cenar, hasta que escucharon los gritos de Micaela.- ¿¡Acá solo tienen películas de baloncesto!? -se quejó ella. Euge fue con ella para ayudarla.

Poco a poco todos fueron saliendo de la cocina hasta que solo quedaron Peter y Lali.

-Peter, ¿que va a pasar mañana? -dijo Lali.

-Va a pasar lo que tenga que pasar... -el se acercó a ella y la agarró de la cara.

-No digo eso. Digo que si uno de los dos se tiene que ir, ¿que va a pasar con nosotros?

-Lali no quiero pensar en eso ahora...

-Pero tenés que pensarlo. Pensá en que pueda nuestra última noche juntos en un tiempo y en que no me verás.

-Si uno de los dos se va, volverá la semana que viene a la final. Es solo una semana.

-Peter, me acostumbré a verte todos los días durante un año. Una semana sin vos va a ser como una tortura... -su novio soltó una risita.- ¿De que reís?

-De lo que decís. Estás preocupada de que, a lo mejor, no me vas a ver en una semana. Suena extraño en vos. -dijo con cierto tono de humor todavía.

-No me hace gracia Peter... -dijo ella haciendo puchero. Peter la abrazó y ella se aferró fuerte a su cintura.- No me quiero ir... -Peter chasqueó la lengua.

-Lali estás haciendo una montaña de un grano de arena. Hay cuatro posibilidades: uno, los dos nos quedamos a la final; dos, los dos nos vamos a casa; tres, yo me voy y vos te quedas; o cuatro, yo me quedo y vos te vas. Y en el peor caso, en el que uno se vaya y otro se quede solo tendríamos que sobrevivir una semana... -iba a seguir hablando pero escuchó un sollozo desde su pecho.- ¿Estás llorando? -ella asintió sin levantar la cabeza. Peter se apoyó en la mesada y la abrazó más fuerte.

-Chicos, vamos a ver Juwanna Mann. Vamos a... -al ver la escena Micaela paró.- Lo siento... Me voy, si quieren venir estamos... allá... -se giró y volvió al living.

Peter siguió abrazando a Lali y acariciando su pelo mientras ella mojaba su remera.

-Lali, por favor. Vas a hacer que me ponga sensible... -dijo Peter que sus lágrimas empezaron a llenar sus ojos.

-Perdoname... -dijo ella.

-No me idas perdón. -el agarró sus cachetes levántandole la cara para que lo mirara. Despacio se fue acercando para besarla. Ella pasó sus brazos por su cuello y el la levantó un poco con los brazos enrollados en su cintura. Se separaron un poco y el la miró.- ¿Mejor?

-Un poco... -dijo después de soltar una risita.

-Vamos... -dijo Peter tirando un poco de su mano hacia el living. Pero ella no se movió.

-Peter, no quiero ver la peli...

-¿Y que quieres hacer, entonces? -dijo el sorprendido.

-Peter... -ella intentó hacerle señas con la cara y con la manoq ue tenía libre, pero el no se inmutada.- ¿Necesitas dibujitos, Peter? -dijo finalmente. El abrió los ojos como platos y después sonrió. Se besaron un rato en la cocina y lentamente subieron las escaleras hacia las habitaciones. Peter se paró en el pasillo y se separó de su novia.

-Señorita Espósito, voy a dejar que elija una suit. -señaló las puertas de los cuartos y Lali rió.

-Mm... Mi suit.... -dijo tironeando del cuello de la remera de Peter y se adentraron en el cuarto donde dormía anteriormente ella. Cerraron las dos puertas con llave y se dejaron caer en la cama de la petiza.

Dos remeras cayeron al suelo. A ellas le siguieron dos pares de zapatillas, dos shorts deportivos, cuatro calcetines, un corpiño, y por último, una bombacha y unos boxers.


-Miki, ¿Peter y Lali donde están? -le susurró Pablo mientras veían la película.

-Cuando los fui a avisar ella estaba llorando y los dejé solos. -dijo ella de la misma manera. Pero miró el celular de Pablo que sonaba con el nombre de Rocío.

-Rochi. -dijo con una sonrisa. Se paró y fue a agarrar el llamado. Eugenia aprovechó y se fue con él para llamar a Nicolás. Al final solo quedaron viendo la película Irina, que se quedó dormida; Gonzalo y Miki.

-Gonza... -dijo Micaela. El hoz un sonido con su garganta como contestación.- ¿Te puedo contar un secreto?

-Si.

-Pero no digas nada, que me da vergüenza...

-Soy una tumba. -dijo ya desviando la mirada del televisor.

-Los voy a echar mucho de menos...


Gonzalo rió y la abrazó. Los dos terminaron de ver la película y llevaron a Irina a la cama. Cuando ellos llegaron Pablo ya estaba allá pero Eugenia continuaba hablando con Nicolás en el patio de la academia. Claro, ninguno sabía del paradero de Lali y Peter...

Disfruten de lo que les queda. Sólo cuatro capítulos y el final de esta historia.
Un beso a todos.
Cris.~

1 comentario:

  1. ¿Te pasas? http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ vota por que novela queres que continue :) muchas gracias, me encanta tu novela es hermosa la leo siempre

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