sábado, 10 de noviembre de 2012


ENTRE MUERTES

1.Pilot

La historia empieza en Dima, un pueblo bastante grande pero no es una ciudad. En una calle del centro de Dima, en la puerta de un pequeño bar está escrito "Entre muertes". La puerta de Entre muertes es estrecha, y depués de esta un pasillo largo y oscuro. Al final de pasillo un pequeño escalón y entonces allá llegamos a las siete mesas que tiene el local con sus seis sillas cada una y la barra donde trabajan un hombre y una mujer con algunas banquetas altas. El local no tenía apenas ventanas, las paredes estaban pintadas de verde y lo adornaban fotos de todos los empleados que trabajon allá y de algunos clientes más comunes. Su dueña, Emilia, exijió que el bar estuviera ambientado en música de los clásicos de la historia.

Eugenia! ¡Gastón! -dijo Emilia llegando a su bar a primera hora de la mañana. Los dos nombrados se asomaron desde la cocina.- ¿Que tal ayer? -preguntó apoyándose en la barra del bar.

-Muy bien. ¿Querés la caja? -y Eugenia se refería a todo el dinero que habían ganado ayer.

-No, la vengo a buscar hoy a la noche con la caja de hoy. -explicó Emilia.- ¿Quien va a cerrar hoy?

-Nos quedaremos los dos. No te preocupes. -dijo Gastón. Emilia se despidió y los dos rubios volvieron a la cocina. Al menos, en un rato no llegaría nadie.

-¿Hola? -dijo Lali ingresando en su lugar favorito con su saco, su libro y su mochila a cuestas.

-Hola, Lali. -dijo Gastón saliendo de la cocina.- Andá a la mesa de siempre.

La petiza sonrió y se sentó en la última mesa del bar. Abrió su libro y se acomodó en la silla de la esquina.

-¿Un cafecito calentito? -preguntó Eugenia desde la cocina.

-Si, por favor. -contestó Lali. Eugenia le sirvió el café con unas galletitas y ella se concentró en su libro.

En menos de cinco después entró otro hombre, rubio y destacaba por sus cachetes.

Peti! -gritó al verla. Ella lo miró por encima del libro y sonrió. El saludó a Gastón y a Eugenia y se sentó con la petiza.- ¿Que hacés leyendo a esta hora de la mañana?

-Agus, sabés que me gusta leer... -dijo Lali. El se rió y pidió un café con medialunas. Después saco su celular ya que su amiga seguía entretenida con el libro.

Buenos días! -gritó Nicolás llegando en companía de Peter y Rocío. Los tres amigos vivían juntos y siempre iban juntos a todos los lados.

-Hola, chicos. ¿Lo de siempre? -dijo Eugenia limpiando la barra.

-Si, bien calentito todo eh. -dijo Rocío sentándose al lado de Agustín. Después de unos minutos, Gastón llegó con una bandeja con dos cafés una chocolatada para la rubia.

-¿Quien falta? -preguntó Peter.

-Vico y Pablo, como siempre... -dijo Lali dejando de lado su libro. En ese instante todos rieron de un Victorio acalorado que llegaba al bar.

-Llegas tarde.. -se quejó Rocío.

-Bueno, lo siento... Es que Silvia... -dijo sentándose al lado de Agustín.

-No lo queremos saber.. -dijo Lali cortándo a su amigo. Todos rieron. Gastón llegó con más cafés y medialunas. Y los seis chicos se pusieron a charlar sobre el trabajo.

-Llegué. -dijo Pablo cuando llegó al bar. Todos le aplaudieron y los saludó a todos con un inmenso hola y a Rocío con un beso en la boca. Cojió una silla de la mesa de al lado y se sentó entre Rocío y Victorio. Eugenia llegó con un último café y se sentó con ellos en una silla que agarró de la mesa más cercana.

-Euge, tenés que trabajar. -se quejó Gastón desde la barra del bar.

-Gastón, no tenemos que hacer nada. Dale, vení y sentate con nosotros. -pidió Euge. El le hizo caso y se sentó con ellos. Estuvieron hablando durante aproximadamente durante quince minutos hasta que el celular de Agustín sonó.

-Es Vázquez. -Nicolás Vázquez.- Sierra. -así le debían contestar a su jefe, con su apellido.- Si, ahora estamos allá. -cortó y guardó el celular.- A comisaría, ya.

Todos recogieron sus cosas y se dispusieron a irse.

-Euge, anotánoslo. -dijo Lali antes de salir. La rubia le hizo un OK con el dedo gordo de la mano.

Los siete jóvenes caminaron apenas cinco minutos para lelgar a su lugar de trabajo. Ese lugar era la comisaría. Se adentraron en el despacho de e jefe para que este le de trabajo.

