Olivia notó la ausencia de Sebastian durante casi media hora. Le
preguntó a todos por él, pero nadie sabía nada de él. Así que le
mandó un mensaje. Él tardó casi diez minutos en contestar y cuando
lo hizo le explicó que tuvo un pequeño problema con su hermana, que
lo estaba intentando resolver. Olivia no se preocupó, pero cuando
una hora pasó y seguía sin saber nada de él fue a buscarlo. Lo
encontró en la puerta del baño de mujeres, con Ethan y Loreen.
-Ey, ¿qué pasó? -le preguntó tocándole el brazo. Él la miró,
parecía enfadado, y miró a Ethan y a Loreen.- ¿Qué pasó? -les
preguntó a ellos. Los dos bajaron la cabeza y ella sospechó lo que
estaba ocurriendo y miró a Sebastian.
-Cara los vio liándose. -dijo Sebastian. La sangre de Olivia empezó
a hervir con una facilidad increíble y se acercó a la puerta.
-¡Cara! -gritó Olivia.
-¿Tú quién te crees que eres para meterte en esto? -se quejó
Ethan, apartando la mano de Olivia de la puerta. Pero Olivia,
corroída por la furia, le pegó una bofetada. Fue tan fuerte, que le
abrió el labio inferior.- ¿Pero qué...? -preguntó acercándose.
Pero Sebastian puso una mano sobre el pecho de Ethan, evitando que se
acercara más a Olivia.
-Tranquilo, que estamos aquí por tu culpa. -dijo Sebastian. Se
separó de él y lo miró fijamente.- Además te lo merecías.
-¡Cara! -volvió a gritar Olivia, pero nadie contestó.- ¿Alguien
intentó entrar?
-Sí, yo. Pero estaba enfurecida y me lanzó cosas, así que salí.
-dijo Loreen.
-Aguanta. -le dijo Olivia a Sebastian, dándole su mochila. Sebastian
la cogió y la miró sorprendido.
-¿Vas a entrar? -le preguntó Sebastian. Olivia asintió.
-¿Cómo vas a entrar si te odia? -le dijo Loreen.
-No creo que tanto como te debe de odiar a ti en este momento. -dijo
Olivia.
Abrió la puerta y entró. En cuanto entró escuchó algo golpear la
pared al lado de su cabeza, era un peine. Entonces vio a Cara entrar
corriendo en uno de los servicios y cerrar la puerta rápido. Olivia
se acercó a la puerta del servicio donde su cuñada estaba.
-Vamos, Cara, no puedes esconderte toda la vida. -dijo Olivia.
-Déjame en paz. -pidió Cara, llorando.
-¿Me dirías lo mismo si te digo que soy una experta en traiciones
amorosas? -dijo Olivia. Un silencio de unos segundos se produjo.
-¿A qué te refieres? -preguntó Cara, desde el interior. Olivia
sonrió y se sentó sobre la encimera donde estaban los lavabos.
-Mira, te cuento. Yo también tengo un hermano mayor, oirías hablar
de él... -dijo Olivia.
-¿Jacob Brull?
-Exacto. Bueno yo lo llamo Coby. -dijo Olivia, sonriendo.- Bueno, yo
siempre estuve a la sombra de él, o casi siempre. Mi hermano era el
guapo, el ligón, el que tenía una chica por noche. Conocí al menos
treinta novias de mi hermano. Pero Coby las dejaba y era un bruto.
Incluso, la mayoría de las veces, las engañaba. Ellas durante unos
días me evitaban o me odiaban. Pero después yo terminaba dándoles
el mismo consejo, mi consejo especial.
-Pero tú nunca fuiste la engañada. -dijo Cara, abriendo la puerta.
Olivia se bajó de la encimera y se acercó al servicio. Empujó un
poco la puerta y la vio sentada en el suelo, llorando. Le ofreció
una mano y la ayudó a levantarse.
-No, tienes razón. Nunca me engañaron. -dijo Olivia. Se produjo un
silencio en el que Cara miró al suelo todo el tiempo.
