-Chicos, ¿estáis antes de tiempo? Que impacientes...
-dijo George. Acababa de llegar al pabellón y todos sus jugadores
estaban allí ya. Era diez de mayo, día del gran partido.
-Nunca es temprano para ganar. -dijo Thomas, el capitán,
con una sonrisa.
-Eso es cierto. -dijo George con una sonrisa. Abrió la
puerta y dejó que sus jugadores pasaran antes que él.- Vamos,
cambiaros y vamos a ganar este partido.
Todos los jugadores entraron en los vestuarios. Solo se
escuchaba la música del vestuario de las chicas, pero Logan rompió
ese silencio.
-Chicas. -gritó. Las chicas, al escucharlo, pararon la
música.
-¿Qué pasa, Logan? -le preguntó Inés.
-Si hoy ganamos, ¿dejaréis que me duche con vosotras?
-al decir esto todos se rieron.
-No. -dijeron las dos a la vez.
-¿Por qué no? -preguntó Logan.- ¿Y a Mason y Ryder?
-¡Logan!-le gritó Lola, Inés se rió.- Inés,
ayúdame.
-Tuvo gracia, Lola. -le dijo Inés.
Salieron al campo primero los chicos, y el otro equipo
estaba entrando. Ryder se acercó a Mason, a saludarlo, que ya estaba
preparando su equipo de audio. El equipo de animadoras de Isabella ya
estaba en la pista, pero los equipos de Rachel y Sarah estaban
entrando por la puerta cuando Inés y Lola salían del vestuario.
Ambas se sonrieron. Inés le pidió un balón a Robert,
éste se lo pasó. Inés dejó el balón en las manos de Lola y le
sonrió. Lola lanzó el balón, acertando directamente en la cabeza
de Sarah. Todo el equipo lo vio y se rió.
-Lo siento, se me escapó. -dijo Lola, yendo a buscar el
balón a los pies de Sarah que se frotaba la cabeza. Cogió el balón,
le sonrió y se fue con Inés.
-¿Lo acabas de ver? -le preguntó Ryder a Mason.
-Sí.
-Pensé que lo estaba soñando. -dijo Ryder.
-Entonces, es un sueño hecho realidad. -dijo Mason,
riéndose. Le palmeó la espalda y siguió con su trabajo.
El partido empezó, con Duendes Verdes por encima. En la
pista, Thomas, Inés, Kevin, Robert y Jerry controlaban la situación.
Pero en el banquillo, todos estaban de los nervios.
-¿Me puedes explicar por qué hiciste eso con Sarah?
-le preguntó Ryder a Lola.
-Se me escapó el balón... -dijo Lola, irónica.
-Sí, se te escapó. -Ryder se rió. Y George llamó a
Lola. Ésta se levantó y fue hasta su lado izquierdo.
-Pide el cambio y dale descanso a Thomas. -le dijo
George.
-Vale, papá. -dijo ella. Pidió el cambio y cuando éste
se produjo Mason habló.
-Despedimos de la pista al capitán, Thomas Hale, para
darle la bienvenida a Lola. -dijo Mason.
-Llegó el momento de las chicas en el campo. -dijo por
el micrófono Quinn, ayudante de Mason.
Al escuchar esto, Lola e Inés se sonrieron. Mantuvieron
su juego y se alejaron en el marcador. Esto, molestó mucho a los
chicos de Palos Nuevos y el entrenador, Harry Goldman, futuro
entrenador y presidente de Duendes Verdes, sacó a sus mejores
jugadores. Uno de ellos, el número diez era el más violento. En una
jugada se produjo lo previsible. Corrió hacia Lola y le golpeó muy
fuerte el hombro, el hombro de su lesión. Lola gritó, se agarró el
hombro y paró de correr. Todos se quedaron inmóviles. Hasta que
Robert se acercó al número diez y le dio un puñetazo. Así empezó
la pelea en el campo.
-¡¿Pero qué hacéis?! -les gritó George, mientras
separaban a los que podía. Otros jugadores intervinieron, incluso
Mason dejó el micrófono y agarró a Ryder.
-Vamos, vamos... -le dijo Mason a Ryder, llevándoselo.
Inés sentó a Lola en el banquillo, ésta se agarraba fuerte el
hombro.
-Tienes que tranquilizarte. -le dijo Inés.- Vamos,
respira.
La pelea cesó y el árbitro concedió un tiempo muerto
para que los jugadores de ambos equipos se relajaran.
