-¿Ustedes
creen que será como el las películas? -preguntó Alex mientras
esperaban en la gran cola para ingresar a un teatro de Broadway.
-Si,
eso espero. Porque tengo tantas ganas de verlo y me hace tanta
ilusión.
-Pero,
¿otro día podemos volver a ver el concurso de coros? -propuso Lali.
Todos la miraron.- Veo demasiado Glee. -dijo medio riendo. Sus amigos
rieron y volvieron a mirar al frente.
-Mirá,
hoy a las 7 hay el concurso estatal de coros... -dijo Peter mirando
la pantalla que indicaba la programación del día. Lo leyó despacio
ya que estaba en inglés y tenía que traducirlo.- Si querés, yo te
acompaño. -dijo acercándose a darle un pico.
-¡Ah,
no! -se quejó Nicolás.- Ya me llegaba con Rocío y Pablo como para
que ustedes dos también se pongan a chapar en cada esquina.
Lali
le golpeó un brazo y rió. Cuando entraron al gran teatro lo
observaron de arriba a abajo. Era tan grande que les llevó unos
cuantos segundos. Miraron el escenario y sonrieron al darse cuenta de
que iba a comenzar. Buscaron sus butacas bien cerca del escenario y
se sentaron.
-¿Nos
vas a contar que te pasó para que volvieras? -le preguntó Pato a
Candela.
-Nada,
tuve un pequeño problema nada más. -dijo ella.
-Entonces,
¿por que llamó Lali histérica porque no le atendías al celular?
-preguntó ahora Lucía.
-Ya
saben como es su hermana. Un poco histérica. Estoy bien, de
verdad...
Pero
eso era totalmente mentira. Durante los días que estaría sola
Gastón y Euge le propusieron irse con ellos y Candela aceptó. Lloró
los días que llevaba de vuelta. Lloró, comió y durmió. Pero hoy
se paró de la cama, se vistió y bajó con sus amigos al bar. Se
sentó en la mesa de siempre con los auriculares puestos y un café
en frente de ella. Estuvo así hasta que Ana, Pato y Lucía entraron
por la puerta buscándola.
-¿Querés
venir a casa? Así no estás sola acá... -le propuso Ana.
-No,
no se preocupen. Estoy con ellos. -miró a Gastón que estaba
sirviendo unos cafés y éste le guiñó un ojo.
-Bueno,
si necesitás algo llamanos. -Lucía se paró.- Tengo que rendir
biología en una hora, entonces me voy. ¿Nos vemos el uno de enero?
-En
casa de los abuelos. -dijo Pato. La casa de Ana siempre será la casa
de los abuelos, ya que ellos viveron en ella toda su vida hasta su
muerte.
Pato
y Ana volvieron a dejar sola a Cande que se dispuso a acerle compañía
a Euge en el escalón de la puerta del bar. Se sentó a su lado y le
pidió un pitillo. Hacía dos meses que no fumaba pero cuando se
deprime recae en el.
-¿Se
puede aber porque Cande no me atiende mis llamados? -dijo Lali
mirando el celular, sentada en un banco de NY mientras esperaban a
que empezara el concurso de coros.
-La,
dejala. Debe de estar mal. Llamá a Euge o a Gas, ellos seguro que te
atienden. -le propuso Peter. Ella sonrió y agarró el celular.
-¿Gas?
-elegió al rubio.
-Lali,
¿que tal por los EEUU? -le preguntó el rubio.
-¿Como
está, Cande? -preguntó ignorando la pregunta del rubio. Gastón
miró a Cande y le hizo señas indicándole que era su prima. Ella
negó y pidió con las manos juntas que no le diese el celular.
-Cande...
Cande está bien. Está de shopping con Euge. -la flaca se abrazó al
cuello de Gastón y le dió un beso en la mejilla.
-Por
favor decime que me llame. -pidió Lali que se despidió de Gastón y
miró a Peter.- Estaba con el, y supongo que mal... -el pasó un
brazo por su espalda acariciándola.
-¿Gas
te lo dijo?
-No,
pero ella no quiso hablarme. -la petiza apoyó una mejilla en el
hombro de el.- Pero, volvamos. El concurso va a empezar. -ella se
paró y el, tomándola de la mano, la acompañó hasta la puerta ya
que el no iba a entrar.
