martes, 28 de abril de 2015

34.-


Olivia cerró la puerta de la habitación de Hugo muy despacio. Caminó sin hacer ruido hasta el sillón, donde se dejó caer con un suspiro. ¿Qué iba a hacer ahora? Cogió el teléfono y lo pegó a su oreja.

-Olivia, todavía no lo arreglé, pero... -dijo India, en cuanto descolgó la llama.

-Olvídate de eso. Tengo cosas más importantes entre manos ahora... -dijo Olivia.

-¿Qué pasó?

-La madre de Sebastian vino a dejar unas cosas. Y a Hugo se le escapó que Sebastian era mi novio...

-Niños... -se quejó India.

-Pero eso no es lo peor. Lo peor es que ella se emocionó y me invitó a cenar. Y no pude decir que no...

-Así que vas a cenar con tus suegros... -dijo pensativa India. Después de dos segundos de silencio, India se empezó a reír.

-Pero, ¿por qué te ríes? No me hace gracia. -dijo Olivia, nerviosa.

-Es que no hay nada que puedas hacer. Píntate los labios, sonríe y ve a cenar con ellos. -dijo India.

Soltó una última carcajada y colgó. Olivia, sorprendida, miró al teléfono. A las ocho y media Phoebe llegó y ella se fue. Subió por las escaleras, lo que hizo que se le agitara la respiración. Entonces esperó unos segundos a que ésta volviera a la normalidad. Cuando estuvo lista, se alistó la ropa y tocó el timbre. Lucy abrió la puerta y, al verla, sonrió emocionada.

-Pasa, cariño. -dijo Lucy, dejándola pasar. Olivia pasó y Lucy le quitó el abrigo de la mano para colgarlo.- ¡Chicos! Ya llegó la visita.

Cara llegó por el pasillo principal. Estaba diferente. Llevaba unas mayas negras, una camiseta, el pelo recogido en un coleta y una zapatillas de unos leones. Pero lo que más sorprendió a Olivia fue la enorme y sincera sonrisa que llevaba en la cara. Nunca, incluso antes de que Cara empezara a odiarla, la había visto con esa sonrisa.

-¿Olivia? -preguntó Cara. Detrás de ella se escuchó una voz masculina, la de su hermano.

-¿Qué dices de Olivia? -preguntó Sebastian. Hasta que levanto la mirada y la encontró en la puerta.- ¿Qué? -preguntó mirando a su novia.

-¿Sorpresa? -dijo Olivia, levantando las manos. Lucy se rió.

-Steve, ven, ya llego la chica. -dijo Lucy.

Un hombre con pelo canoso, alto y fuerte llegó a la entrada de su casa. En su época seguro que fue muy guapo, al igual que Lucy. Al verla sonrió y después miró a sus dos hijos, que estaban en estado de shock.

-Es un placer, Olivia. -dijo Steve, dándole la mano. Olivia la estrechó y sonrió.

-Bueno, creo que vamos a dejaros un minuto. -dijo Lucy, cogió a su hija de la cintura y se fue por el pasillo con ella y su marido. Sebastian se acercó a Olivia, todavía sin dar crédito de lo que veía.

-¿Qué está pasando aquí?

-Tu madre fue a casa de los Buker, yo estaba dándole la merienda a los niños y a Hugo se le escapó que era tu novia. -dijo Olivia, hablando bajo y rápido.- Entonces ella se emocionó y me invitó a cenar y yo no pude decir que no...

Sebastian abrió los ojos como platos y pasó la mano por el pelo. Los dos se miraron y terminaron por reírse. La situación era estúpida. Sebastian se agachó un poco y le dio un beso, pero Steve los interrumpió carraspeando la garganta.

-Chicos, Lucy dice que está lista la cena. -dijo Steve. Al separarse, Olivia se mordió una uña y Sebastian miró al suelo rascándose la nuca.

