martes, 2 de diciembre de 2014

XXX.

El autobús hacia Tuinod el día veintidós de diciembre iba lleno de jugadores. Pero detrás de él viajaba otro autobús más y una masa de coches de seguidores de Duendes Verdes que iban a apoyar a su equipo contra su mayor rival.

En el autobús el ambiente se repetía. La música alta, los chicos cantando e Inés pintándose las uñas. Sonaba Don't go breaking my heart de Elthon John y Kiki Dee.

-Aun no entiendo por qué te pintas las uñas antes de un partido. -le dijo Lola a Inés, que estaba sentada delante de ella.

-A ver si nos da suerte... -dijo Inés.

-Ojalá... -dijo Lola, suspirando.

Bajaron del autobús, no fue un viaje largo, tan solo una hora. Las animadoras ya estaban allí, esta vez habían ido cada una en un coche, no en autobús. Isabella, Claire y Grace fueron en el coche con Mason.

-Justo tenía que venir hoy... -se quejó Ryder.

-Ryder, siempre nos viene a ver. -dijo Lola.

-¿Por qué? -preguntó él.

-¿Por qué juega Inés, por qué su hermana es animadora o por qué juegan sus amigos? -era una pregunta retórica de Lola. Ella bufó y se fue con Inés.

Inés y Lola se cambiaron, como siempre, solas. Pusieron un poco de música para concentrarse. Salieron y se sentaron en el banquillo, como siempre. Inés le peinó la trenza a Lola. Cuando estuvieron listas los últimos jugadores estaban ya saliendo al campo. Roberto se acercó a ellas y besó la trenza de Lola.

-A ver si es verdad y nos da suerte. -dijo Roberto, riéndose.

Los tres se rieron, pero la risa cesó cuando Lola vio a Ryder mirando a unas chicas que entraban por la puerta con el uniforme de las animadoras. Les dio un codazo a sus compañeros y todos miraron como una chica morena, con una coleta, muy guapa, con el pelo recogido y nada maquillada, saludaba a Ryder con la mano. Él le sonrió y se acercó a ella.

-No hay vuelta atrás para este chico... -dijo Roberto.

-O quizás sí... -musitó Inés. Estaba viendo como Kevin, Caleb y Richard se acercaban a Ryder y le impedían seguir caminando. Lo agarraron por la camiseta, parecía que lo estaban amenazando. Por eso todos se acercaron bien.

-Escúchame bien, Ryder. -le decía Caleb, que era él que lo estaba agarrando.- Como se te ocurra alguna estupidez para impresionar a la chica esa, te juro que te saco de la pista a patadas.

-¿Qué? -preguntó Ryder, sorprendido de ver a todo su equipo amenazándolo.

-Sí, Ryder. Yo estoy con ellos. Sabemos todo lo que hiciste por Sarah, no hagas que perdamos el partido y entremos en fase de descenso por su culpa. -le dijo Jerry.

-Sabes que es casi imposible salir de la fase de descenso, y no pienso jugar en una división inferior el año que viene. -añadió Kevin.

-¿Os pensáis que voy a arruinar algo así por una chica? -preguntó Ryder, ofendido.

-Estropeaste cosas mejores. -dijo Cosmo.

Todos se quedaron en silencio mirando a Ryder. Caleb lo soltó y empezaron a calentar. George Forbes les dedicó unas palabras alentadoras y escogió al quinteto inicial de siempre: Thomas, base; Ryder, escolta; Richard y Kevin, aleros; y Logan, pívot. Las chicas se sentaron juntas, en la esquina del banquillo.

-¿Qué quiso decir Cosmo, antes? -preguntó Inés.

-Ryder era muy muy amigo de Mason. -le dijo Lola.

-¿De verdad?

-Sí, pero Ryder lo estropeó todo con lo de Sarah. Es un apena que una relación como la de Ryder y Mason se rompiera. Daba gusto verlos juntos. -confesó Lola, mirando a Inés.

El partido había empezado y Palos Nuevos se puso por delante muy rápido. George llamó a su hija y ésta se preparó para salir a la pista. Cuando Lola y Ryder se cruzaron, intercambiando posiciones, chocaron sus manos y él beso su mejilla. Ryder chocó las manos con todos los sentados en el banquillo y se sentó donde antes estaba Lola, al lado de Inés. Giró la cabeza y miró a las gradas, buscando a Mason.

-Tranquilo, Ryder. -le dijo Inés, sin mirar.

-Estoy tranquilo. -dijo Ryder.

-Pues deja de buscar a Mason, no se va a acercar a Sarah.

-¿Cómo sabes tú eso?

-Porque para él las amistades son más importantes que las relaciones amorosas.

-¿Tú también? Hay muchas cosas de las que no estoy orgulloso, Inés. -dijo Ryder, mirándola.

-Pues empieza a arreglar las cosas, sino será muy tarde. -dijo Inés.

Inés! -le gritó George.

