sábado, 1 de junio de 2013

14.-




Los veinte salieron de sus clases sonrientes. Cada uno había terminado de rendir todas las materias y estaban contentos por ello. Las sonrisas, los abrazos y algunos besos se hicieron presentes en la hora de la comida. Esa tarde no tendrían clase por la tarde por eso volvieron a la academia. Esa misma tarde los chicos jugarían la gran final, y todo Yeno asistiría al partido. Los chicos se fueron a preparar para el partido. Peter fue el primero en bajar. Estaba atando su calzado apropiado para el partido en la puerta a la cancha del patio cuando sintió que alguien se sentaba a su lado.

-¿Estás listo? -preguntó ella, mirándolo atentamente mientras que el dirigia su mirada a los cordones.

-Nunca se está listo para algo así. -lenvantó la vista de sus cordones y la vió a ella sentada a su lado y con el jogging del equipo, lista para animarlos.

-Pero ustedes lo están, sino no lleguarían hasta tan lejos, ¿no?

-No se, Lali. Es difícil. La anterior vez que jugamos contra ellos ganamos por dos puntos, no creo que sea nada fácil.

-Nadie dijo que fuera a ser fácil. Todos sabemos que el básquet italiano es muy fuerte. -comentó ella.- Pero tienen que ganar y punto.

-¿Van a ir a animar? -preguntó el desviando la mirada de ella.

-Claro, pero con una condición... -ella hizo que el la mirara.- ¿Mañana ustedes vienen a animarnos?

-Por supuesto. Las españolas no tienen nada que hacer contra ustedes. -le guiñó un ojo y ella se abalanzó para abrazarlo.

Estuvieron abrazados un tiempito hasta que el se separó un poco y la besó. Ella se separó.

-Menos mal que después tenemos dos semanas antes de que tengamos que despedirnos... -dijo ella acomándose en el pecho de Peter mientras el la rodeaba con sus brazos.

-Mejor no pensemos en eso...

-¿Perdón? -los interrumpió un pibe con un acento italiano.- ¿El partido donde se juega? -dijo pronunciando mal algunas palabras, pero se entendió.

-Ehh... Seguís recto por allá... -Peter le señalaba el camino mientras le explicaba despacio y claro.- ...y allá tenés la cancha.

-Gracias... -dijo antes de irse seguido por un gran grupo de chicos y chicas con bolsas deportivas sobre sus hombros. Peter se quedó mirándolos.

-No te asustes ahora... -dijo ella antes de darle un beso en la mejilla y adentrarse en la casa de nuevo.

2 horas mas tarde...

Corre! -gritaron todas a la vez mirando la cancha y como Raul perseguía a un italiano para evitar una canasta. Llegó a tiempo e impedió esa canasta por lo que todas se pararon de sus asientos para animarlos. Micaela, Malena y Carla se unieron a ellas gritando para animar al equipo local.

Orange ball ganaba, pero no de mucho. En la cancha, ahora en el segundo cuarto, estaban Sergio, Raul, Gastón, Gonzalo y Agustín. El resto, en el banco, animaban a su equipo. Lo peor que había pasado es que Nicolás se cayó y tenía una gran herida en la rodilla al principio del segundo cuarto. Eugenia e Irina estaban limpiado y tapando la herida.

-¿Te duele? -preguntó Pablo al lado del lesionado.

-Un poco, pero puedo seguir jugando.

-Si te duele, no podés seguir jugando. -añadió Eugenia tapando la gran herida con una venda que Julia les había alcanzado.

-No me duele tanto, tranquila. -dijo su novio.

-Peter, cambiale a Gonzalo. -dijo Alberto. El susodicho se paró y pidió el cambio a la mesa.- Pablo, por Raul. -su hermano hizo lo mismo y los dos se pararon listos para jugar.

-¿Vas a dedicarle el partido a alguien? -preguntó Pablo esparando para entrar en la cancha.

-Si, creo que si... -dijo mirando a las gradas y vió a Lali atenta al partido.- ¿Vos?