-Tienen que resolver un caso. Igarzabal y Sierra. Tienen un cadáver en el laboratorio. -los dos forenses salieron rumbo al laboratorio.- Lanzani, y Riera, una testigo está en la sala 14. -los dos psicólogos salieron del despacho.- Espósito, Martínez y D'alessandro, al lugar del crimen.

Rocío y Agustín agarraron sus ambos en la puerta del laboratorio y entraron. Agarraron sus guantes de plástico y sus lentes. Se acercaron al cadaver que descansaba encima de su camilla en el centro de la sala. Allá ya estaba esperándolos Lucía, su ayudante.

-Tiene dos disparos de bala en el centro del estómago. -informó Rocío observando al muerto. Lucía como siempre apuntaba lo que sus superiores decían- Quien lo mató no sabía mucho de medicina, o quería matarlo lentamente. Estuvo forcejeando con alguien por los hematomas de los brazos. -los señaló con un bisturí.

-Tenía entre 45 y 50 años. -empezó Agustín.- Era un hombre.

-Mándale esta información al jefe. Decile que es importante para Espósito, Martínez y D'alessandro. -le explicó Rochi a su ayudante.- Hoy a la tarde le daremos una identidad.

Lucía asintió y salió anotando algo más en su libreta. Rocío y Agustín se decidieron por intentar averiguar quien era ese hombre.


Peter y Nico estaban sentados en unas sillas en la puerta de la sala 14. Sus superiores todavía no le dieran el visto bueno para entrar. Los dos charlan animadamente.

-Che, ¿sabes a quien se tranzó Gas? -dijo Nicolás, de vez en cuando la chusma de adentro suya salía a la luz.

-No, contame.

-¿Sabés una mina que va muchas veces a Entre muertos a la hora de comer? Rubia, ojos azules, sesenta, noventa, sesenta...

-Que suerte tiene el rubio este... -se quejó Peter.

-Pará, que la minita que vino a casa el otro día no era mucho peor...


Flashback.

Nicolás y Rocío cenaban una pizza de delivery en el living-comedor de su pequeño departamento. Mientras el rubio reía de las ocurrencias de su amiga la puerta se abrió y Peter entró con una mina.

-Hola, chicos... -dijo Peter, algo decepcionado de verlos allá.

-Hola. -dijeron los rubios a coro. Después vieron a la mina que lo acompañaba.

-Che, Peter, ¿te importa si nos vamos a casa de Pablito? -dijo Rocío.

-De Pablo no, boluda. -se quejó entre dientes Nicolás, pero se calló cuando ella lo pisó.

-No, no se preocupen. Con Mónica nos quedamos acá un rato... -dijo Peter siguiendo el juego de su amiga. Ella se paró y miró a el otro rubio dándole a entender que debía irse. Nicolás se paró y agarró la caja de cartón con los tres porciones de pizzas que quedaban.

-Esto, me lo llevo. -dijo Nicolás saliendo antes que Rocío de su departamento.

-Hasta luego.. -dijo Rocío cerrando la puerta.


-Por tu culpa tuve que estar solo con Rocío y Pablo... -se quejó el rubio.

-Riera, Lanzani pasen. -les ordenó su superior, Cristina Reyes. Los dos asintieron y ella se fue. Apenas tenía un año más que ellos y era la única mujer sin contar a Lali, Rochi y Lucía.

-Esa si que está buena... -dijo Nicolás mirando como su superior se iba meneando su cintura.

-Vamos, Riera... -dijo Peter riendo empujándolo a entrar.


Mientras Lali, Pablo y Vico estaban en el auto camino a la escena del crimen.

-Che, Rochi me acaba de mandar los datos del cadáver. Era un hombre de entre 45 y 50 años, tuvo una pelea antes de morir, por los hematomas de los brazos. Murió lentamente con dos balas en el centro del estómago. -informó Pablo leyendo lo que su novia le mandó al celular.

-Muerte dolorosa.. -dijo Victorio mientras manejaba.

-Si, el asesino quería que sufriera por algún motivo. -dijo Lali. Entonces el auto se frenó delante de una señal de la policía. Bajaron del auto y enseñaron sus placas. El policía los dejó pasar y ellos observaron la sombra del cadáver. Había un resto de sangre en el suelo, que llevaba hasta la sombra.

-No lo mataron acá. -dijo Lali. Sus compañeros la miraron sin entender.- Miren el rastro de sangre. Lo arrastraron hasta acá para confundir.

Siguieron el rastro de sangre pero este cesaba en la vereda de la carretera.

-Lo trajeron en auto. -dijo Pablo.

-Si, esto nos complica todavía mas la cosa. -se quejó Pablo.

3 comentarios:

  1. me encanta esta muy bueno

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  2. mmhh! intrigaaa qieoo novee iaaa hahah

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  3. me encanto re intrigante!! porfas pon capi pronto!!! esta buenisimo solo una preguntita es laliter?? Me encanta que todos sean compañeros de trabajo me recuerda un poco a la serie Bones :)

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