-Es mi turno. -dijo Inés, sacándose la sudadera.

-Mucha suerte.

-Gracias. -dijo Inés. Entonces se acercó a su entrenador.

-Muy bien, quiero que subas el balón con Lola, sois rápidas. Vas a defender al número catorce.

-¿Al catorce? Es muy hábil. -se quejó Inés.

-Tú puedes, así que no me defraudes. -le pidió George.

El partido fue mejorando poco a poco. Los chicos de Duendes Verdes consiguieron ponerse al nivel de sus contrarios, pero ya quedaba muy poco. En el campo estaban Inés, Cosmo, Roberto, Kevin y Logan. Entonces, con dos minutos en el marcador, George decidió sacar el mejor quinteto. Llamó a Lola y a Ryder. Los dos se posicionaron a cada lado de su entrenador.

-Muy bien, quiero jugar con pases y que mováis muy rápido el balón. -pidió George.

-Está bien. -dijo Lola.

-¿Ryder? -preguntó George, los dos lo miraron.

-Sí, eso está hecho. -dijo Ryder.

Lola y Ryder entraron en el campo por Kevin y Roberto. Chocaron sus manos y Kevin y Robert salieron de la pista. Lola y Ryder se miraron y asintieron. Lola corrió hacia Inés para informarla de la estrategia. Ryder hizo lo mismo con Logan y Cosmo. Lola, Inés y Ryder se encargaron de llevar el balón de un campo a otro y allí mismo agotaron los veinticuatro segundos dando pases. Hasta que Inés recibió el balón detrás de la línea de tres puntos y lanzó. El balón entró en la canasta y todos enloquecieron, Duendes Verdes estaban por delante de Palos Nuevos por primera vez en el partido.

Eso es, eso es! -gritó Mason.

Vamos, Inés! -gritó Isabella, con sus pompones.

Pero el partido se dio la vuelta con dos canastas de Palos Nuevos. Tras la segunda canasta, Ryder miró el tiempo. Tenía treinta segundos para llevar a su equipo a la victoria. Mientras Inés sacaba de fondo él miró un segundo a Sarah. Ésta le sonrió, pero Ryder recordó la amenaza de sus compañeros, tenía que demostrarles que él podía hacerlo. Entre Ryder e Inés llevaron el balón hasta el otro campo con pases, lo cual sorprendió mucho al entrenador.

Estamos mejorando, entrenador! -le dijo Thomas, desde el banquillo. George le sonrió y volvió a fijar su atención en el partido.

Ryder manejó a su equipo con decisión y seguridad. Con pases entre los cinco pudieron aguantar el balón tiempo suficiente para que el equipo de Tuinod se despistara y Lola pudo entrar a canasta. Pero contra todos los planes del equipo, un defensor se paró delante de ella. Lola se paró delante de él con el balón en las manos y pensó en lo que debería de hacer.

-Cruza la pierna, cruza la pierna... -musitó George. Recordó la cantidad de tardes que tardó en enseñarle a la pequeña Lola ese movimiento. Su mujer, Marilyn, que estaba en las gradas, estaba pensando justamente en eso también.

Lola cruzó la pierna delante de su defensor, esquivándolo. Y así tenía el camino libre para una canasta fácil. Lanzó el balón, éste rebotó en el tablero y entró en el aro. Todo el banquillo de Duendes Verdes se levantó para ovacionar a su compañera. Pero quedaban diez segundos y daba tiempo a que los otros metieran una canasta. Por eso se dejaron de celebraciones y se pusieron a defender. Inés estaba defendiendo al catorce otra vez. Éste estaba intentando escaparse de ella, pero no era capaz. Por eso, a falta de cuatro segundos tuvo que darle el balón a su compañero. Pero el pase fue interceptado por Ryder, que miró el marcador y al ver tres segundos en el descuento, agarró con toda su fuerza el balón y no lo soltó hasta que la bocina final sonó.

Todos los jugadores de Duendes Verdes se lanzaron al campo para celebrar la victoria. Las animadoras y los seguidores del equipo se unieron al festejo. Los chicos de Palos Nuevos se quedaron destrozados. Pero Ryder avanzó hacia Sarah, sin dudar.

-Sarah... -dijo con una sonrisa.

-Hola, Ryder. -le dijo ella.- Buen partido.

-Gracias. -ella empezó a mirar por encima de su hombro.- ¿Qué tal estás?

-Ehmm... -dijo concentrada en buscar a alguien entre el alboroto de gente.- Bien, bien. ¿Quién es la chica que jugó con vosotros, la morena? -preguntó Sarah.

Ryder se giró y vio a Inés abrazando a Mason. Entonces bufó.

-Es Inés. -dijo él, asintiendo. Después, sin más se dio la vuelta y caminó hacia su equipo, decepcionado.

-Ryder... -le dijo Lola, cuando pasó por su lado. Él la miró y forzó una sonrisa.


Ella lo abrazó.

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