Para
celebrar que habían superado el cuarto curso de la secundaria, los
profesores de los alumnos de Dimas decidieron llevarlos a Londres
como recompensa de superar un curso difícil.
-Mamá,
¿en Londres hace frío? -preguntó Patricia agarrando sus últimas
cosas para el viaje.
-Si,
seguro que nieva. Como a nosotros en Nueva York. -dijo la petiza
preparando cuatr cafés para acompañar a sus hijas al aeropuerto.
-Mamá,
estás pesada con lo de Nueva York. -gritó Carolina desde el
comedor.
-¿A
que te quedas y no vas a Londres? -amenazó Lali. Carolina se calló
y siguió comiendo sus cereales.
-Lali,
¿avisaste a Vázquez de que íbamos a llegar un poco tarde?
-preguntó Peter. Lali se llevó las manos a la boca.- Lo sabía.
-afirmó el.
-Perdón,
che. Pero es que tuve que ayudar a tus hijas a hacer la valija.
Pudiste avisarlo vos.
-Ya
lo voy a avisar ahora. -dijo con el celular en la oreja. Cuando su
jefe le contestó el salió al jardín para hablar más
tranquilamente.
-Me
llaman todos los días ¿si? -dijo Lali. Sus hijas asintieron con la
taza en sus bocas.
Lali
y Peter acompañaron a sus hijas al aeropuerto y se despidieron de
ellas. Peter manejaba de vuelta.
-Peter,
te pasaste tenías que doblar a la izquierda. -dijo Lali cuando el no
siguió el camino hacia la comisaría.- Por acá no se va a
comisaría.
-Es
que hoy no vamos a comisaría.
-¿Como?
-preguntó Lali.
-Nos
pedí el día libre. -informó Peter.
-¿Por
que?
-Porque
hace 15 años que vos y yo no estamos juntos y tranquilos. Y tenemos
que aprvechar que los terremotos se fueron de viaje con la escuela.
Lali
sonrió. Al llegar a su casa los dos tropezaron con varias paredes y
muebles. Subieron con dificultades las escaleras y cayeron sobre el
colchón entre risas. Hicieron el amor una y otra vez. Como dijo
Peter, había que aprovechar.
Lali
sobre su pecho y el acariciando su pelo.
-Es
cierto que hacía tiempo que no estabamos tan traquilos. Quizás las
nenas deban ir más amenudo de viaje, a conocer el mundo. -propuso
Lali.
-Solas
ni loco.
-Pueden
ir con Candela.
-Entonces,
prefiero que se queden en casa molestando. -dijo Peter. Ella le
golpeó el pechó y el rió de su mujer.
Comieron
los dos solos y disfrutaron de una película después de comer.
-¿Como
es el lugar donde duermen? -preguntó la madre a través del
celular.- ¿Lindo? Me alegro por ustedes. ¿Y Londres? ¿Hace frío?
Pues abríguense mucho. Les paso con papá.
-Hola,
terremotos. -así las bautizó cuando nacieron.- Bueno, perdón... -y
a ellas no les gustaba nada.- ¿Como están? Bien, nosotros bien.
No... Hoy no tuvimos mucho trabajo. -Lali rió y Peter le tapó la
boca para que sus hijas no la escucharan.- Dale, hasta mañana. -le
devolvió el celular a su mujer y se volvieron a concentrar en la
película.
Decidieron
ir a cenar a Entre muertes, acompañados por Gas, Euge y
Lucía. Estaban sentados en la mesa de siempre cuando escucharon a
Pablo.
-Ah
bueno... No van a trabajar pero a cenar si. Que feo... -se quejó el
morocho seguido por la rubia y su hija.
-¿Como
llegaron las nenas? -preguntó Rocío.
-Bien,
llegaron después de comer. Están muy contentas. -dijo su madre.-
¿Hablaron con Alex?
-Si,
nos dijo que iban a alargar la luna de miel. -dijo Pablo.- A ver que
le hace su maridito...
-Ni
que fuera un asesino en serie. -se quejó Lali. Todos rieron de la
escena.- ¿Están pasandola lindo?
