14.La cena de Noche Buena.

-¡Ya llegamos! -anunció Candela cuando las cuatro entraron al depto de Lali, Peter y Cande.

-¿Que tal de shopping? -preguntó Agustín.

-Bien, nos compramos... -dijo emocionada Rocío.

-Solo pregunté que tal, no quería saber más. -rió Agustín. Pablo le golpeó el brazo.- Perdón rubia.

-Acabamos de ver a Vico chamuyandose a una mina ahí abajo. -Lali señaló la ventana mientras decía esto.

-Jodeme. -dijo Nicolás.

-Que el negro nos va a ganar. Ya lleva dos, tres con esta. -dijo aparentemente angustiado Agustín.

-Si, pero yo llevo una. Acá pierdes vos. -dijo Nicolás.

-¿De que hablan? -preguntó Peter.

-Apostaron quien se llevaba a más minas a la cama en todas las vacaciones. -explicó Pablo.

-¡Machistas! -gritó Rocío y los golpeó con un almohadón.

-¿Como son capaces de apostar algo así? -se quejó Lali también.

-Pues yo creo que Vico os gana a los dos. -dijo Candela sentándose en el sillón con una cerveza en la mano.

-Cande. -la retó Rocío.

-Es verdad. Agus y Nico al lado de Vico no tienen nada que hacer. -dijo antes de darle el primer sorbo a la botella de cristal.

-Rocío, ¿empezamos con el pavo? -propuso Peter, que no había hablado todavía.

-¿Tan pronto? -Lali consultó su reoj de pulsea el cual marca las cinco de la tarde.

-Si quieren cenar antes de las dos de la madrugada es mejor que empecemos ya. -dijo también Rocío.

-Dale vamos. Mi mamá me dejó esta receta y ya compré todos los ingredientes. -dijo Peter marchándose con la rubia.

Cinco horas después...

En el depto. solo quedaban Rocío, Peter y Lali -la cual se estaba preparando-. Los demás ya estaban en sus casas menos Candela que esaba haciéndole compañía al los hermanos Martínez.

-Peter, ¿te quedás vigilando esto mientras yo me visto? -dijo Rocío.

-Si, despreocupate. -dijo el morocho mirando el televisor. Cuando la puerta de la entrada se cerró Lali salió de su cuarto ya vestida.

-Peter, ¿como me queda el vestido? -preguntó arreglándose una manga. Peter la miró y dejó caer el control remoto de la televisión.

-Estás... lind... gua... bo... ¡estás buenísima! -afirmó después e varos intentos de hacer na oración completa.

-Gracias. -dijo ella con una sonrisa chiquta. Ella iba a volver al cuarto cuando el la interrumpió ya de pie.

-La.. -ella lo miró.- ¿Uno rapidito? -la petiza soltó n risa y Peter la arrastró al cuarto.

Los dos cayeron sobre el colchón suspirando.

-Ahora me tengo que volver a vestir y a peinarme. -dijo Lali mientras buscaba su ropa.

-No te quejes que te encantó. -ella lo mandó callar y el tironeó de ella hasta que cayó encima de su torso.- ¿Te encantó?

-Claro, ¿vos te creés que si no me gustara me seguiría acostando con vos? No, querido. -le dió un pico y se volvió a vestir.

Salieron del cuarto y sentados en el sillón esperaron a que los demás llegaran. Los primeros en llegar fueron los Martínez con Rocío.

-Peter, ¿vigilaste el pavo? -preguntó Rocío nada más cruzar la puerta. El miró a Lali y sonrió. Rocío al ver esto le golpeó un brazo a él.- ¡Asquerosos!

-Rochita no te hagas, querés. Si tods sabemos que vos y Pablito... -dijo Lali riendo. Rocío le lanzó su bolso, que es lo que más cerca tenía, el cual Lali esquivó con habilidad.

-Que rico huele... -dijoVictorio apareciendo por la puerta acompañado por Agus, Nico y Cande.

-Esperemos que no se haya quemado... -dijo la única mujer rubia acercándose casi corriendo al horno.

-¿Como que quemaron nuestra comida? -dijo exasperando Nicolás.

-No la quemamos, Peter la quemó. -acotó Rocío abriendo la puertecilla del horno. Lo miró y todos esperaban expectantes la respuesta.- Tuviste suerte, Lanzani. El pavo está en su punto.

Los chicos celebraron la noticia y Lali se dispuso a sacar la bebida y poner todo a tono. Se sentaron en la mesa y Rocío empezó a servir la comida encima de la mesa. Ensalada, saladitos y empanadas, lucieron la mesa durante treinta minutos. Después el pavo llegó, pero no estuvo más de quince minutos arriba de la mesa. Algo que caracterizaba a este grupo era la cantidad de comida que podían tragar en minutos. El postre lo trajeron Agus y Nico, un tarta de chocolate y un poco de helado. Comieron el postre con tranquilidad y se quedaron charlando en la mesa. Los chistes, las anécdotas, los chismes, los recuerdos...

