-No
quiero volver. ¿Porque no nos quedamos a vivir acá? -propuso Alex
cuando ya estaban en el aeropuerto.
-Porque
seguro que echarías de menos a tus amigos, ¿no? -dijo Pablo.
-Yo
echo de menos a los rubios. -Rocío hablaba de Gastón y Eugenia.
-Chicos,
vamos, que nuestro avión se va sin nosotros. -dijo Agustín llegando
en compañía de Bicolás. Entonces los dos miraron a Victorio que
estaba en la puert con una mina, Emma. Peter también miró y medio
sonrió. Todos se pararon y comenzaron a prepararse, mientras,
Agustín y Nicolás iban a donde estaban Victorio.
-Vico,
nos tenemos que ir. -dijo Agustín.
-Ok,
ya voy.
Dejaron
que se despidiera y volvieron los tres juntos a donde sus amigos los
esperaban.
-Volvemos
a casa... -dijo Lali algo melacólica sentada al lado de Peter en el
avión.
-¿Estás
bien? -le preguntó Peter pasando el brazo por su espalda.
-Si,
estuve pensando en que... Como tu y yo estamos, así... bien ¿no?
-Peter enarcó una ceja y la miró.- Quizás, si quieres, puedes
venir a casa a...
-Lali...
Dale, decilo.
-Que
si quieres venir a vivir a casa. -dijo rápido y sin mirarlo. Peter
rió y ella lo miró.- ¿No querés venir? No pasa nada, yo puedo
seguir viviendo sola como hice los últimos... ¿Podés parar de
reírte? -le dijo a Peter.
-Si.
-¿Que
si que?
-Si
quiero.
-Pará,
yo dije que vinieras a vivir conmigo, no dije boda. -dijo Lali. El
volvió a reir y la besó.
Pablo
y Rocío estaban sentados atrás de ellos y estaban escuchando todo.
-Vos
también podías venir a vivir con nosotros. -le dijo Pablo a Rocío.
-Pero,
vos vivís con Alex. Y no se si es lo mejor que tu hermana, vos y yo
vivamos bajo el mismo techo... -Pablo la agarró de la cara y se
acercó a ella.
-Alex,
te ama. No tanto como yo, pero te ama. Y yo quiero empezar una vida
de pareja de verdad con vos. -Rocío sonrió y lo abrazó.
-¡Me
quieren joder! Me dejan la casa entera vacía. -se quejó Nicolás,
sentado entre Agus y Vico, los cuales reían.
-Te
quedaste solo, man. -dijo el cachetón.
-Mejor,
partuza todos los días. -añadió Vico.
-Ustedes
también viven solos y no hacen una fiesta cada noche. -dijo Nicolás.
-Eso
es porque somos dos en casa. Pero ahora vas a vivir vos solo. -se
excusó Agustín.
-¡Partuza
las veinticuatro horas! -se emocionó, se puso los auriculares y
seguramente que estaba imaginándose su gran fiesta.
-No
se si es lo mejor que yo los venga a recibir... -dijo Candela
frotándose un poco el brazo, no por frío sino por nervios.
-Tranquila.
-dijo Euge apoyándo sus manos en los hombros de la más flaca.
-¡Miren,
acaban de llegar! -dijo Gastón señalando un panel donde decía que
el vuelo de New York acababa de llegar.
-Estoy
deseando verlos. -dijo Euge emocionada. Entonces las puertas de otra
sección del aeropuerto, por donde llegaban y salían los pasajeros,
se abrieron. Los tres se acercaron a esperar a sus amigos, pero estos
no salían. Practicamente había salido todo el avión cuando Euge
vió a Nicolás, Vico y Agustín acercándose a ellos. La rubia
levantó la mano saludándolos y ellos sonrieron al verlos. Acelaron
el paso y en menos de treinta segundos estaban abrazándose.
-¿Y
el resto? -preguntó Cande, todavía abrazada a la cintura de
Victorio.
-Ya
vienen... -dijo Agustín mirándola a los ojos, aun que ella pronto
los apartó. Y una figura, pequeña, le tapó los ojos. Ella se dió
vulta y abarazó alegre a su prima.
-¡Ya
están acá! -dijo Euge abrazándo a Peter el cual se sacaba la
bufanda agobiado.
-¡Que
calor hace acá, macho! -se quejó este.
-Acá
es verano, Pitt. -dijo Rochi.
-¡No!
-extendió la única vocal.- ¿Estás de broma? -su amiga le golpeó
en el centro del estómago, despacito claro.
-¿Vamos
a comer algo? Los invitamos nosotros. -dijo Gastón que los ayudó
con las valijas.
Fueron
a dejar las valijas a sus respectivas casas mientras Gastón y Euge,
en compañía de Cande, preparaban algo para comer en Entre
muertes.
-Era
re lindo todo. -dijo Lali, comiendo lo que sus amigos le prepararon.
-Yo
me mudo. -sentenció Alejandra con la boca llena. Todos rieron pero
alguién que golpeaba la puerta los interrumpía. Cande fue a abrir y
las voces de los Espósito mayores se escucharon. Lali se paró y
abrazó al primer cuerpo que apareció, el cual fue Óscar. Fue
saludando uno a uno y Euge los invitó a comer con ellos, a lo cual
no se negaron.
-Está
todo re bueno. -dijo Ana, la cual volvió a aparecer sin su marido.
-Che,
¿y Eduardo? -preguntó Lali por su cuñado.
-En
casa, tenía que trabajar y no vino. -explicó Ana.
-Mejor...
-dijo Pato, su hermana le pateó por debajo de la mesa. Digamos que
Pato y Eduardo no son mejores amigos...
-¿Y
cuando me vas a llevar a mi a ver Nueva York? -preguntó su único
sobrino.
-Cuando
rindas Matemática y Biología. -contestó su padre. Los presentes
rieron.
-Che,
¿café? -preguntó Gastón. Todos se prendieron, incluso las más
pequeñas que pedían chocolatada mientras que a Alejandra y a Óscar
les permitieron beber un poco de café. Peter acompañó a su amigo a
la cocina y los dos volvieron con una bandeja repleta de tazas cada
uno. Peter les sirvió a Soraya y a Bea las tazas de girafas que ya
les pertenecían, y a Óscar una taza con el dibujo del Monstruo de
las Galletas.
-Me
gusta... -dijo el morocho mirando a Peter, el cual le chocó la mano
y siguió repartiendo cafés.
Lo
que nadie vió fue a dos cabezas asomados a la esquina y mirando la
escena desde la ventana del bar. Una de ellas agarró su celular y
marcó un número.
-La
Espósito pequeña ya está acá, señor. -dijo tapándose lo más
que pudo con un sombrero.
-Perfecto.
Vuelvan, mañana va a ser un lindo día.

No!! Que le van a hacer?? Más!! Me encanta!
ResponderEliminarme encanto por fa sube mas
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