La
mañana llegó y con eso los chicos volvieron a la furgoneta. Vieron
a las tres mujeres dormidas y rieron. Pablo se acercó despacio a
Rochi y la sacudió un poco. Ella abrió los ojos exaltada y al
reconocerlo y le regaló una sonrisa dormida. Peter se encargó de
despertar a Lali, que cuando abrió los ojos y lo vió se colgó de
su cuello para a abrazarlo. Todo lo contrario con Candela, ya que
Nico y Vico la despertaron golpeándola con un almohadón, mientras
Agus mirada de una esquina sonriendo.
-¿Llamaste
a la nena? -preguntó Rocío dormida. Pablo negó.
-Durmió
en casa de Sabrina, debe de estar durmiendo todavía. -dijo Pablo.
-¿Seguro?
-su marido asintió y ella volvió a cerrar los ojos para descansar.
-¿Vamos
a desayunar? -propuso Victorio.
-¿A
donde? -preguntó Peter.
-Anoche
vi un resto-bar acá a la esquina. -dijo Nicolás. Los ocho se
pararon y salieron de la furgoneta para desayunar juntos, como hacían
hace 15 años.
Pero
la mañana también llegó a la casa Lanzani-Espósito.
Patricia abrió los ojos y se encontró sentada en el sillón de su
casa con una cabeza de alguién que no conocía en su hombro derecho
y la cabeza de Alan en su otro hombro. Empezó a despertar a gente,
la cual cuando se despertaban se iban a su casa. Hasta que encontró
a su hermana. Le sacudió y esta se desperto asustada. Al ver como
había quedado su casa empezó a echa gente, tal y como hacía su
hermana. Cuando solo quedaban ellas en la casa se miraron y
suspiraron.
-Tenemos
que limpiar. -dijo Carolina.
-Tiene
que estar tal y como estaba antes. -dijo Patricia. Las dos fueron a
agarrar los utensilios de limpieza y empezaron por la más difícil
-el baño-.
-¿Que
es eso? -preguntó Patricia al levantar la tapa del inodoro.
-No
quier saberlo. -Carolina se acercó y tiró de la cisterna.
Limpiaron
intentsamente durante cuatro horas. Y cuando por fien estaba todo
limpio se dejaron caer en el sillón.
-¿Me
vas a contar? -le preguntó Patricia a Carolina.
-¿El
que?
-Ay,
Carol, no te hagas la bólida. ¿Que pasó anoche con el rubio?
-Nada,
se tuvo que ir.
-¿Lo
vas a llamar? -preguntó intrigada.
-No,
si quiere algo, va a llamar el. -las hermanas rieron y Carolina
prendió la TV.- ¿Y vos, que?
-Yo...
-intentó hacer memoria pero nada.- Es que no me acuerdo como se
llamaba el pibe, pero estaba buenísimo.
Las
volvieron a reír y la puerta se abrió. Su padre avanzó a dentro de
la casa y abrió los brazos de par en par esperando a que sus hijas
corrieran a abrazarlo, pero ninguna de las dos se movieron. Lali,
detrás de el, se rió y pasó a su casa ignorando a Peter.
-¡Cuanto
amor paterno-filial! -exclamó irónico sin moverse todavía. Miró a
sus hijas y esas rieron.- ¿No me van a abrazar? -las dos negaron.
Pero el se tuvo que girar al recibir un golpe en la cabeza detrás de
el Candela cagaba con el celular de su cuñado.
-¡Como
te vuelvas a olvidar de algo más, te mato! -amanzada por parte de
Candela. Las mellizas se levataron y fueron a abrazar a su tía.
-¿A
ella la abrazan y a mi me ignoran? Yo soy el que trae el dinero a
casa. -se quejó otra vez.
-¡Ay,
papá! Desde que llegaste no hiciste otra cosa que quejarte. -dijo
Patricia. Su padre la miró desafiante y se fue dándoles la
espalda.- ¡Papá! No te enojes.... -dijo corriendo atrás de el para
colgarse de su espalda.
-Yo
me voy, tengo cosas que hacer... -dijo Candela, despidiendose de su
sobrina.
-¿Que
cosas? -preguntó picarona.
-Las
cosas van a estar tal y como estaba antes. -dijo sonriente. Las dos
se despidieron y Carolina fue con su familia.
-Acá
van tres cafecitos helados. -dijo Lucía dejando tres cafés en la
mesa donde estaan sentados Nicolás, Agustín y Gastón.
-¿Necesitas
ayuda? -preguntó Gastón.
-No,
Euge se está cambiando y ya cierro yo. No te preocupes. -le dijo al
rubio. Entonces Eugenia salió de la cocina vestida con su sonrisa.
-Ya
estoy, ¿nos vamos? -Nicolás, su pareja actual, asintió y los dos
se depidieron de sus amigos.
-Yo
me voy, mañana vuelve Rachel y quiero tenerlo todo bajo control.
-dijo Victorio.
-¿Vas
a pedirle que se mude con vos? -preguntó Agustín. Su amigo asintió
y se despidió.- Dale, Lu. Espero a que cierres. -gritó Agustín
sentado en la mesa, mientras Lucía recogía en la cocina.
-Agus.
-dijo Candela entrando al bar.
-Cande,
¿pasó algo? -no cualquiera es un domingo a las 9 de la noche en un
bar sola.
-Si,
quiero hacerte una pregunta. -dijo ella acercándose a el.- ¿Me
perdonás?
-¿Como?
No te tengo nada que perdonar. Sos vos la que me tenés que perdonar.
-No,
vos me tenés que perdonar por ser una estúpida esto últimos 15
años. Por no escucharte y...
Agustín
la agarró por los cachetes y la atrajó hacia el. Todo volvió a
estar tal y como estaba antes.

Me encanta más!!
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