-¿Ya
nació? -la volvieron a ignorar por cuarta vez en la noche. Patricia
le preguntaba a cada médico o enfermera que pasaba por su lado pero
ninguno le contestaba. Rendida se sentó al lado de su hermana.
-No
te van a contestar, Patri. -dijo Carolina con la voz cansada.
-Tenés
razón. -la miró y se dió cuenta de que se estaba durmiendo.- ¡Ehh!
No te duermas nena que va a nacer tu último hermano y te lo vas a
perder.
-Tengo
sueño.
-Hubieras
dormido más. -sentenció Patricia.- Acá no se durme hasta que vea
salir a papá por esa puerta con mi hermano en brazos.
-Hermano
o hermana. -dijo Carolina.
-Presiento
que va a ser varón. Mi intuición me lo dice. -dijo romántica.
Entonces entraron por la puerta Ana con Óscar y Lucía.
-¿Ya
nació? -entonaron los tres a la vez.
-No
lo sabemos, nadie me dice nada... -dijo poniendo puchero y
abrazándose a Óscar.
-Bueno,
pues a sentarse y esperar... -dijo Ana. Carolina, sentada a su lado,
apoyó la cabeza en su hombro y se quedó dormida.
-Que
no duermas.. -dijo Patricia con rabia mientras despertaba a su
hermana.
-¿Cuando
llegaron ustedes? -preguntó Lucía.
-Desde
las cuatro que estamos acá. -se quejó Patricia.- Y aun no se nada.
¿Cuanto tarda un parto? -le preguntó a Ana.
-Depende.
Soraya nació en 30 minutos, en cambio, con Bea tuve un parto de 5
horas. -dijo Ana.
-Que
mal... Pues con la mala suerte de mamá, tarde 8 horas mínimo. -dijo
Carolina. Óscar rió y chocó su mano con la de ella.
-¡No
tiene gracia! Mirá si sale algo mal. -dijo Patricia.
-No
salió nada mal. -Peter apareció por la puerta con un ser vivo en un
toallón. Todos se pararon para ver al nuevo integrante de la
familia. Peter dejó ver su piel blanca, sus grandes y verdes ojos,
su nariz de Lanzani.
-Es
un nene precioso. -dijo Patricia.
-Nena,
es una nena preciosa. -la corrigió Peter
-Patri,
tenés la intuición en el culo. -dijo Carolina posando una mano en
su hombro.
-¿Como
está mamá? -preguntó ignorando a su hermana.
-Está
cansada. Ahora va a dormir. Después la ven. -entonces Peter vió a
un apareja de ancianos por el pasillo. Ella venía corriendo y el
venía tranquilo detrás de ella.
-¡Ya
nació, Tomás! ¡Nació y nos lo perdimos! -gritó Natalia. Peter le
mandó bajar el tono de voz y le enseñó a sus papás la nueva
integrante de la familia.
-¡Pero
que linda mi nieta! ¡Que linda! -exclamó Tomás al ver sus ojitos
verdes.
-Nosotras
estamos acá, abuelo. -dijo Carolina.
-¿Vas
a hacer una escena de celos ahora? -dijo Peter.
-No,
yo soy grande y no me pongo celosa. -dijo Carolina. Se abrazó a la
grande panza de su abuelo y Peter volvió a desaparecer con la nena.
Lali
despertó de su sueño y se encontró con Peter mirándola desde el
sillón del cuarto. Le sonrió y el se acercó.
-¿Cansado
el trabajo de traer criaturas hermosas al mundo? -dijo Peter
acariciando su pelo revuelto.
-¿Como
está la nena? -preguntó ella.
-Está
dormidita. ¿Querés algo?
-Si,
un café con muchas nubes dulces. -pidió ella. Peter rió al
recordar que pidió lo mismo hace 15 años.
-Tus
hijas, las mayores, están histéricas. Patricia quería un hermano,
Carolina tiene sueño y su hermana no le deja dormir.
-Deciles
que pasen, en silencio. -dijo Lali. Peter salió a por el café de su
esposa y les dijo a las mellizas que fueran a ver a su mamá.
-Hola,
ma. -dijo Patricia asomándose al cuarto de su mamá con su hermana.
-Pasen,
¿ya la conocen? -preguntó agarrando a su última hija en brazos.
-Si,
papá nos la dejó ver antes. -dijo Carolina acariciandole el cachete
a la beba.
-Nos
vamos, y dejamos que entre la tía Ana, Óscar y Lucía, ¿si? -las
dos nenas dejaron un beso en cada cachete de su mamá y salieron.
Entonces entró la hermana de la mamá.
-La
tercera, eh. -dijo acercándose.- Me ganaste en eso, y en marido.
-dijo entre riendo.
-Si,
parece que Peter es un poco menos invécil que Eduardo. -rió Lali.-
¿La querés tener? -dijo ofreciéndole a su sobrina. Ana la agarró
despacio y con cuidado.
-Ay,
hermana, te felicito. Es la beba más hermosa que veo en los últimos
15 años. -dijo Ana.
-¿Como
querés que se llame? -le preguntó.
-No,
eso lo eligen vos y Peter. Yo no tengo nada que decir.
-Si
no lo elegís vos, lo escojen Óscar y Lucía. Pero yo quería que lo
escojieras vos. -su hermana la miró.- Por favor...
-Dale,
dejame que piense... -Ana miró la nena de arriba a abajo y le
sonrió.- ¿Que te parece Alicia?
-Alicia,
me encanta. -sonrió ella. Entonces vió a Peter obsevándolas desde
la puerta.- Peter, ¿nos estás espiando?
-No...
Solo quería saber el nombre de mi hija. -dijo dejándole el café en
la mesa de luz.
-¿Te
gusta Alicia? -le preguntó Ana.
-Si,
me gusta Alicia.
-Bueno,
me voy y así dejo entrar a tus sobrinos. -dijo dejando a la beba en
brazos de su madre otra vez. Óscar, Lucía, Soraya y Bea entraron
despacito.
-¿Como
se llama? ¿Mariana Junior? -dijo riendo Óscar cuando la tuvo en
brazos.
-¿Por
que lo decís? -preguntó la madre.
-Porque
ella es 15 años más chica que sus hermanas mellizas, como vos.
-explicó dejando a la pequeña en brazos de Bea.
-Es
casualidad... -dijo Peter sonriendo sin dejar de mirar a su hija que
pasaba de brazos en brazos, hasta que llegó a sus brazos.
-¿Como
se llama? -preguntó Soraya.
-Alicia,
Ana lo escojió. -dijo Mariana.
-Re
lindo nombre, para un aprincesita como ella. -dijo Lucía.
-Si,
ya me llegan Carol y Patri de guerreras. -dijo Peter haciendo reír a
los sobrinos de su mujer. Los cuatro salieron dejando entrar a los
papás de Peter.
-¿Ya
tiene nombre? -preguntó Natalia.
-Si,
se llama Alicia. -le comunicó su hijo.
-¿Sabés
que si vos fueras una nena te llamarías Alicia? -le dijo su papá.
-Tomás,
no le cuentes eso al nene.
-No
sabía que mi segundo nombre fuera Alicia. -rió Peter.
-No,
tu segundo nombre es Pedro. Alicia sería tu tercer nombre. -acotó
Mariana.
Todos
rieron pero se tuvieron que callar para que Peter pudiera
tranquilizar a su última hija.

Me muero, muy tierno el cap
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