sábado, 19 de enero de 2013

26.Viaje de fin de curso.





Para celebrar que habían superado el cuarto curso de la secundaria, los profesores de los alumnos de Dimas decidieron llevarlos a Londres como recompensa de superar un curso difícil.

-Mamá, ¿en Londres hace frío? -preguntó Patricia agarrando sus últimas cosas para el viaje.

-Si, seguro que nieva. Como a nosotros en Nueva York. -dijo la petiza preparando cuatr cafés para acompañar a sus hijas al aeropuerto.

-Mamá, estás pesada con lo de Nueva York. -gritó Carolina desde el comedor.

-¿A que te quedas y no vas a Londres? -amenazó Lali. Carolina se calló y siguió comiendo sus cereales.

-Lali, ¿avisaste a Vázquez de que íbamos a llegar un poco tarde? -preguntó Peter. Lali se llevó las manos a la boca.- Lo sabía. -afirmó el.

-Perdón, che. Pero es que tuve que ayudar a tus hijas a hacer la valija. Pudiste avisarlo vos.

-Ya lo voy a avisar ahora. -dijo con el celular en la oreja. Cuando su jefe le contestó el salió al jardín para hablar más tranquilamente.

-Me llaman todos los días ¿si? -dijo Lali. Sus hijas asintieron con la taza en sus bocas.

Lali y Peter acompañaron a sus hijas al aeropuerto y se despidieron de ellas. Peter manejaba de vuelta.

-Peter, te pasaste tenías que doblar a la izquierda. -dijo Lali cuando el no siguió el camino hacia la comisaría.- Por acá no se va a comisaría.

-Es que hoy no vamos a comisaría.

-¿Como? -preguntó Lali.

-Nos pedí el día libre. -informó Peter.

-¿Por que?

-Porque hace 15 años que vos y yo no estamos juntos y tranquilos. Y tenemos que aprvechar que los terremotos se fueron de viaje con la escuela.

Lali sonrió. Al llegar a su casa los dos tropezaron con varias paredes y muebles. Subieron con dificultades las escaleras y cayeron sobre el colchón entre risas. Hicieron el amor una y otra vez. Como dijo Peter, había que aprovechar.

Lali sobre su pecho y el acariciando su pelo.

-Es cierto que hacía tiempo que no estabamos tan traquilos. Quizás las nenas deban ir más amenudo de viaje, a conocer el mundo. -propuso Lali.

-Solas ni loco.

-Pueden ir con Candela.

-Entonces, prefiero que se queden en casa molestando. -dijo Peter. Ella le golpeó el pechó y el rió de su mujer.

Comieron los dos solos y disfrutaron de una película después de comer.

-¿Como es el lugar donde duermen? -preguntó la madre a través del celular.- ¿Lindo? Me alegro por ustedes. ¿Y Londres? ¿Hace frío? Pues abríguense mucho. Les paso con papá.

-Hola, terremotos. -así las bautizó cuando nacieron.- Bueno, perdón... -y a ellas no les gustaba nada.- ¿Como están? Bien, nosotros bien. No... Hoy no tuvimos mucho trabajo. -Lali rió y Peter le tapó la boca para que sus hijas no la escucharan.- Dale, hasta mañana. -le devolvió el celular a su mujer y se volvieron a concentrar en la película.

Decidieron ir a cenar a Entre muertes, acompañados por Gas, Euge y Lucía. Estaban sentados en la mesa de siempre cuando escucharon a Pablo.

-Ah bueno... No van a trabajar pero a cenar si. Que feo... -se quejó el morocho seguido por la rubia y su hija.

-¿Como llegaron las nenas? -preguntó Rocío.

-Bien, llegaron después de comer. Están muy contentas. -dijo su madre.- ¿Hablaron con Alex?

-Si, nos dijo que iban a alargar la luna de miel. -dijo Pablo.- A ver que le hace su maridito...