-¿Cuál era el consejo que le dabas a todas esas chicas? -preguntó
Cara. Olivia sonrió y tiró de su muñeca para llevarla hasta el
espejo e hizo que levantara la mirada.
-¿Mírate? ¿Te ves guapa? -le preguntó mirándola a través del
espejo.
-No. Vaya mierda de consejo, Olivia. Me siento peor. -dijo Cara,
escapándose otra lágrima de su ojo izquierdo.
-Espera... -dijo Oliva, sonriente.- Lávate la cara y para de llorar.
-dijo Olivia. Se acercó a la puerta del baño y se asomó a través
de la puerta. En cuando se asomó Ethan quiso entrar, pero Olivia se
lo impidió.- Sebastian, ¿me das mi mochila?
-Claro. -dijo él, dándosela. Ella buscó en la mochila.- ¿Cómo
está?
-¿Cómo crees que está? Su supuesta mejor amiga la engañó con su
novio. -dijo Olivia, mirándolo de reojo. Sebastian asintió,
convencido. Olivia cogió un estuche de su mochila y se le devolvió
a su novio.- Volvemos en quince minutos.
-¿Quince minutos? -preguntó Sebastian, mientras Olivia le cerraba
la puerta. Olivia volvió al lado de Cara y le enseñó el estuche
que había cogido.
-¿Es maquillaje? Eso también tengo yo. -dijo Cara.
-Pero no tienes lo que tengo yo. Vamos, mírame. -dijo Olivia.
Cara le dio la espalda al espejo y dejó que Olivia la maquillara.
Olivia sabía lo que hacía, solía maquillar a sus amigas siempre
que se lo pedían. Cuando casi había terminado dejó que Cara se
volviera a mirar en el espejo.
-¿Te ves mejor ahora? -le preguntó Olivia.- ¿Te ves guapa?
-Mejor sí, pero guapa no. -dijo Cara.
-¿Sabes por qué? Te faltan dos elementos indispensables para
sentirse guapa. Lo primero es esto. -dijo sacando su barra de labios
roja. Le pintó los labios y Cara se volvió a mirar y sonrió.- Y lo
segundo era esa sonrisa, con la que tienes que salir ahora mismo de
aquí y mirar a Loreen y a Ethan. Después le das un abrazo a tu
hermano y te vienes con nosotros, porque en diez minutos empieza a
tocar otro grupo y no me lo quiero perder. ¿Quedó claro?
-¿Es obligatorio? -preguntó Cara.
-No. Pero la otra opción es quedarte aquí, sola y llorando,
mientras destrozas todo el maquillaje que te puse para estar guapa.
-dijo Olivia. Cara suspiró y asintió.
-Vamos.
Cara salió de primera del baño y Olivia tras ella, con una mano en
su espalda. Al salir del baño, Sebastian que estaba sentado al lado
de la puerta, con la espalda sobre la pared, se levantó. Ethan y
Loreen se acercaron a ella y le agarraron del brazo.
-Soltadme. -dijo con serenidad y despacio Cara. Los miró tan
seriamente y profundamente que ambos se quedaron plasmados. Olivia
apartó las manos del brazo de Cara. Cara miró a su hermano y sonrió
después de un suspiro. Sebastian pasó un brazo por sus hombros y la
pegó a él. Los dos echaron a caminar, seguidos por Olivia.
Lo siento en el alma, sé que llevo unos días desaparecida.
Tengo noticias, buenas y malas. Las malas primero, ya no tengo más que publicar después de esta novela. Pero la noticia buena es que la persona que me ha enseñado a escribir y me ayudado con muchas de mis historias, Alexandra, se va a hacer cargo del blog. Ella no escribe igual que yo, escribe historias más maduras, fuertes, interesantes e intrigantes. Os aseguro que os encantará.
Pero antes de que este cambio se produzca terminaré de subir Red Lips que aun me quedan muchos capítulos por delante. Iré subiendo más rápido para dejar lo antes posible a Alexandra coger las riendas de Delirios de un par de sonrisas.
Un beso.
Cris.
Me encanta !!!!
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