lunes, 27 de abril de 2015

33.-

Olivia entró en el edificio donde vivían los Buker y subió hasta la puerta de éstos. Pulsó el botón del timbre y esperó. Anthony, como siempre, le abrió con el uniforme del trabajo puesto. Olivia sonrió y Anthony la dejó pasar.

-Olivia, yo ya me voy. Hay en la cocina algo de cena, Lydia está durmiendo y Hugo jugando con la pelota en su habitación. Que no rompa nada, por favor. -dijo Anthony. Olivia se rió y asintió.

-Descuida. Hasta luego.

-Adiós.

Olivia dejó su mochila sobre el sillón y se acercó a la habitación de Hugo, que le daba patadas a una pelota para que ésta rebotara en una pared.

-Hugo... -dijo Olivia, asomándose por la puerta de su habitación. Hugo dejó lo que estaba haciendo y se acercó a darle un beso y un abrazo.- ¿Cómo estás? -preguntó Olivia, despeinándolo.

-Bien. -dijo él, cogiendo la pelota otra vez.

-Estoy en el salón, ¿vale? Dentro de un rato te hago la merienda. -dijo Olivia.

Olivia se sentó en el sillón y sacó su libro de texto de Economía, tenía que estudiar. Al cabo de media hora, su teléfono sonó. Era Anthony.

-¿Hola? -dijo Olivia.

-Olivia, se me olvidó decírtelo. Irá Lucy Lawer a dejar unas cosas a casa esta tarde. -dijo Anthony. Lucy Lawer era la madre de Sebastian.

-Está bien. -dijo Olivia.

-Hasta luego.

Olivia volvió a los estudios y se concentró en ellos, hasta que India la llamó. Cogió el teléfono otra vez y revoleó los ojos.

-Liv, tengo un problema. -dijo India.

-¿Qué pasa?

-Dejé que Loreen preparara las habitaciones del viaje...

-Sí, lo sé.

-Pues ha puesto tu habitación lejos de la de Sebastian...

-Bueno, era de esperar. -dijo Olivia, tranquila.

-La de Sebastian está en la quinta planta y la tuya en la primera. -dijo India. Olivia resopló.- Y ha puesto su habitación pared con pared con la habitación de Sebastian.

-¿Qué? -eso ya era otra cosa.

-Lo que oyes...

-India te avisamos. Te dijimos que no dejaras a Loreen organizar las cosas...

-Lo sé, pero no me esperaba que tuviera tanta cara para...

-¡Pues la tiene! -la interrumpió Olivia.

-Lo sé. Intentaré arreglarlo, pero es difícil.

-Da igual, déjalo. ¿Tu habitación está por lo menos cerca de la de Sebastian o de la mía? -preguntó India. Si estuviera cerca de su habitación podría pasar tiempo con ella y si estuviera cerca de la de Sebastian podría decirles a los profesores que iba a la habitación de India e ir a visitar a Sebastian.

-Estoy en la séptima planta. -dijo India.

-¿¡Pero cuantas plantas tiene el hotel!? -se quejó Olivia.

-Liv, yo...

-Olivia. -dijo Hugo, apareciendo en la escena.- ¿Me preparas la merienda?

-Claro, cielo. -dijo Olivia, acariciándole el pelo. Después le habló al teléfono.- Estoy con los niños, después hablamos. Y arréglalo. -le dijo antes de colgar.

Olivia fue a la cocina a pensar que haría de merienda esa tarde. De repente vio una cesta con fresas y se le ocurrió una buena merienda. Sacó el bote de Nutella y la cesta con fresas. Le enseñó a Hugo como manchar las fresas de chocolate y fue a buscar a Lydia. La sentó en su silla y le manchó una fresa con chocolate y se la dio. Estaban los tres comiendo en la cocina, cuando el timbre sonó.

-Voy a abrir. -dijo Olivia, con una fresa en la mano. Ya ni se acordaba que la señora Lawer iría esa tarde, por eso su cara tornó a sorpresa cuando abrió la puerta y la encontró tras ella.

-Hola. -dijo Lucy.- Olivia, ¿no?

-Sí, Olivia Brull. -dijo Olivia, estrechando su mano con la de la mujer. Después se apartó de la puerta y la dejó pasar.

-¿Phoebe y Anthony te avisaron de que vendría? -dijo caminando hacia la cocina. Llevaba algunos utensilios de cocina, así que iría a dejarlos en su sitio.

-Sí, me lo dijeron. -dijo Olivia. Lucy entró en la cocina y sonrió.

-Hola, chicos. -les dijo a los niños. Hugo le sonrió concentrado en las fresas y Lydia ni siquiera notó su presencia.- Como me gustan los niños... -dijo colocando las cosas encima de la repisa.

-¿Sí? A mi también me gustan... -dijo Olivia, despeinando a Hugo.

-Una pena que no pudiera tener hijos... -dijo la mujer.

-Pero, ¿usted no tiene dos hijos? -preguntó Olivia.

-Sí, Sebastian y Cara, pero a ellos los adoptamos. ¿Los conoces? -Olivia se quedó plasmada al escuchar esa noticia. No tenía ni idea de que su novio hubiera sido adoptado. Se quedó callada, procesando la información.

-Sí, Sebastian es su novio. -dijo Hugo. Tanto Lucy como Olivia miraron al niño sorprendidas. Olivia se empezó a poner colorada y a sudar.

-Estás colorada... -dijo Lucy.- Eres la misteriosa novia de mi hijo. -dijo sonriendo. Al decir esto, Olivia se puso todavía más colorada.- Tranquila, mujer, no como. -dijo tocándole el brazo. Después se quedó mirándola en unos segundos de silencio.- Así que eres la famosa y misteriosa novia de Sebastian...

-¿Famosa y misteriosa? -preguntó Olivia. Trataba de hacer de eso una situación normal.

-Sí, creas discusiones entre Cara y Sebastian continuamente. Nosotros le pedimos que te invitara un día a cenar, pero insiste en que no quiere hacerte pasar por eso. ¡Cómo si nuestra casa fuera un infierno! -dijo Lucy. Después sonrió y asintió.- Menos mal que pareces mejor que su otra novia. ¿Cómo se llamaba? Loreen, puede ser... ¿La conoces?

-Sí, tengo ese placer... -dijo con un tono irónico, Olivia. Después Lucy la agarró de las manos.

-¿Hasta qué horas trabajas?

-Hasta las ocho y media. -dijo Olivia.

-Pues perfecto. Cuando termines sube a nuestra casa, que te invito a cenar. Ya que Sebastian no lo hace, lo hago yo. -dijo Lucy. Olivia no podía negarse, así que sonrió nerviosa y asintió.- No se lo digas a él, quiero que sea una sorpresa.

-Vale.


-Hasta luego, cariño. -dijo Lucy. Salió de la casa de los Buker y Olivia se tapó la cara con las manos.

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