-Ni que fuera un asesino en serie. -se quejó Lali. Todos rieron de la escena.- ¿Están pasandola lindo?

-Si, dicen que están muy bien. -dijo Pablo.- ¿Vos no llamaste a tu sobrino? -preguntó asombrado.

-No, no quería molestar...

-A papá le encanta molestar. -dijo África. Peter, Lali y Rochi rieron de la adolescente.

Que graciosa! -se quejó Pablo.

-Lo heredó de su padrino. -dijo agrandándose Agustín que llegaba por la puerta del bar acompañado por Candela.

-Claro.... -Pablo alargó todas las vocales de la palabra y rió.

-Papá, claramente de vos, no lo heredé. -dijo la nena abrazada a su padrino.

Una pareja entró discutiendo en el bar. Y Lucía al verlos dejó lo que estaba haciendo y salió de atrás de la barra. Lali se paró y las dos se pararon atrás de Ana.

-¿Que pasa, Eduardo? -le preguntó Lali a su ex-cuñado.

-Pasa que este año me toca a mi Noche Buena con las niñas. -se quejó el padre de las niñas.

-Eduardo, el año pasado te tocó a vos Noche Buena y Navidad, este año nos toca a nosotras por lo menos un día. -dijo Ana sin alterarse.

-Pero esa semana es mía. -dijo el, otra vez.

-Eduardo, por favor. Deja que las niñas pase con nosotros la Noche Buena. -pidió Lali.- La pasaremos todos juntos, en cambio Navidad nosotros la pasamos con los padres de Peter, Lucía con los papás de su marido y Óscar con Pablo y Rocío. Noche Buena es el único día que estamos todos juntos.

-Mariana me da igual con quien paseis la Navidad. -dijo Eduardo elevando la voz.

-Por favor, vos sos hijo único y cenas con tus papás en Noche Buena, y comes en Navidad con ellos. ¿Que mas te da que las nenas cenen con nosotros el 24? -dijo Lucía.

-¿Me vais a atacar las tres? -dijo Eduardo.- Desde que murió Pato están todos insoportables.

Una cachetada paró en su mejilla. Lali no lo soportó más y tuvo que hacerlo.

-¿Quien te crees que eres para decir eso? No tienes ni idea de lo que es perder a alguien. -le gritó Lali. Peter se paró y posó sus manos en sus hombros para intentar tranquilizarla.

-Lali... -le dijo su marido.

-Y ahora te vas. ¡Te vas! -lo dijo despacio, alto y claro la petiza.

-Ya discutiremos esto cuando estés más calmado. -dijo Ana. Lali se sentó y Lucía le trajo un vaso de agua a cada una de sus tías. Agustín, Pablo, Rocío y África se fueron del bar, dejando a la familia tranquilos.

-Tranquila, Lali. -le dijo Peter, ya que su mujer no se podía tranquilizar.

-No me puedo tranquilizar. ¿Como nos puede decir eso? -hacía un par de minutos que las lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

-Tranquila, es un idiota. -la apoyó Ana.

-Vámonos a casa, Lali. -Peter la ayudó a pararse y salieron del bar. Caminaron despacio y tranquilos hasta su casa. Peter acompañó a Lali a la cama y el bajó al living. Agarró su celular y llamó a sus hijas.- ¿Como están, lindas? ¿En serio? Jodeme. Si, si, nosotros estamos bien... -odiaba mentir pero era lo mejor.- Mamá, está durmiendo ya. Estaba muy cansada. Mañana hablan con ella. Si, si... No sean cursis. -se quejó al escuchar un Te queremos y te echamos de menos, del otro lado.- Hasta mañana.

Dejó el celular encima de la mesa ratona del living y suspiró largo.

-Peter... -Mariana apareció en escena.

-¿Pasó algo? ¿Estás bien? -preguntó alarmado ya parado a su lado.

-Tenemos que hablar...

-¿Me vas a pedir el divorcio? -dijo el bromenado. Ella rio y lo miró seria.

-Tengo un atraso.

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