Pero todos se callaron al escuchar el sonido del celular de Lali. Ella corrió a atender a su cuarto, donde estaba en celular y sonrió al ver el número de su hermano en la pantallita.

-¡Feliz Noche Buena! ¡Bien! -los pequeños de la casa alargaron la última sílaba y aplaudieron después.

-¿Como estás hermanita? -le preguntó Patricio.

-Bien, muy bien. Esto es divino. -contestó Lali.

-¿La estás pasando bien? -volvió a preguntar Pato. Pero Ana lo interrumpió.

-¿Comes bien? ¿Te abrigas para salir de casa? ¿Bebes dos litros de agua al día? ¿Te cuidas? -dijo Ana atropellándo a su hermana pequeña a preguntas.

-Si, a todo. Creo. -contestó ella.

-Ana, deja a la nena. -la retó Pato.

-Pero si no pregunto después pasa lo que pasa. -dijo Ana, ahí iba a comenzar una discusión de hermanos mayores. Lali sonrió, mientras Peter la miraba desde la puerta, sin que ella lo notara.

-Por ahí no, Ana Laura. -dijo Patricio.

-Si, si, todos sabemos que pasa si... -dijo Ana.

-Ah no. -Patricio la volvió a interrumpir.

-Que ustedes tengan telepatía porque son mellizos no significa que yo también. ¿Se puede saber de que corno hablan? -interrumpió la pelea Lali, tal y como lo hacía cuando era más chiquita.

-De nada. -dijo Pato. La pequeña Espósito suspuso que le arrancó el celular a su hermana.- Pasala bien, y cuando vuelvas nos haces una visita, por favor.

Lali miró el celular al notar que su hermano le había cortado y rió. Entonces se giró y vió a Peter esperándola en la puerta.

-Perdón, ¿me estabas espiando? -dijo ella al verlo.

-Si, un poquito. -el se acercó y le dió un pico.- Pero, pasa que los chicos quieren hacer algo distinto y a lo mejor tenías alguna idea.

-Si. -dijo emocionada. Buscó en uno de los cajones del cuarto y sacó una cajita blanca.

-¿Que es eso?

-El Just Dance 4. Es nuevo.

Hasta la una y media aproximádamente estuvieron bailando las coreos del juego de cuatro en cuatro. Pero entonces se les antojaron una taza de café. Lali y Candela sacron las tazas que trajeron del bar y sirvieron ocho cafés y un te -para Alex-.

-Estuvo bien la noche ¿no? -comentó Pablo mirando a su hermana que se estaba quedando dormida sobre en hombro de Agustín a las 4 y media de la madrugada.

-Si, estuvo muy bien. -dijo Candela. Entonces se paró y agarró una botella de whisky de la alacena.

-¿Se puede saber que haces? -preguntó Victorio.

-En nuestra familia es tradición un poco de alcohol en Navidad. -dijo echando un buen chorro en su taza y en la de Lali, mezclándolo con el café.- ¿Quieren?

-Si, yo quiero un poco. -se sumó Agustín. Candela iba sirviendo de la bebida mientras ellos se iban sumando. Al final, los únicos que no bebían eran Rocío, Nico y Peter, pero finalmente sacaron unas cervezas, tal y como lo hacían en su casa.

En una hora los ocho reían a carcajadas y casi lloraban de la risa. Alex se sumó a ellos con la risa, pero no por borracha sino porque le parecía gracioso la situación de los ocho.

Uno a uno se fueron iendo del depto, hasta Candela, que vivía allá. Solo quedaron Lali y Peter sentados en el sillón, a las seis de la madrugada y borrachos.

-Peter, te voy a decir una cosa. -Lali intentaba hablar con claridad pero no lo conseguía.- Te amo.- Peter, algo más consciente que ella la miró sorprendido.- Los nenes y los borrachos dicen la verdad, y yo estoy un poco borracha. -acotó ella.

-Vamos a la cama, venga. -dijo Peter intentando pararse sin marearse.

-¿Vamos a hacer el amor otra vez? -preguntó todavía en el sillón.

-Si. -dijo el serio. Ella se paró y besándose llegaron al cuarto donde se enredaron entre las sábanas otra vez.

Tengo una buena y otra mala noticia. Y como siempre se empieza por la buena, yo empiezo por la mala: la novela va a tener una desgracia. Pero la buena es que debido a esta desgracia la novela se alarga.

Espero que les siga gustando.

Un beso, Cris.~