domingo, 4 de enero de 2015

XLV.

-Oye, ¿dónde está Lola? -preguntó Inés, saliendo del instituto con Isabella. Ésta elevó los dos hombros.

Inés! -le gritó Mason, apoyado en el capó de su coche. Ella le sonrió y miró a Isabella.

-¿Tú no vienes? -le preguntó Inés a Bella.

-No, me voy con Owen. Además, seguro que en una fecha tan señalada queréis algo de intimidad... -dijo Isabella, riéndose. Inés le echó la lengua y se fue con Mason. Lo saludó con un beso.

-Ven, vamos. -dijo abriéndole la puerta del coche. En cuanto el coche de Mason Flint salió del instituto, Claire y Grace corrieron hacia Isabella.

-¿Vamos? -preguntó Grace. Isabella asintió y las tres se fueron en el coche de Julian, con él y Owen, a casa de los Flint a preparar la fiesta.

-¿Tus padres nos dejan hacer la fiesta? -preguntó Julian, en el coche.

-Ellos piensan que haremos una pequeña reunión con amigos... -dijo Isabella, en el asiento del copiloto.

-¿Y cómo vas a evitar que vean la fiesta cuando lleguen a tu casa? -preguntó Claire, sorprendida.

-Se fueron con Arianna a Nueva York, a una competición de ballet. No volverán hasta el domingo por la noche, fecha a la que tengo pensado tener todo en perfectas condiciones. -explicó Isabella.


-¿A dónde vamos, Mason? -le preguntó Inés, cuando notó que no seguían la ruta habitual hacia su casa.

-A dar un paseo, como regalo de cumpleaños. -dijo Mason, sonriendo.- Vamos al centro, al parque.

Los dos se fueron al parque central de Bugle. Allí se sentaron en un banco y estuvieron besándose un buen rato. Mientras, en casa de los Flint...

-¿Dónde os habíais metido? -les preguntó Isabella a Lola y Ryder, cuando llegaron a su casa.

-Nos entretuvimos un poco... -dijo Ryder.

-¿Trajisteis la música? -les preguntó Owen. Lola le dio la música y se fue con Isabella a preparar el decorado.- ¿Os estuvisteis acostando, verdad? -le dijo Owen con una sonrisa a Ryder. Éste sonrió y ambos chocaron sus manos.

-Nos vamos a cambiar, seguid hinchando globos. -dijo Isabella, subiendo a su cuarto en compañía de Claire, Grace y Lola.

Las cuatro se vistieron para la fiesta, se maquillaron y se peinaron. Cuando volvieron al salón ya casi estaba todo listo. Prepararon un par de cosas más y los invitados empezaron a llegar. Todos llevaban regalos, Lola e Isabella los dejaron en el cuarto de Inés. Isabella miró la hora en el reloj que estaba colgado en la pared de la cocina. Era casi la hora.

Chicos, ya es casi la hora! Vamos a apagar las luces. -dijo gritando. Todos se escondieron.- Grace, vamos a vigilar por la ventana.

Apagaron las luces y todos estaban en sus puestos. Cuando el coche de Mason llegó a su casa, Grace e Isabella avisaron al resto. “Ahí vienen, ahí vienen”. Se escuchó el sonido de las llaves entrar en la puerta, como giraban sobre ésta y como se abría. Cuando Inés dio dos pasos todos salieron de sus escondites al tiempo que encendían las luces.

Sorpresa! -gritaron a coro. Inés les sonrió a todos y después miró a Mason.- Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz... -cantaron. Entonces, la música empezó a sonar otra vez e Inés empezó a saludar a la gente.

-Gracias por venir... -les decía a un grupo de su clase de matemáticas. Entonces, se topó con Lola.- Gracias, amiga. -dijo abrazándola.

-De nada. ¿Cómo estás?

-Emocionada. -dijo Inés sonriente.- ¿Por qué no me acompañas mientras me voy a cambiar? -le propuso.