-Si,
dicen que están muy bien. -dijo Pablo.- ¿Vos no llamaste a tu
sobrino? -preguntó asombrado.
-No,
no quería molestar...
-A
papá le encanta molestar. -dijo África. Peter, Lali y Rochi rieron
de la adolescente.
-¡Que
graciosa! -se quejó Pablo.
-Lo
heredó de su padrino. -dijo agrandándose Agustín que llegaba por
la puerta del bar acompañado por Candela.
-Claro....
-Pablo alargó todas las vocales de la palabra y rió.
-Papá,
claramente de vos, no lo heredé. -dijo la nena abrazada a su
padrino.
Una
pareja entró discutiendo en el bar. Y Lucía al verlos dejó lo que
estaba haciendo y salió de atrás de la barra. Lali se paró y las
dos se pararon atrás de Ana.
-¿Que
pasa, Eduardo? -le preguntó Lali a su ex-cuñado.
-Pasa
que este año me toca a mi Noche Buena con las niñas. -se quejó el
padre de las niñas.
-Eduardo,
el año pasado te tocó a vos Noche Buena y Navidad, este año nos
toca a nosotras por lo menos un día. -dijo Ana sin alterarse.
-Pero
esa semana es mía. -dijo el, otra vez.
-Eduardo,
por favor. Deja que las niñas pase con nosotros la Noche Buena.
-pidió Lali.- La pasaremos todos juntos, en cambio Navidad nosotros
la pasamos con los padres de Peter, Lucía con los papás de su
marido y Óscar con Pablo y Rocío. Noche Buena es el único día que
estamos todos juntos.
-Mariana
me da igual con quien paseis la Navidad. -dijo Eduardo elevando la
voz.
-Por
favor, vos sos hijo único y cenas con tus papás en Noche Buena, y
comes en Navidad con ellos. ¿Que mas te da que las nenas cenen con
nosotros el 24? -dijo Lucía.
-¿Me
vais a atacar las tres? -dijo Eduardo.- Desde que murió Pato están
todos insoportables.
Una
cachetada paró en su mejilla. Lali no lo soportó más y tuvo que
hacerlo.
-¿Quien
te crees que eres para decir eso? No tienes ni idea de lo que es
perder a alguien. -le gritó Lali. Peter se paró y posó sus manos
en sus hombros para intentar tranquilizarla.
-Lali...
-le dijo su marido.
-Y
ahora te vas. ¡Te vas! -lo dijo despacio, alto y claro la petiza.
-Ya
discutiremos esto cuando estés más calmado. -dijo Ana. Lali se
sentó y Lucía le trajo un vaso de agua a cada una de sus tías.
Agustín, Pablo, Rocío y África se fueron del bar, dejando a la
familia tranquilos.
-Tranquila,
Lali. -le dijo Peter, ya que su mujer no se podía tranquilizar.
-No
me puedo tranquilizar. ¿Como nos puede decir eso? -hacía un par de
minutos que las lágrimas empezaron a salir de sus ojos.
-Tranquila,
es un idiota. -la apoyó Ana.
-Vámonos
a casa, Lali. -Peter la ayudó a pararse y salieron del bar.
Caminaron despacio y tranquilos hasta su casa. Peter acompañó a
Lali a la cama y el bajó al living. Agarró su celular y llamó a
sus hijas.- ¿Como están, lindas? ¿En serio? Jodeme. Si, si,
nosotros estamos bien... -odiaba mentir pero era lo mejor.- Mamá,
está durmiendo ya. Estaba muy cansada. Mañana hablan con ella. Si,
si... No sean cursis. -se quejó al escuchar un Te queremos y te
echamos de menos, del otro lado.- Hasta mañana.
Dejó
el celular encima de la mesa ratona del living y suspiró largo.
-Peter...
-Mariana apareció en escena.
-¿Pasó
algo? ¿Estás bien? -preguntó alarmado ya parado a su lado.
-Tenemos
que hablar...
-¿Me
vas a pedir el divorcio? -dijo el bromenado. Ella rio y lo miró
seria.
-Tengo
un atraso.

AAAAAAA EMBARAZADA?? MASSSS
ResponderEliminarY si!! No hay dos sin tres! Me encanta más!
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