viernes, 31 de mayo de 2013

13.-






















Se despertó con algún libro encima de ella, se paró y caminó despacio hasta el baño. Como todas las mañanas agarró su cepillo de dientes y empezó con la tarea, sola. Después de enjuagarse la boca, cuando levantó la cabeza se asustó al ver a Peter mirándola.

-Emm... Hola, Peter... -dijo ella insegura.

-Buen día. -se acercó a ella y le dió un beso en la frente. Ella se quedó inmóvil, dándole la espalda mientras el se cepillaba los dientes. Cuando la petiza vió a Nicolás entrando por la puerta le hizo señas pidiéndole que se fuera y los dejara un momento solos.

-¿Peter? -el respondió con un sonido desde su garganta.- Lo que ayer... Quiero decir..

-¿Que pasa Lali? -dijo el dejando un brazo para apoyarse en el lavabo y mirándola con esa mirada cautivadora.

-Que ayer me besaste.

-Si, me acuerdo.

-¿Y?

-¿Y que? -el ya se estaba acercándose más a ella.

-¿No me vas a decir que te arrepientes o que no debería de haber pasado...?

-No... -dijo el pensativo.- ¿Vos te arrepentís?

-Emm.. Yo... No, no me arrepiento ¿viste? Pero, fue raro... -admitió ella cuando le salieron las palabras ya que el la tenía agarrada por los cachetes y con un pibe como Peter así, es difícil hablar.

-Avisame si te molesto...

Después de esto sus labios volvieron a tocarse. Los besos de el eran suaves y lentos, lo cual fascinó a Lali. Peter pasó los brazos por la espalda de ella y ella los suyos por la nuca de el. Acarició el poco pelo del Lanzani hasta que se vieron interrumpidos.

-Lali, dijiste un momento y yo me estoy haciendo encima. -es quejó Nico que entró corriendo a uno de los wc. Peter, con un brazo en su espalda todavía lo miró y rió.

-Me voy a preparar. -la giró con un leve empujón para dejarle el último beso e irse a su cuarto.

Entonces fue cuando Lali se dió cuenta de que Rocío, Ana y Ángela (sus compañeras de cuarto) estaban espiando en la puerta de la derecha; y en la de la izquierda Irina y Euge hacían lo propio. Al salir del baño Nicolás se asustó al ver a tanta mina.

-Buen día, mi amor.. -dijo acercándose a Euge cuando la reconoció entre tantas mujeres. Esta le dió un pico rápido y corrió a seguir a sus amigas para enterarse de todo lo que a la petiza le había pasado.


Para la sorpresa de todos esa mañana de Martes, Mariola los reunió a todos en el living, como hacía cada vez que algo importante pasaba.

-Chicos, supongo que se preguntarán que pasará cuando el curso termine, los partidos también y aun queden tres meses por delante. -todos asintieron mirándose unos a los otros.- Ayer a la noche, nos ruenimos con nuestro patrocinantes y tomamos una decisión. A partir de dentro de un mes vamos a empezar lo que llamamos como: Etapa de despedida. Van a venir unos jueces a deliverar vuestro juego y cada semana se irán dos de ustedes. Cuando tan solo queden 10, 5 minas y 5 pibes, las expulsiones serán de una en una.

El silencio inundó el gran salón. El shock se apoderó de ellos.

-Este fin de semana vamos a jugar las finales, y las vamos a ganar. Van a terminar la escuela, vamos a ir a vuestra fiesta de graduación, van a disfrutar de dos semanas totalmente libres. Se van a despedir y empezaremos con la Etapa de despedida. Vayan a prepararse para la escuela, después de comer vengan para acá, directos.

Los chicos se vistieron con el uniforme escolar y fueron caminando al instituto, tal y como hacían todos los días. Asistieron a clase y rindieron un par de materias. La hora de la comida fue silenciosa y la vuelta a casatambién. Pero hubo algo que fue todavía más raro. Peter y Lali caminaron abrazados toda la mañana. Llegaron a casa y quien los recibió fue Alberto.

-Chicos, pasen al living y sientensen. Aun no legó su sorpresa. ¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa? Los chicos obedecieron y se fueron a sentar al living. En pocos minutos Alberto, Mariola, Micaela y otro pibe más (al que Miki abrazaba por la cintura) estuvieron ante ellos.

-Bueno, como Micaela fue la que tuvo la gran idea, ella os la va a explicar. -dijo Mariola dando paso a su hija.

-Bueno, lo primero presentarles a Leo, mi hermano mayor. El, como buen hijo que es, juega profesionalmente ahora en Francia. Con la llegada de Leo, pensé. ¿Los chicos tendrán hermanos? -todo el salón rió de las ocurrencias de Miki.- Y me di cuenta de que todos tienen al menos un hermano. Entonces... Bueno, mejor veanlo ustedes mismos.

La puerta se abrió un montón de personas entraron corriendo. Los chicos al ver quienes eran se pararon rápidamente y se abrazaron con los recién llegados. Entre ellos estaban: Martina, Paulina, Julieta y Stéfano, que ya conocíamos.

Martina corrió hacia su hermana y ni tiempo le dió a pararse ya que la pequeña ya estaba sobre su cuerpo en el sillón que ella ocupaba con Irina y Pablo.

Paulina y Julieta buscaron a su hermana, pero fue la flaca quien las encontró y las abrazó a un con cada brazo. Cuando se separaron empezaron a gritarse todo lo que se habían echado de menos, lo que les había pasado, etc, etc...

En cambio Stéfano se quedó parado mirando a sus dos hermanos. Estos se acercaron lentamente a el y los tres se quedaron mirando.

-¿Nos vas a dar un abrazo? -preguntó por fin Peter.

-Quiero que sepan que utilicé su cuarto, nuestro cuarto, para hacer de todo: comí, bebí, hice tres fiestas, hice cochinadas, hice de todo... -los ojos de sus hermanos se salían de su órbita.

-Pero, ¿mamá limpió todo? -preguntó Pablo.

-No, me castigó y lo limpié yo. Pero limpio, está.

Los dos hermanos mayores rieron y finalmente abrazaron al Lanzani más pequeño.

-Te echamos de menos... -dijo Peter.


-Estoy gravando esta conversación. -añadió el más pequeño.

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