Peter,
Vico y Agus decidieron no entrar con sus amigos y se quedaron
sentados en un banco, mirando la nieve.
-¿Nos
vas a contar que pasó? -rompió el hielo Victorio.
-Me
acosté con Candela. -sin anestesia lo escupió.- Ella pensó que lo
hice por lo de la apuesta y que la utilicé. Se enojó, me gritó y
se fue. Fin de la historia.
-¿Se
lo intentaste explicar? -preguntó Peter. Conocía a Agu y sabía que
aun que fuera un poco pirata, mujeriego y mentiroso, no le haría eso
a una mujer que aprecia. Y menos a Candela.
-Si,
la llamé todo el día y toda la noche. Pero no quiere habla conmigo.
-Ni
con vos, ni conmigo. -dijo Victorio que seguro que también la llamó.
-No
quiere hablar con nadie. Lali tampoco pudo habalr con ella. -dijo
Peter. Agustín suspiró y miró al suelo.- ¿Cambiamos de tema?
Ultimamente, vos andás muy desaparecido me parece a mi... -le dijo a
Victorio.
-Conocí
a una mina. -dijo el sonriendo.
-¿A
una? Yo ya te vi con tres o cuatro. -rió Peter. A Agus también se
le escapó una risita.
-Lo
digo en serio, bólido. -dijo golpeándo la cabeza de Peter.
-¿Y
como se llama? -preguntó Agustín.
-Se
llama Emma. -dijo sonriente.
-¿Y
que vas a hacer? -preguntó Peter.
-No
se, estos últimos días estuve todo el tiempo en su casa. Buena
onda, pero tengo miedo de crearse malas ilusiones... -dijo el.
-O
de creártelas a vos. -añadió Peter. Victorio asintió.
-Bueno,
da igual. Hay millones de minas en Dimas. Además, creo que este año,
en el instituto -el único de Dimas, al que todos asistieron.- se
gradúan unas muy lindas. Me lo dijo Alex. -añadió después
Victorio.
-Sos
un poco pederasta... -dijo medio riendo Peter.
-Eh...
pará, pará, pará. Solo soy cuatro años mayor que ellas. No es
nada. -rió junto a sus amigos.
-Me
encanta. -dijo Lali mirando el escenario como un instituto de minas
cantaban un temazo de Lady Gaga.
-Yo,
desde que veo Glee, me arrepiento de que en el instituto de Dimas no
hubiera un coro. -dijo Rocío.
-Parecen
dos nenas viendo Glee. También lo ve Alex. -dijo Pablo.
-Nosotras
todavía somos unas nenas. -dijo Lali haciéndose la indignada.
Nicolás, atrás de ella, reía de la cara que puso su amigo.
En
Dimas...
-Cristina,
¿me llamaste? -preguntó Candela asomando la cabeza al despacho de
su superior. Allá estaba Pato.
-Si,
tenemos que hablar. -Candela pasó y se sentó al lado de su primo.-
Tenemos un problema. ¿Recordás que hace un mes se abriño de nuevo
el caso de tus tíos? -la flaca asintió.- Y, también te acordás de
que Lali lo quiso cerrar ¿no? -volvió a asentir.- Bueno, los
asesinos de tus tíos volvieron a las andadas. -de repente Candela
sintió como se le paraba el corazón.- Ayer Pato habló con tu mamá
-hermana del papá de Lali.- para avisarla. Y queremos que vos
también lo sepas. Hay que tener cuidado. Vos, Patricio y Mariana,
sobre todo. Si tienen que matar a alguien será a cualquiera de
ustedes. Así que quiero que tenga mucho cuidado.
-¿A
quien mataron ahora? -preguntó con algo de miedo la flaca.
-Un
antiguo abogado. -dijo Pato.
-¿Y
como saben que fueron ellos? -preguntó Candela.
-Por
esto. -Cristina sacó un portafolios de un cajón de su mesa.- Son
algunas de las hojas que desaparecieron del Caso Espósito.
Cometieron el error de dejarlas en la escena del crimen. Pero no hay
huellas ni nada para poder buscarlos.
-Si
ves algo raro, avisanos. -dijo Pato. Candela asintió tragando
saliva.

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