martes, 15 de enero de 2013

24.Tal y como estaba antes.




La mañana llegó y con eso los chicos volvieron a la furgoneta. Vieron a las tres mujeres dormidas y rieron. Pablo se acercó despacio a Rochi y la sacudió un poco. Ella abrió los ojos exaltada y al reconocerlo y le regaló una sonrisa dormida. Peter se encargó de despertar a Lali, que cuando abrió los ojos y lo vió se colgó de su cuello para a abrazarlo. Todo lo contrario con Candela, ya que Nico y Vico la despertaron golpeándola con un almohadón, mientras Agus mirada de una esquina sonriendo.

-¿Llamaste a la nena? -preguntó Rocío dormida. Pablo negó.

-Durmió en casa de Sabrina, debe de estar durmiendo todavía. -dijo Pablo.

-¿Seguro? -su marido asintió y ella volvió a cerrar los ojos para descansar.

-¿Vamos a desayunar? -propuso Victorio.

-¿A donde? -preguntó Peter.

-Anoche vi un resto-bar acá a la esquina. -dijo Nicolás. Los ocho se pararon y salieron de la furgoneta para desayunar juntos, como hacían hace 15 años.



Pero la mañana también llegó a la casa Lanzani-Espósito. Patricia abrió los ojos y se encontró sentada en el sillón de su casa con una cabeza de alguién que no conocía en su hombro derecho y la cabeza de Alan en su otro hombro. Empezó a despertar a gente, la cual cuando se despertaban se iban a su casa. Hasta que encontró a su hermana. Le sacudió y esta se desperto asustada. Al ver como había quedado su casa empezó a echa gente, tal y como hacía su hermana. Cuando solo quedaban ellas en la casa se miraron y suspiraron.

-Tenemos que limpiar. -dijo Carolina.

-Tiene que estar tal y como estaba antes. -dijo Patricia. Las dos fueron a agarrar los utensilios de limpieza y empezaron por la más difícil -el baño-.

-¿Que es eso? -preguntó Patricia al levantar la tapa del inodoro.

-No quier saberlo. -Carolina se acercó y tiró de la cisterna.

Limpiaron intentsamente durante cuatro horas. Y cuando por fien estaba todo limpio se dejaron caer en el sillón.

-¿Me vas a contar? -le preguntó Patricia a Carolina.

-¿El que?

-Ay, Carol, no te hagas la bólida. ¿Que pasó anoche con el rubio?

-Nada, se tuvo que ir.

-¿Lo vas a llamar? -preguntó intrigada.

-No, si quiere algo, va a llamar el. -las hermanas rieron y Carolina prendió la TV.- ¿Y vos, que?

-Yo... -intentó hacer memoria pero nada.- Es que no me acuerdo como se llamaba el pibe, pero estaba buenísimo.

Las volvieron a reír y la puerta se abrió. Su padre avanzó a dentro de la casa y abrió los brazos de par en par esperando a que sus hijas corrieran a abrazarlo, pero ninguna de las dos se movieron. Lali, detrás de el, se rió y pasó a su casa ignorando a Peter.

Cuanto amor paterno-filial! -exclamó irónico sin moverse todavía. Miró a sus hijas y esas rieron.- ¿No me van a abrazar? -las dos negaron. Pero el se tuvo que girar al recibir un golpe en la cabeza detrás de el Candela cagaba con el celular de su cuñado.

Como te vuelvas a olvidar de algo más, te mato! -amanzada por parte de Candela. Las mellizas se levataron y fueron a abrazar a su tía.

-¿A ella la abrazan y a mi me ignoran? Yo soy el que trae el dinero a casa. -se quejó otra vez.

Ay, papá! Desde que llegaste no hiciste otra cosa que quejarte. -dijo Patricia. Su padre la miró desafiante y se fue dándoles la espalda.- ¡Papá! No te enojes.... -dijo corriendo atrás de el para colgarse de su espalda.

-Yo me voy, tengo cosas que hacer... -dijo Candela, despidiendose de su sobrina.

-¿Que cosas? -preguntó picarona.

-Las cosas van a estar tal y como estaba antes. -dijo sonriente. Las dos se despidieron y Carolina fue con su familia.


-Acá van tres cafecitos helados. -dijo Lucía dejando tres cafés en la mesa donde estaan sentados Nicolás, Agustín y Gastón.

-¿Necesitas ayuda? -preguntó Gastón.

-No, Euge se está cambiando y ya cierro yo. No te preocupes. -le dijo al rubio. Entonces Eugenia salió de la cocina vestida con su sonrisa.

-Ya estoy, ¿nos vamos? -Nicolás, su pareja actual, asintió y los dos se depidieron de sus amigos.

-Yo me voy, mañana vuelve Rachel y quiero tenerlo todo bajo control. -dijo Victorio.

-¿Vas a pedirle que se mude con vos? -preguntó Agustín. Su amigo asintió y se despidió.- Dale, Lu. Espero a que cierres. -gritó Agustín sentado en la mesa, mientras Lucía recogía en la cocina.

-Agus. -dijo Candela entrando al bar.

-Cande, ¿pasó algo? -no cualquiera es un domingo a las 9 de la noche en un bar sola.

-Si, quiero hacerte una pregunta. -dijo ella acercándose a el.- ¿Me perdonás?

-¿Como? No te tengo nada que perdonar. Sos vos la que me tenés que perdonar.

-No, vos me tenés que perdonar por ser una estúpida esto últimos 15 años. Por no escucharte y...

Agustín la agarró por los cachetes y la atrajó hacia el. Todo volvió a estar tal y como estaba antes.

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