-Vamos a ver, tranquilos. -les pidió George.- Mason, ve
y coge hielo. -le pidió. Mason asintió y salió corriendo a coger
hielo.- A pista, Inés, Ryder, Richard, Kevin y Caleb. -los nombrados
salieron a la pista, pero George llamó a Inés y a Ryder.- Quiero
que juguéis igual que cuando lo hacíais en los entrenamientos. Y
nada de peleas. ¿Está claro?
-Sí. -dijeron los dos a la vez. Los dos se miraron y
chocaron sus manos antes de ponerse a defender. Mason volvió con una
bolsa de hielo.
-Pónselo en el hombro. -le ordenó George. Mason se
sentó al lado de Lola y le posó el hielo en el hombro.
El partido continuó y Palos Nuevos se acercó en el
marcador. Llegaron los últimos dos minutos del partido y Palos
Nuevos se ponía dos puntos por delante gracias a un triple. George
decidió darle descanso a Ryder y lo sentó en el baquillo.
-¿Cómo estás? -le preguntó a Lola, sentándose a su
lado.
-Mejor. -dijo ella.
-Con un enfermero tan guapo, ¿cómo va a estar? -le
dijo Mason. Los dos se rieron.
-No empecemos. -le pidió Ryder.
Lola le sonrió y él miró al partido. A falta de siete
segundos, con Palos Nuevos dos puntos por delante, Inés recibió una
falta. El árbitro pitó que tenía que tirar dos tiros libres.
-Vamos, Inés, tú puedes. -le dijo Thomas. Inés
suspiró antes de coger el balón y, antes de lanzar, llamó a su
amigo.
-Logan. -lo llamó Inés. Su amigo se acercó.- Ponte en
el rebote al lado del trece, que es más bajo que tú.
-Tres botes, mira la canasta, coloca los pies, suspira y
tira. -dijo Mason, mientras Inés tiraba.
Hizo exactamente lo que Mason había dicho y metió el
balón por el aro. Todos celebraron. Inés miró el panorama: Jerry y
Logan al rebote, Logan tenía a un chico más bajo que él a su lado,
perdían de un punto a falta de siete segundos. Miró a su entrenador
y le señaló con la mirada lo que estaba viendo. George se dio
cuenta de lo que quería decir y asintió. Si metía el tiro libre
empataban y se jugaría una prórroga.
-¿Qué va a hacer, papá? -le preguntó Lola a su
padre, que vio las miradas entre ellos. George la ignoró.
Inés recibió el balón otra vez. Dio dos botes, miró
el aro, volvió a botar y se dispuso a lanzar.
-¿Qué está haciendo? -preguntó Mason.
Inés lanzó a canasta y todos se levantaron de su
asiento. El balón rebotó en el tablero y no entró en la canasta.
Logan saltó a por el rebote, lo cogió y volvió a lanzar. Todos
sudaban por la tensión, ese balón decidía el final del partido.
Pero finalmente ese balón, entró. Logan corrió y abrazó a Inés.
Pero tenían que defender, así que los dos se separaron rápido y se
encargaron de defender su aro. George pidió su último tiempo
muerto. Todos corrieron hacia él, a escuchar sus aclaraciones.
-Ryder a pista. -le dijo George. Ryder tiró su sudadera
y se levantó.- Quiero que Ryder e Inés defendáis a los dos que van
a subir el balón. Jerry te quedas a ayudarlos, por si acaso. Logan y
Kevin, en la zona, evitando un pase largo y una canasta. ¿Quedó
claro? Defended el partido, que solo ganamos de un punto. Vamos, a la
cancha. Inés. -la frenó antes de que volviera al campo.- Bien
arriesgado.
-Gracias. -dijo ella, con una sonrisa.
Diez jugadores salieron al campo. El trece del otro
equipo se dispuso a sacar de fondo, el cinco y el nueve se quedaron
para subir el balón hasta el otro campo, con alguna jugada seguro.
El nueve, al que defendía Ryder, recibió el balón y entre Ryder y
Jerry lo acorralaron, haciendo que tuviera que dar un pase al cinco,
defendido por Inés. Cuando el balón iba por el aire, Inés lo
decidió, cortó el pase y corrió a su canasta. Metió una canasta,
poniéndose a tres puntos del contrario. Palos Nuevos apuró a sacar
de fondo, pero cuando el nueve volvió a recibir el balón ya era muy
tarde. El partido terminó.
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