Lola subió con ella a su cuarto y la acompañó mientras se ponía una camisa blanca con lunares negros y una falda negra con estampado blanco. Mientras, Lola le contó su experiencia con la madre de Ryder.las dos volvieron a la fiesta. Muchos de los adolescentes habían avisado en sus casas para que no los esperaran y Ryder intentaba hacer lo mismo.

-Mamá, que me quedo a dormir... -le repetía Ryder por teléfono, sentado en las escaleras de la puerta de los Flint.- Todos nos vamos a quedar... -Mason justo iba al coche a coger la chaqueta que se había olvidado allí y, al escuchar la conversación, intentó ayudar.

-Déjame hablar con ella. -le dijo a Ryder. Ryder le dejó el teléfono y Mason lo pegó a su oreja.- Loreen, soy Mason. Sí, Mason Flint. Por favor, deja a Ryder quedarse a dormir. ¿Qué por qué? Porque Cosmo, Logan y Thomas también se quedan. -esperó unos segundos la respuesta de la mujer, sonrió y añadió.- Sí, es genial tener a los amigos de vuelta. Te paso con tu hijo de nuevo.

Mason le devolvió el teléfono y fue hasta el coche. Loreen, había cedido a la petición de su hijo. Cuando Mason volvía a entrar en la casa, Ryder lo paró.

-Gracias, otra vez. -le dijo Ryder. Los dos chocaron sus manos derechas.

-De nada. Pero lo hago por Inés. -dijo Mason. Ryder asintió. Cuando Mason estaba volviendo a entrar, Ryder volvió a hablar.

-Perdón. -dijo Ryder, sin mirarlo. Mason tampoco se giró, simplemente sonrió y siguió caminando. Ryder volvió a entrar en la casa también y la fiesta continuó.

La fiesta continuó hasta alta horas de la madrugada. Incluso sacaron la tarta con diecisiete velas e Inés las sopló. Comieron tarta y todo lo que Isabella había preparado para la fiesta. Pero los adolescentes empezaron a volver a sus casas o a quedarse dormidos por las esquinas. Casi todos estaban dormidos, menos Lola, que estaba con un vaso rojo en la mano y sentada sobre una mesa.

-Lola... -dijo Julian, sentándose a su lado.- Parece que nos quedamos solos. -dijo medio riendo.

-Sí, somos los que más aguantamos de todos... -dijo Lola, riéndose.

-Oye, siento no haber estado contigo últimamente. Se que lo pasaste mal con lo de tu hombro y yo... -dijo Julian. Pero Lola lo interrumpió.

-Julian, todos tuvimos lo nuestro. -dijo Lola.- Tú perdiste a dos amigos, no te disculpes.

-Ya, pero tampoco es motivo para ser egoísta. Y tú también estabas en aquella biblioteca conmigo. Todos lo pasamos mal. -dijo Julian. Un silencio se hizo.- Pero, ¿sabes? Creo que por lo menos sirvió para algo.

-¿A qué te refieres? -le preguntó Lola mirándolo.

-A que sirvió para que las peleas entre el equipo se terminaran. -explicó Julian.- Parece mentira que tuviera que pasar algo así para que volviéramos a ser un equipo.

-Ya sabes lo que dicen los viejos: No hay bien que por mal no venga. -recitó Lola. Los dos se rieron.- ¿Sabes? El tiroteo también sirvió para unir de nuevo a Ryder y a Mason.

-¿Sí? Yo pensé que eso ya no tenía arreglo. -dijo Julian. Los dos se volvieron a reír.

-Sí, de alguna sorprendente manera los dos se están volviendo a acercar...


-¿Te apetece ver el amanecer? En apenas media hora el sol saldrá. -propuso Julian. Lola asintió y los dos se sentaron en un sillón enfrente de la ventana. Pero antes de que el sol saliera los dos se quedaron dormidos.

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