45.Un viaje, una misión.

-Patricia, ¿podés venir a casa hoy? -un llamado a las nueve de la mañana, un sábado no era lo normal en la vida de Patricia. Ella estaba enrollada en las sábanas y totalmente despeinada.

-¿Para que, mamá? -preguntó todavía dormida.

-Tenemos que hablar... -dijo ella.

-La última vez que me dijiste eso estabas embarazada. ¿No estais ya mayores para eso? -dijo medio riendo.

-¡Que sentido del humor matutino! -se quejó su madre, ella volvió a reir.

-Dale, en un rato estoy allá.

Se paró y volvió a agarrar el celular para llamar a Paula, su mejor amiga. Se vistió mientras hablaba con ella para ir a bailar esa noche. Desayunó un café que compró en la calle, caminando hacia su casa. Cuando llegó abrió con sus llaves y entró canturreando. Su hermana pequeña corrió a recibirla.

-¡Patri está en casa! -gritó Alicia desde los brazos de esta.

-Hola, mamá. -dijo Patricia sus dos padres bajaron las escaleras con una valija cada uno.- ¿Que hacen con eso? No me digan que echan de casa a Carolina y a su novio. -dijo riendo Patricia.

-No, nos vamos. -dijo Peter.

-¡Peter! -se quejó Lali.- Dijimos con sutileza... -dijo Lali.- Sientense, nenas.. -dijo señalando el sofá.

-¡Carolina baja ahora mismo! -gritó Peter. Esta bajó quejándose.

-Papá no grites que Joe está durmiendo... -se quejó Carolina y se sentó al lado de Alicia.

-Tenemos que irnos a una misión y estaremos fuera dos semanas. -dijo Lali.- Por eso necesitamos que vos, Patri, te mudes acá. Y que juntas cuiden de Alicia.

-¿Me van a dejar con estas locas? -se quejó Alicia. Carolina la empujó y ella cayó en las piernas de Patricia.

-No se peleen, please. -pidió Lali.

-No quisimos meter en esto a Eduardo, ya que no es familia y no tiene obligaciones acá. Así que no lo molesten mucho ¿si? -dijo Peter.

-Alicia va de lunes a viernes a las 5 a ballet. -avisó Lali ya parándose con Peter y acercándose a la puerta, seguidos por sus hijas.

-Los llamaremos. -avisó Peter abrazando a Patricia y a Alicia mientras Lali abrazaba a Carolina.- Cuidense... -dijo abrazando ahora a Caolina.

-Las queremos. -gritó Lali subiéndose al auto mientras sus hijas los saludaban desde la puerta.

El auto salió de la casa y las tres hermanas se miraron. Se sentaron en el living a conversar.

-Esto va a ser difícil. -dijo Carolina.

-Muy difícil... -añadió Alicia.

-Pero lo vamos a intentar. Voy a buscar mis cosas a casa con Alicia, así da un paseo. Vos, Carol andá al super y haz la compra. Cuando volvamos hacemos la comida para los cinco: nosotras, Joe y Edu.

-Ok, vamos allá... -dijo Carolina, las tres chocaron las manos y subieron las escaleras.

Carolina fue a despertar a Joe, mientras que Patricia fue a vestir a Alicia.

-¿Te gusta este vestido? -dijo buscando en su ropita. Su hermana asintió sentada en su camita. Patricia se lo puso y la peinó con unas trenzas a cada lado de la cabecita. Bajaron las escaleras y se encontraron con Eduardo.

-Hola, Patri. ¿Que hacés acá tan pronto? -dijo el dándole un beso en el cachete.

-Papá y mamá me llamaron para cuidar de Alice y ahora nos vamos a buscar mis cosas a casa ¿verdad? -dijo mirando a su hermana.

-¿Venís con nosotras? -preguntó Alicia. Eduardo le acarició la carita y sonrió.

-Si tu hermana me deja... -dijo mirando de reojo a Patricia.

-Está bien... ¡Pero solo por hoy, ehh! -bromeó Patricia.

