sábado, 8 de junio de 2013

15.-





























Pese a que los chicos perdieran el día anterior las chicas se pararon energéticas esa mañana. Las primeras en bajar fueron Rocío y Mariana, con ropa para entrenar, pese a que no lo harían hoy, simplemente por la comodidad de la ropa.

-Buen día. -dijo sonriente Lali. En la cocina ya estaban Eugenia y Nicolás.

-¿Como estás? -le preguntó Rocío a Nicolás dándole un pequeño masaje en los hombros.

-Bueno... -dijo el no convincente.

-Se le infectó debido al sudor. -añadió Eugenia.

-¿Y los hermanos? -preguntó Lali sirviendose un vaso de jugo.

-Están en la cama, no tienen ganas de pararse hoy. -dijo Eugenia que compartía cuarto con ellos.

-¿Están muy mal? -preguntó Rocío.

-Peter está derrumbado y a Pablo le duele a morir la espalda... -dijo Eugenia. Lali y Rocío subieron las escaleras y cuando iban a entrar en el cuarto de los hermanos Irina salía de el.

-Las iba a llamar ahora mismo. A ver si ustedes consiguen que se paren. -dijo la rubia dejando la puerta abierta. Las ventadas del cuarto ya estaban abiertas y la luz dejaba ver a los hermanos cada uno en su cama.

-Pablo... -le susurró Rocío al morocho. El la miró girando la cabez despacio.- ¿Te duele la espalda?

-Me duele a morir... -Rocío curvó los labios al escuchar la misma expresión que había dicho Eugenia.

-Parate y te doy un masaje... -dijo destapándole. Despacio se paró y salieron de la mano por la puerta dejando a Lali sentada en una esquina de la cama de Peter, mirándolo.

-Me prometiste que hoy irías a animarme. -dijo acaciando su espalda en círculos.

-Y lo voy a hacer, pero más tarde. Ahora no tengo fuerzas para pararme.

-¿Fisicamente o psicológicamente? -preguntó ella. Después sonrió al escuchar una risita de su parte.

-Las dos cosas...

Ella fue la que se acercó para besarlo un poco, pero la puerta se abrió antes de que pudiera llegar a sus labios.

-Lali, siento interrumpir, pero... -dijo Eugenia desde la puerta, seguida por Candela.- ...tenés visita. Exije verte.

-¿Quien? -preguntó ella.

-Mejor baja. -dijo Euge.

Lali se paró y Peter también. Ella lo miró y sonrió.

-¿Me acompañás? -dijo ofreciéndole su mano para que la agarre y baje con ella, todavía en pijama.

Cuando bajaron las escaleras y vieron en el hall a esas dos personas su cara se heló.

-¿Que hacen acá? -preguntó Peter. Benjamín y Alejandro dirigieron la mirada a sus manos entrelazadas.

-Lali, me enteré que de hoy jugabais y decidimos venir a animaros. -dijo Benjamín ignorando a Peter.

-¿Con que derecho? -preguntó Lali.

-Pensamos que no estaba bien que nuestra relación acabara así, podíamos ser amigos. Yo vine a animar a Rocío. -dijo Alejandro.

-Pues yo correría de vuelta a casa... -musitó Peter. A Lali le dieron ganas de reir pero se las aguantó.

-¿Podemos ir a veros? -preguntó finalmente Benjamín.

-No te voy a prohibir que vengas, pero no me gusta nada... -dijo la petiza que se estaba por ir, hasta que notó que Peter no se movió nin un centímetro mirando a Rocío que acababa de llegar al hall de la casa.

-¿Tienen la cara de venir a animarnos? -gritó ella muy enojada.- ¿Quien se creen que son?

-Roro, yo... -interrumpió Alejandro.

Roro mierda! Para vos, Señorita Rocío Igarzabal. -exijió la rubia.

-Nosotros solo queríamos arreglar las cosas... -pidió Alejandro acercándose a ella.

-Ni te acerques.. -amenazó la rubia.

-Las cosas entre nosotros no acabaron bien y...

-¿Antes o después de que quisierais dejarnos ganar? -preguntó Lali.

-¿O de que le contaras todo a todo el equipo? -añadió Rocío acercándose amenazante a su ex.

-Pará, rubia. -dijo entrando en escena Gonzalo.

-¿Este es tu nuevo noviecito? -preguntó Alejandro.

-Si llegás a ver a su novio retiras todo lo que dices ahora... -dijo Peter, sabiendo que los dos le tenían a Pablo cierto respeto.

-No creo que me pueda asustar... -añadió Alejandro.

-Te aseguro que si.. -dijo convincente Peter. Los dos lo miraron y el miedo se apoderó de los ojos de Alejandro.

-¿Estás con Pablo Lanzani? -dijo tartamudeando.

-El mismo... -dijo apareciendo atrás de Rocío.

Hola capitán! -dijo Benjamín.

-¿Como estás? -preguntó Alejandro.

-Mejor vallanse, ¿no? -propuso Pablo. Los dos con el rabo entre las piernas salieron de la casa.

-¿Que haces para que te tenga miedo? -preguntó Gonzalo fascinado.

-Es que un día les pegó. -dijo Peter riendo. Pablo también rió y se fue con su chica de nuevo hacia el living. Gonzalo volvió a preparar noseque con Irina y Candela.


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