jueves, 18 de julio de 2013

23.-




-¿Llevas todo? -preguntó Eugenia.

-Si. Y si me dejo algo, mejor. Puedo volver a por ello. -su amiga rió.

-¿Como estás?

-Como puedo. Pero me alegro de que ustedes se queden.

-Sobre todo Peter, ¿no? -Lali rió un poquito.

-Por una parte, me alegro de que se quede, se lo merece. Pero...

-Pero no te quieres separar de el. -continuo Euge.- Lali, no te deprimas que ya está Peter para eso... No llores... -dijo la rubia al ver las lágrimas corriendo por la cara de su amiga. La abrazó y se quedaron así hasta que Peter entró las abrazó a las dos.

-Los dejo solos... -dijo Eugenia antes de darle un beso a cada uno e irse a despedir a Irina y Gonzalo.

La pareja estuvo abrazada un buen tiempo hasta que Pablo entró.

-Lali quería decirte una cosa: -dijo Pablo haciendo que se separaran y que Peter pasara un brazo por la espalda de ella mientras los dos le escuchaban.- como se acerque Alejandro a Rocío lo amenazás y le decís que lo voy a matar. -ella y su hermano se rieron.- Y como se te acerque Benjamín, no te preocupes. Ya llamé a Nicolás y a Agustín para que os defendiera.

-Gracias, Pablo.

-No es nada. Solo les pedí que si se acercaban...

-No lo digo por eso. -lo interrumpió ella.- Gracias por todo lo que hiciste por mi acá. Y, entre tu y yo, prefiero ir a la boda de Rocío y que vos seas el novio que que lo sea Alejandro... -los hermanos rieron y Peter la agarró más fuerte- Tengo que seguir recogiendo. ¿Me ayudan?

-¿Ya guardaste las bombachas? -preguntó Pablo. Peer le golpeó la cabeza.- Lo decía para no ver nada inapropiado.

-No te preocupes... -dijo Lali. Mientras los hermanos ayudaba a la petiza, Peter encontró sus boxers debajo de la cama de Lali. Entonces con el pie apartó eso y una remera de su novia que estaba al lado.

-Lali, tu hermano está abajo... -dijo Eugenia. Pablo dejó sola a la pareja y bajó con Eugenia para despedirse de Irina y Gonzalo.

-Peter no llores... -pidió Lali viendo los ojos cristalinos de Peter.

-Es que te voy a echar de menos...

-Solo son seis días: sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y el viernes ya estoy de vuelta.

-¿Cambiamos los roles? -rió Peter recordando la noche anterior.

-Te prometo que te llamo ¿si? Pero vos me tenés que prometer que vas a hacer todo lo posible para ganar... Prometémelo. -amenazó Lali.

-Te lo prometo. -la volvió a abrazar y la acompañó a la pertodonde Pato la esperaba de brazos abiertos. Se despidió de los demás y subió al auto de su hermano para volver a casa.


-Chicos, queríamos darles esto. -dijo Alberto mientras los tres finalistas cenaban. Apoyaron en la mesada tres cajas verdes.

-Es su regalo de despedida. Pero preferimos dárselos hoy. -continuo Mariola. Los chicos se pararon y fueron a abrirlos. Eugenia en cuanto vió las fotos empezó a llorar. Pablo y Peter se resistieron un poco más, pero finalmente los tres acabaron llorando.


-¿Es aquel auto? -preguntó Nicolás visualizando un auto gris al fondo de la carretera.

-Si, es ella. -afirmó Candela.

Las pancartas! -gritó Rocío.

19 personas se juntaron en la puerta de la casa de Lali. Esas 19 personas eran los dos equipos al completo del Mandalay, excepto Peter, Pablo y Euge. Tampoco fueron Benjamín y Alejandro, ya que Nicolás consideró que era mala idea invitarlos. Hicieron grandes carteles y se fueron a casa de la petiza. Lali iba charlando con su hermano cuando vió a todo su equipo y al equipo de su novio parados delante de su casa. Echó las manos a la boca, le oblgó a su hermano a parar el auto y salió corriendo a reencontrarse con sus amigos. Abrazó fuerte a Rochi, Mery, Cande, Dani, Tere, Marta, Cata, Paula, Áfri, Elena, Nico, Gas, Agus, Vico, Aaron, Martín, Yago, Alberto y finalmente a su entrenador, Antonio.

-¿Como estás? -le preguntó su entrenador.

-Bien, me alegro de volver a verte.

-Y yo a ti. Por cierto, la universidad de Otre te cedieron una beca deportiva. -dijo sonriente.

-Me alegro mucho, pero no voy a ir a la universidad de Otre... -su entrenador elevó los dos hombros y la volvió a abrazar antes de que se pusiera a gritar con sus amigas.

-Así que Peter eh.. -bromeó Catalina, escolta del Mandalay.

-Si... -dijo sonriendo la petiza. Sus amigos la felicitaron y dejaron que se instalara de nuevo en su casa. Menos Rocío y Nicolás que decidieron quedarse un poco más antes de volver a su casa.

Somos los novios de los finalistas! -dijo Nicolás. Sus amigas se rieron.- Lali, no te preocupes, ya amenacé a Benjamín y a Alejandro. -la petiza rió.

-Y yo lo tuve que acompañar... -se quejó Rocío riendo.

-¿Están locos? No se para que lo pregunto... -rectificó después.

-¿Como estaba Peter? -preguntó Nicolás.

-¿Y Pablo? -preguntó Rocío sin dejar contestar a Lali.

-¿Y Euge? -preguntó de la misma manera Nicolás.

-Peter triste, Pablo y Euge bien, pero los echan mucho de menos. Están presentes en todas las conversaciones y no dejan de nombrarlos...

-Que lindo... -suspiró Rocío.

-¿Y ustedes como están?

-Bueno...

-Echamos de menos madrugar, ir a correr con Mariola, discutir en los desayunos... -admitió Rocío.

-Ir a la escuela de Yeno, comer rodeados de ruído, ir a entrenar, las noches en vela... -siguió Nicolás.

Callense! Ya echo de menos Orange ball... Este semana me la voy a pasar encerrada en casa y el viernes estaré de primera en Yeno.

-De eso nada. -se quejó Rocío.- Mañana a la mañana te venimos a buscar para desayunar juntos.


Los dos rubios se despidieron de la petiza y esta se durmió en seguida. Pero a la mañana siguiente, tal y como prometieron, Rocío y Nicolás estaban anzando piedrecitas chiquitas a la ventana de Lali.

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