-Vale, papá. -dijo Sebastian, asintiendo. Steve entró en la cocina otra vez.

-¿Esto podría ir peor? -preguntó Olivia.

-Espera y verás... -dijo Sebastian.

Puso una mano en la espalda de Olivia y la guió hasta la cocina. Allí, había una mesa cuadrada con la comida sobre ella ya. Cara estaba poniendo la mesa, Steve sacando la comida del horno y Lucy abriendo la ventana para que corriera un poco el aire.

-Te ayudo, Cara. -dijo Olivia, acercándose a la pila de platos.

-No hace falta. -dijo Cara. Sus padres la miraron sorprendidos y Sebastian resopló. Olivia puso las manos tras la espalda y dio un paso atrás.

-Siéntate aquí, cariño. -le dijo Lucy, señalando una silla.

-¡Pero esa es mi silla! -bromeó Steve.

-Sí, pero hoy la chica come al lado de Sebastian. Ya tiene que estar pasándolo mal como para aun encima sentarla lejos de él. Tú te sientas a mi lado, hoy. -dijo Lucy. Olivia se puso colorada y se sentó. Steve dejó la comida sobre la mesa.

-En esta casa cocinamos todos, pero hoy cocinó la experta. -dijo Steve, mirando a su mujer, que sonrió.

-Espero que te guste.. -dijo Lucy.

Se sentaron en la mesa y el matrimonio empezó a conversar con Olivia, que no tardó en perder el miedo y ser ella misma. Eso hacían los Lawer, hacían que ella se sintiera cómoda y tranquila. Eran dulces, amables y simpáticos.

-Hoy no dices nada, Cara. -dijo Steve, mirando a su hija, que movía la comida de un lado al otro del plato.

-No me encuentro muy bien... -dijo Cara, frotándose la barriga.

-¿No? ¿Quieres irte a la cama y te llevo un té en un rato? -propuso Lucy.

Cara asintió, se levantó y besó la mejilla de sus padres y de su hermano. Miró a Olivia y fingió una sonrisa. Salió de la cocina y todos se quedaron mirando la puerta.

-Vaya mentirosa... -dijo Lucy. Sebastian aguanto la risa y Steve asintió.- Todavía piensa que nos puede engañar.

-Chicos, ¿por qué no vais al salón mientras nosotros recogemos y después te llevamos a casa, Olivia? -propuso Steve.

-Pero los podemos ayudar... -dijo Olivia, levantándose.

-¿Dónde se ha visto que la invitada lavase los platos? Por favor... -dijo Lucy. Olivia sonrió y salió con Sebastian. Los dos se sentaron en el sillón.

-No fue tan mal... -dijo Olivia. Sebastian negó con la cabeza.- Tu madre me contó que eras adoptado.

-Ah... -dijo Sebastian, mirándola. Primero se sorprendió y después miró al suelo.

-Solo quería que lo supieras. -dijo Olivia. Sebastian asintió con la cabeza. Olivia notó que no era un tema agradable para él, así que lo dejó a un lado y le besó la cabeza.- Tu hermana me sigue odiando...

-Sí, eso es por culpa de Loreen. Es un poco manipuladora. -dijo Sebastian.- Se le pasará, algún día. Y si no, que se aguante.

-Olivia, ¿te llevamos a casa? -preguntó Steve, entrando en el salón.

-No, no hace falta. No vivo lejos. -dijo Olivia, levantándose.

-La llevo yo. -dijo Sebastian, levantándose también.

-Eso es, todo un caballero. -dijo Lucy, orgullosa. Olivia y Sebastian se rieron.

-Sebastian, te presentas a sus padres. -dijo Steve.

-Papá... -se quejó Sebastian.


Esta vez fue el viejo matrimonio quien se rió. Olivia se despidió y agradeció la cena antes de salir con su novio tras ella. Fueron en la moto de Sebastian y él la dejó en la puerta de su casa.

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