-No lo se...

-¿Quizás a Rocío?

-¿Como lo dabes? No le dije a nadie.

-Pablo, soy tu hermano, y no soy bólido. -los dos rieron y entraron a la cancha chocándole las manos a sus compañeros y entre ellos.


-Che, ¿hablaste con Pablo del tema? -le preguntó Lali cuando los dos hermanos entraron a la cancha y Pablo le sonrió a la rubia.

-No, es que no se si debemos empezar algo ahora. -dijo ella pensativa.

-¿Por que?

-¿Y si me echan la primera? -la petiza suspiró, no le gustaba hablar del tema.- Además, después de las vacaciones tendré que escoger una universidad a la que ir, y a el seguro que le dan una beca deportista... Es difícil, Lali.

-Pero, ¿solo porque no sabes a donde vas a ir cuando esto se acabe no vas a daros una oportunidad? Además, seguro que todos los fines de semana volvemos a casa y estaremos todos juntos...

-Ya, pero me da miedo...

-¿Que te da miedo?

-Me da miedo fallar, Lali, fallarle.

La petiza la abrazó por los hombros las dos dirijieron su mirada al partido de nuevo al ver que Gastón lanzaba un triple y lo encestaba.

Los últimos minutos del partido siempre son los peores. Yeno ganaba de uno, pero a falta de 20 segundos el balón lo tenían los italianos. Movieron el balón bien, corrieron, hicieron desajustar a la defensa y a falta de 4 segundos el número 4 lanzó a canasta desde la linea de tres y encestó. La histeria y los nervios se apoderaron de los chicos de Yeno. Sergio sacó, Gastón corrió al medio del campo pero cuando vió que solo un segundo quedaba lenzó sin importarle que ni a la linea de 6,75 había llegado. En las peliculas este momento lo habrían puesto a cámara lenta. Como el balón salió de sus manos, las caras de sus compañeros, las caras de la gente que había ido para animarlos, el balón cruzando un parte de la cancha llegaba a cerca de la canasta y no entraba en ella. El tiempo sonó y los italianos corrieron a celebrarlo.

Los chicos de Orange ball se miraron entre ellos y el primero en dejarse caer al suelo fue Nicolás, que a pesar de su herida decidió salir en los últimos minutos. Escondió su cara en su remera y encogió sus piernas. Pablo levantó la mirada con lágrimas en los ojos y caminó en círculos. Peter bajó la mirada y se quedó inmóvil. Las lágrimas aparecieron en los ojos de los que ocupaban el banco y en los ojos de Candela, que era muy sensible. Alberto aplaudió y los italianos les chocaron las manos a los perdedores. Sus compañeras de la academia bajaron a la cancha, con sus joggings del equipo, e intentaron consolar a sus amigos.

Eugenia fue directamente hacia Nicolás que seguia en el suelo. Acarició su espalda, el levantó la mirada y al verla se aferró a su cintura. Rocío abrazó a Pablo por la cintura y el dejó caer las lágrimas en el cuello de ella. Lali se acercó a Peter, que estaba en el banco, con los codos sobre sus rodillas y la cabeza entre las manos. Lali le dió un beso en la cabeza y se quedó a su lado acariciándole la espalda.


Candela, Sofía, Daniela y María se acercarón a Agustín, Gastón, Sergio, Paco y Raul que intentaban no llorar parados en un lado de la cancha. Ana y Ángela consolaron un poco a Rafael. E Irina se acercó a Gonzalo y lo abrazó consolándolo. A veces no todo sale como uno quiere. Alberto les ordenó ir a los chicos a las duchas y ellos obecieron, en cambio las chicas se quedaron recogiendo todo.

3 comentarios:

  1. http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ pasate!! novela yo leere la tuya desde el principio :)

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  2. TE SOY RE SINCERA? quiero q nos firmemos, ame todo lo q lei hasta ahora una de las mejores serias tan amable de contestarme? me encantoo!!

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