sábado, 29 de noviembre de 2014

XXIX.

A Isabella se le ocurrió la brillante idea de hacer una tarde de chicas el sábado del uno de diciembre. Invitó a Grace, Claire y a Lola a su casa. Ella e Inés prepararon todo. Un par de películas, pizzas a domicilio, música, un poco de alcohol. Los padres de Isabella se habían ido todo el fin de semana de vuelta a Nueva York con Arianna y los tres jóvenes se quedaron solos en casa. Mason saldría con unos amigos a cenar y ellas harían su propia fiesta en casa de los Flint.

Ya estamos aquí! -gritó Claire, cuando Isabella les abrió la puerta. Las tres habían ido en el coche de Grace. Se acomodaron en la cocina y empezaron con la primera fase: Cotilleos.

-¿Cómo te va con Owen? -le preguntó Grace a Isabella. Todas la miraron.

-La verdad es que bastante bien. Mejor que la otra vez. -dijo ella sonriendo.

-Para que digan que las segundas partes no son buenas. -dijo Claire.

-¿Y tú con Julian? -le preguntó Lola a Claire.

-Julian y yo estamos como siempre, aburridamente bien. -al decir esto todas se rieron.- Os lo digo en serio, todo es tan aburrido... No se qué hacer para revivir la pasión.

-¿Revivir la pasión? -preguntó Lola riendo.

-¿Cuánto tiempo lleváis juntos? -le preguntó Inés.

-Un año y medio. -dijo Claire, mirando a Inés.- Y sí, Lola, sí. Revivir la pasión.

-¿Y cómo piensas hacer eso? -preguntó Isabella.

-No se, quizás dándole celos con otro o haciéndome la dura. -dijo Claire, pensativa.

-Yo voto por los celos. -dijo Isabella.

-Sí, y yo. -dijo Grace.

-No, chicas, eso no funciona. -dijo Lola.- Yo voto por que se lo digas a él y habléis las cosas.

-¿Qué dices, Lola? -dijo Inés, riendo.- Yo voto por los celos.

-Decidido por mayoría absoluta. -dijo Claire, golpeando la mesa con la mano.

Después de cotillear sobre terceros pasaron a la segunda fase: Películas y lágrimas. Pusieron Titanic, cogieron pañuelos de papel y palomitas.

-Que triste es que se muera Jack. -dijo Claire, limpiándose las lágrimas.

-¿Estás llorando después de verla al menos cinco veces? -le preguntó Lola.

-Con esta película siempre se llora. -dijo Grace, llorando también.

-Yo nunca lloré viendo Titanic. -confesó Inés.

-Ni yo, en esa tabla pueden estar los dos. -dijo Isabella, señalando la pantalla.

-No, porque si Jack se sube la table se hunde. -dijo Claire.

-No, las fuerzas de estática de fluidos dicen que... -empezó a explicar Lola. Claire y Grace le lanzaron unos cojines para que se callara.

Después de la depresión de la película de llorar, que era la segunda fase, llegó la tercera: la comida.

-Sí, cuatro pizzas a domicilio. -pidió Isabella por teléfono.- Sí, Lucy.

-¿Quién es Lucy? -le preguntó Inés.

-La chica de la pizzería, que dice que espere. -explicó Isabella. Sus cuatro amigas se rieron.

-Esta mujer está muy loca. -dijo Lola.

-Loquísima. -afirmó Inés.

Las pizzas llegaron en media hora y las cinco chicas se sentaron alrededor de la mesa a comer. Cuando estaban empezando a comer la puerta se abrió y Mason llegó. Cuando iba a subir las escaleras se detuvo para oler con detenimiento. Dio marcha atrás y caminó a la cocina.

Ui, pizza! -exclamó al ver la comida. Las chicas se rieron. Él hizo que Inés se levantara, se sentó en la silla donde estaba ella y ella sobre sus piernas. Cogió un trozo de pizza.- Hola, chicas. -dijo con la boca llena de comida.

-Mason ¿qué haces? -le preguntó Isabella.

-Comer, cuatro pizzas para cinco chicas tan delgadas como vosotras es mucho. Mejor os ayudo a comerlas. -dijo Mason, comiendo tranquilamente.

-Tienes mucho morro. -se quejó Isabella, pero a su hermano no le importó y siguió comiendo.

Después de cenar Mason se fue a su habitación. Y las chicas entraron en la fase cuatro: Locura.

-Then I saw her face. Now I'm a believer. Not a trace. Of doubt in my mind. I'm in love. I'm a believer, I couldn't leave her if I tried. -cantaban las cinco a la vez y juntas.

Isabella e Inés estaban subidas al sillón haciendo que un rotulador y un cepillo fueran micrófonos. Claire cantaba y bailaba en el suelo. Y Grace y Lola, subidas a las sillas, utilizaban sus tenedores como micrófonos. Mason las miró desde las escaleras y se rió un poco.

Y por último, la quinta fase: Agotamiento. Las cinco tiradas en los sillones, mirando el techo.

-Chicas, en el partido del veintidós de diciembre nos jugamos la permanencia en primera división. -les dijo Lola.- Si perdemos entramos en fase de descenso. A partir de ahora no podemos perder ni un solo partido.

-Y nosotras tenemos que ir a Tuinod con vosotros ese día. Tenemos que hacer la mejor actuación de nuestra vida o el equipo de Rachel nos pasará por encima. -les dijo Grace.

-Sí, va a ser un día difícil. -dijo Claire.

-No, no va a ser un día difícil. Va a ser un gran día. -dijo Inés.- Nos va a ir bien, a todos.


Que positiva! -dijo Lola. Las cinco se volvieron a reír y el teléfono sonó. Eran las familias de las chicas que pedían que las niñas volvieran a sus casas, que ya era tarde.

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