lunes, 19 de enero de 2015

IL.

En el equipo de Duendes Verdes algo había pasado. No dejaban de ganar, no perdían jamás. Esto, hizo que pasaran de estar en fase de descenso a fase de ascenso. Pero ascender no era tan fácil. El equipo de football estaba muy bien, cada vez mejor. Todos se habían vuelto a unir. El seis de mayo llegaba la carta que anunciaba si Inés se quedaría otro año más o no. El once de mayo Duendes Verdes se volvía a enfrentar con Palos Nuevos, si ganaba ascendía, si perdía no ascendía. Esa semana de mayo sería o la mejor o la peor de todas. El tres de mayo, viernes, Lola e Inés decidieron comer con su equipo de baloncesto por una vez. Estaban hablando tranquilamente cuando Lola vio a su padre por la puerta de la cafetería.

-¿Qué hace aquí mi padre? -preguntó Lola.

-¿Tu padre? -preguntó Ryder. Todos se giraron y vieron a George Forbes en el pasillo del instituto. Una mujer se acercó a él y estrecharon sus manos.

-¿Quién es esa? -preguntó Lola.

-Lola, ¿tu padre tiene una amante? -preguntó Thomas, riéndose. Ryder le tiró una servilleta.

-Voy a hablar con él. -dijo Lola, levantándose.

-Thomas, no seas insensible. -le dijo Inés. Lola se acercó a su padre y cuando él la vio le sonrió.

-Hola, cariño. -dijo dándole un beso en la mejilla.

-Hola, papá. ¿qué haces aquí? -le preguntó Lola.

-¿Me disculpa un segundo? -le dijo a aquella mujer. Ella asintió y George separó a su hija para poder hablar con ella.- ¿Qué pasa, Lola?

-¿Qué que haces aquí? -preguntó ella.

-Tengo una reunión con esta mujer. Es la supervisora del Programa de Intercambios y quiere hablar conmigo de Inés. -dijo George.- Acaba de ir a casa de los Flint y después vendrá al entrenamiento.

-¿Nos va a venir a ver? -preguntó Lola.

-Sí, pero no le digas nada a Inés, se pondrá nerviosa. -le pidió George a su hija.

-Vale. Papá, háblale bien de ella. -le dijo Lola.

-¡¿Cómo le voy a hablar mal de Inés?! Yo también quiero que se quede, es una gran base. -dijo George. Él se fue a su reunión con aquella mujer y Lola a su mesa de la cafetería.

-¿Todo bien, trenza? -le preguntó Robert.

-Sí, tiene una reunión con el director por el partido de la semana que viene. Quieren hacer algo grande. -dijo Lola.

-Claro que sí, tienen que hacer algo grande para cuando ascendamos. -dijo Cosmo.

-Por cierto, ¿vosotras dos que pensáis hacer? -les preguntó Kevin a Lola y a Inés.

-¿Hacer qué? -preguntó Inés.

-¿No vais a hacer nada con Sarah? -dijo Kevin. Ryder bufó y las chicas se rieron de la tontería.- Lo digo en serio, esa chica estuvo detrás de vuestros dos novios y lo sigue estando. ¿No vais a hacer nada? ¿Un balón en su cabeza o un empujón “accidental”? -propuso Kevin.

-No vamos a hacer nada. -dijo Inés.- Solo restregárselo. -dijo con ira en su voz. Todos se rieron.

-Hola, chicos... -dijo Rachel, apareciendo en escena y apoyándose en la mesa. Todos la miraron indiferente aunque ella venía a provocar.- He oído que vais a jugaros el ascenso la semana que viene.

-Has oído bien. -le dijo Thomas.

-Solo quería desearos suerte. -dijo Rachel.- Sobre todo a ti, Cosmo. Te lo mereces... -le dijo a Cosmo, a quién tenía al lado.

-Gracias, niña. -le dijo Cosmo.

-No soy tan niña. -dijo Rachel, acercándose más a él.

-Sí, yo creo que sí. Ten cuidado que por ahí vienen tus monas. -le dijo señalando a las amigas de Rachel. Rachel se fue enfurecida y todo el equipo se rió.

-¿Les acabas de llamar monas? -le preguntó Lola. Cosmo asintió y ella chocó sus manos con él.- Eres un genio.

Después de comer todos se fueron al pabellón, esa tarde el entrenamiento era temprano. Se fueron a los vestuarios y después empezaron a calentar con unos tiros, como siempre. Lola e Inés se sentaron en el banquillo, mientras Inés le hacía una trenza a Lola. George llegó acompañado de aquella mujer, que se sentó en las gradas. Entonces el entrenamiento empezó. Empezaron suavemente, pero después George les mandó un ejercicio que muchos odiaban, El eliminador. Como siempre, a la final quedaron Ryder e Inés. Mientras ellos jugaban, Thomas se acercó a Lola.

-Tú sabes quién es esa mujer, ¿verdad? -le preguntó discretamente. Lola miró a los lados y asintió.

-Es la supervisora de las becas de intercambio. -dijo Lola.

-¿Becas como la de Inés? -preguntó Thomas. Lola volvió a asentir.- Bueno, lo está haciendo bien. -dijo después de un suspiro.

Esa semana Ryder había ganado. Después George les mandó hacer un ejercicio en el que todos tenían que esforzarse al máximo, se llamaba Líneas. Consistía en correr desde la línea de fondo hasta otras cuatro del campo en menos de cuarenta segundos. Si todos lo superaban el tiempo iba disminuyendo.

Mientras los jugadores estaban haciendo el ejercicio, George se acercó a hablar con la mujer. Después volvió al entrenamiento.

-Dos contra dos. -dijo George.- Thom y Jerry, juntos. -todos se rieron, ya que lo decía como en los dibujos animados.- Lola y Robert.

Trenza! -exclamó Robert. Los dos se abrazaron.

-Cosmo y Logan. -dijo George.- Kevin y Richard. -y solo quedaban tres personas: Inés, Ryder y Caleb.- Vosotros tres sois un trío, uno descansa.


Jugaron lo que restaba de entrenamiento y después se fueron a las duchas. Era hora de volver a casa para pasar el fin de semana, tranquilos. Aun que el sábado tendrían que volver a entrenar, no iban a dejar escapar la posibilidad de ascender.

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