Los tres caminaron. Alicia le dió cada mano a cada uno. Patricia y eduardo jugaron un rato a lanzarla por los aires y cuando llegaron a casa de Patricia los tres recogieron sus cosas. Volvieron caminando a la casa y cuando llegaron se encontraron con Carolina y Joe dándose mimos en el sofá. Eduardo le tapó los ojos a Alicia y Patricia carraspeó.

-Hola, chicos. -dijo Carolina girando su cara para mirarlos.

-¡Déjame mirar! -se quejó Alicia apartando las manos de Eduardo de su cara.- ¡Voy a jugar" -dijo saliendo corriendo hacia el jardín.

-Nosotras vamos a hacer la comida. -avisó Patricia, las dos fueron a la cocina.- ¿Estás loca? -dijo cuando estaban solas.

-¿Que? Pensé que íbais a tardar más. -se quejó ella.

-Si te viera papá... -se quejó Patricia.

-Por ahí no, hermanita... -las dos conocían sus puntos débiles.

-Está bien, está bien... Vamos a cocinar algo rico... -dijo agarrando un libro de cocina de su madre.- ¿Pollo a la naranja? -propuso Patricia. Su hermana asintió y se pusieron manos a la obra. Comieron los cinco juntos, pero después Carolina y Joe se fueron a dar una vuelta, avisaron que llegarían tarde. Los tres juntos por la tarde jugaron al parchís y después vieron una película infantil. Cuando estaba terminando Alicia recostó la cabeza en las piernas de su hermana y esta empezó a acariciar su pelo. Cuando la película terminó Eduardo se asomó a mirar si Alicia estaba dormida.

-Está dormidita... -dijo el. La agarró en brazos y acompañado por Patricia la subieron a su cuarto. La metieron en la cama y cerraron la puerta de su cuarto. Volvieron al living y se sentaron en el sofá mirando a la nada.

-Es la hora. -dijo entre el silencio Patricia. Eduardo la miró pidiendo explicaciones.

-¿De que?

-De esto. -se acercó y le dio un pico. Se separó y lo miró esperando la reacción.

-¿Esa es tu manera sutil de hablar del tema? -preguntó después de unos segundos.

-Ya ves... Herencia familiar... -rió ella. El se acercó y la besó. Ella lo miró enarcando una ceja.

-Uno a uno... -dijo el. Ella rió y se lanzó encima de el besándolo.

El la agarró de la cintura y la guió hasta las escaleras. Subieron la escaleras tropezándose con todo. Buscaron el cuarto de el y entraron en el. La espalda de Patricia golpeó las paredes varias veces para terminar sobre el colchón.

-¿Ya están todos dormidos? -preguntó Joe cuando entraron en casa y todo estaba oscuro y vacío.

-No lo creo... Patri seguro que está en su cuarto leyendo algo. Vengo ahora. -le dio un pico y subió las escaleras, entró en el cuarto de Patricia y lo vió vacío. Eso la sorprendió. Iba caminando hacia el cuarto de Eduardo pero recapacitó al escuchar ruidos extraños. Puso las manos en la boca y bajó casi corriendo.

-¿Que pasa? -preguntó su novio al verla correr.

-Patricia y Eduardo... están... ya sabes... eso... juntos... -dijo entrecortadamente.

-¿Como? -dijo confuso Joe.

-Están haciendo lo mismo que hacemos vos y yo, lo que tuvieron que hacer mis padres para encargarnos, lo que hacen en el coche el Titanic, lo que... -su novio puso sus manos sobre su boca para que se callase.

-Lo entendí.

-¿Que hago?

-Si querés podés ir y unirte a ellos... -Carolina golpeó su brazo.- Ok, ok... No tenés que hacer nada. Tu hermana es adulta y Eduardo también lo es.

-Están locos...

-Nosotros podíamos hacer una locura esta noche, o un par de ellas... -dijo el mirando el suelo. Carolina rió y los dos fueron hasta el cuarto de Carolina.