viernes, 30 de enero de 2015

LIV.

Duendes Verdes ganó la final y se proclamó campeón nacional, por primera vez en muchos años. Harry Goldman, entrenador de Palos Nuevos en el 2002, los felicitó. Especialmente a Lola e Inés. Después del partido todos lo fueron a celebrar por todo lo alto, pero la vida normal volvió ese mismo lunes. Cuando entraron en el instituto. Muchos los felicitaban, pero no había más fiesta, en realidad les quedaba muy poco tiempo con Inés.

Era trece de mayo, a Inés le quedaba un mes y un día en Bugle. Esa tarde, Isabella e Inés llegaron a casa en compañía de Lola. Lo que no se esperaban es que Ryder, Cosmo, Logan y Thomas también estaban allí.

-Hola. -dijo Mason, con una sonrisa.

-Hola, chicos... -dijo Isabella sorprendida.

-¿Y esa cara de sorpresa? -le preguntó Cosmo.

-Que no me acordaba que Mason tuviera amigos. Hacía años que no llegaba a casa y os encontraba aquí... -explicó Isabella. Los cinco chicos sonrieron.

-Tú tampoco vienes sola. -le dijo Mason.

-Pero yo traigo amigos nuevos. Tú llevas trayendo a estos cuatro desde que tienes ocho años. -le dijo Isabella. Todos se rieron.

-Sentaros, chicas. -propuso Thomas, haciéndoles sitio en el sillón.

-Claro. -las chicas se estaban sentando cuando el teléfono sonó, Arianna lo cogió. A los cinco minutos llegó al salón. Cuando la pequeña entró Mason se apuró a sacar el brazo de la espalda de Inés, la única Flint que lo sabía por ahora era Isabella.

-Inés, es para ti. -le dijo Arianna.

-¿Para mi? -preguntó sorprendida.

-Sí, tu madre. -dijo Arianna. Inés se levantó y fue a coger el teléfono.

-¿Hola? -preguntó.

-Inés, cariño, tengo noticias. -dijo Carmen, emocionada.

-¿Qué pasa?

-Tu hermana se acaba de poner de parto.

-¿¡De parto!? -gritó Inés.

-Sí.

-Todavía le queda un mes. -dijo Inés mirando el calendario que estaba en la cocina de los Flint. Tenía rodeado el día en el que su hermana salía de cuentas, el veinte de junio.

-Lo se, será octomesino. -dijo Carmen.

-¿Dónde está, Rocío? -preguntó Inés.

-Está dilatando. -le dijo su madre.

-Cuando nazca llámame, por favor. -le pidió Inés.

-Vale. Te quiero, cariño.

-Y yo a vosotros. -dijo Inés, antes de colgar. Corrió al salón, donde estaba el resto de sus amigos.- ¡Mi hermana está de parto! -gritó, emocionada. Todos la felicitaron.

-¿Que significa estar de parto? -le preguntó Arianna, todos se rieron.

-Significa que va a tener un hijo. -le explicó Inés.

-Entonces, ¿tú vas a ser tía? -le preguntó Arianna.

-Exacto. -dijo Isabella.

-Me llamarán cuando el bebé nazca. -dijo feliz Inés.

Esa tarde fueron a entrenar con George Forbes y volvieron a casa a la misma hora de siempre. Cuando llegó preguntó si la habían llamado, pero nadie había llamado todavía. Cenaron en tranquilidad y se fueron a la cama. Inés no se podía dormir, dio vueltas en la cama, estudió, leyó, pero el sueño no llegaba a ella. Mason la interrumpió.

-¿Sigues despierta? -le preguntó, entrando y cerrando la puerta tras él.

-Sí, no puedo dormir. -explicó Inés, cerrando su libro de historia.

-Te hago compañía. -dijo Mason, sentándose en su cama.

-No hace falta, tú mañana tienes clase y necesitas dormir. -dijo Inés, sentándose a su lado.

-No te preocupes por eso. -dijo Mason.

Al cabo de unos minutos los dos estaban dormidos sobre la cama de Inés. Por la mañana, cuando el despertador sonó, los dos se encontraron dormidos uno encima del otro. Entonces escucharon los pasos de alguien por el pasillo.

-Rápido, debajo de la cama. -le dijo Inés a Mason. Mason se escondió debajo de la cama y Arianna entró en la habitación de Inés.

-Inés, ¿estás despierta? -le preguntó Arianna.

-Sí, ¿qué pasa, cielo?

-Como va a nacer tu sobrino, ¿te vas a ir a España a verlo? -le preguntó Arianna, sentándose a su lado, en la cama.

-No, cielo. Solo me queda un mes aquí, esperaré a verlo. -dijo Inés.

-¿Solo te queda un mes? -preguntó Arianna.

-Sí, hoy exactamente me queda un mes para volver a España. -le explicó Inés.

-Te voy a echar de menos... -le dijo Arianna, abrazándola. Durante el abrazo el teléfono sonó, Inés lo cogió y Arianna la dejó sola.

-¿Hola? -preguntó.

-¿Inés? -preguntó Lucía.

-Lucía, soy yo. ¿Qué pasó?

-Ya nació. ¡Somos tías! -dijo Lucía emocionada.

-¿En serio? ¿Cómo están? ¿Qué es? ¿Cómo se llama?

-Están los dos bien. Es un niño precioso y se llama Mario. -informó Lucía.

-¿Mario? Quiero hablar con Rocío. -dijo Inés.

-Ahora no puedes, Inés. Está recuperándose. ¿Quieres hablar con Miguel?

-Sí, vale.

-Hola, Inés. -dijo Miguel.

-Miguel, ¿cómo estás mi hermana?

-Está perfectamente.

-¿Y el niño?

-Aquí, en mis brazos. -dijo Miguel.- Se parece mucho a Rocío.

-Quiero verlo ya...

-Ya lo verás, Inés. Disfruta del tiempo que te queda ahí, después disfrutarás de tu sobrino. -le dijo Miguel.- Tengo que volver, tu hermana está histérica porque no tiene a su hijo.

-Nos vemos, Miguel.

Colgó el teléfono y Mason salió de debajo de la cama. Mason la abrazó y Bella entró en la habitación de Inés.


-Menos mal que soy yo y no es Arianna. No podéis ser tan descuidados. -les dijo con ese humor matutino que tenía ella.

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