A Isabella se le ocurrió la brillante idea de hacer una
tarde de chicas el sábado del uno de diciembre. Invitó a Grace,
Claire y a Lola a su casa. Ella e Inés prepararon todo. Un par de
películas, pizzas a domicilio, música, un poco de alcohol. Los
padres de Isabella se habían ido todo el fin de semana de vuelta a
Nueva York con Arianna y los tres jóvenes se quedaron solos en casa.
Mason saldría con unos amigos a cenar y ellas harían su propia
fiesta en casa de los Flint.
-¡Ya estamos aquí! -gritó Claire, cuando Isabella les
abrió la puerta. Las tres habían ido en el coche de Grace. Se
acomodaron en la cocina y empezaron con la primera fase: Cotilleos.
-¿Cómo te va con Owen? -le preguntó Grace a Isabella.
Todas la miraron.
-La verdad es que bastante bien. Mejor que la otra vez.
-dijo ella sonriendo.
-Para que digan que las segundas partes no son buenas.
-dijo Claire.
-¿Y tú con Julian? -le preguntó Lola a Claire.
-Julian y yo estamos como siempre, aburridamente bien.
-al decir esto todas se rieron.- Os lo digo en serio, todo es tan
aburrido... No se qué hacer para revivir la pasión.
-¿Revivir la pasión? -preguntó Lola riendo.
-¿Cuánto tiempo lleváis juntos? -le preguntó Inés.
-Un año y medio. -dijo Claire, mirando a Inés.- Y sí,
Lola, sí. Revivir la pasión.
-¿Y cómo piensas hacer eso? -preguntó Isabella.
-No se, quizás dándole celos con otro o haciéndome la
dura. -dijo Claire, pensativa.
-Yo voto por los celos. -dijo Isabella.
-Sí, y yo. -dijo Grace.
-No, chicas, eso no funciona. -dijo Lola.- Yo voto por
que se lo digas a él y habléis las cosas.
-¿Qué dices, Lola? -dijo Inés, riendo.- Yo voto por
los celos.
-Decidido por mayoría absoluta. -dijo Claire, golpeando
la mesa con la mano.
Después de cotillear sobre terceros pasaron a la
segunda fase: Películas y lágrimas. Pusieron Titanic, cogieron
pañuelos de papel y palomitas.
-Que triste es que se muera Jack. -dijo Claire,
limpiándose las lágrimas.
-¿Estás llorando después de verla al menos cinco
veces? -le preguntó Lola.
-Con esta película siempre se llora. -dijo Grace,
llorando también.
-Yo nunca lloré viendo Titanic. -confesó Inés.
-Ni yo, en esa tabla pueden estar los dos. -dijo
Isabella, señalando la pantalla.
-No, porque si Jack se sube la table se hunde. -dijo
Claire.
-No, las fuerzas de estática de fluidos dicen que...
-empezó a explicar Lola. Claire y Grace le lanzaron unos cojines
para que se callara.
Después de la depresión de la película de llorar, que
era la segunda fase, llegó la tercera: la comida.
-Sí, cuatro pizzas a domicilio. -pidió Isabella por
teléfono.- Sí, Lucy.
-¿Quién es Lucy? -le preguntó Inés.
-La chica de la pizzería, que dice que espere. -explicó
Isabella. Sus cuatro amigas se rieron.
-Esta mujer está muy loca. -dijo Lola.
-Loquísima. -afirmó Inés.
Las pizzas llegaron en media hora y las cinco chicas se
sentaron alrededor de la mesa a comer. Cuando estaban empezando a
comer la puerta se abrió y Mason llegó. Cuando iba a subir las
escaleras se detuvo para oler con detenimiento. Dio marcha atrás y
caminó a la cocina.
-¡Ui, pizza! -exclamó al ver la comida. Las chicas se
rieron. Él hizo que Inés se levantara, se sentó en la silla donde
estaba ella y ella sobre sus piernas. Cogió un trozo de pizza.-
Hola, chicas. -dijo con la boca llena de comida.
-Mason ¿qué haces? -le preguntó Isabella.
-Comer, cuatro pizzas para cinco chicas tan delgadas
como vosotras es mucho. Mejor os ayudo a comerlas. -dijo Mason,
comiendo tranquilamente.
-Tienes mucho morro. -se quejó Isabella, pero a su
hermano no le importó y siguió comiendo.
Después de cenar Mason se fue a su habitación. Y las
chicas entraron en la fase cuatro: Locura.
-Then I saw her face. Now I'm a
believer. Not a trace. Of doubt in my mind. I'm in love. I'm a
believer, I couldn't leave her if I tried. -cantaban las
cinco a la vez y juntas.
Isabella e Inés estaban subidas al sillón haciendo que
un rotulador y un cepillo fueran micrófonos. Claire cantaba y
bailaba en el suelo. Y Grace y Lola, subidas a las sillas, utilizaban
sus tenedores como micrófonos. Mason las miró desde las escaleras y
se rió un poco.
Y por último, la quinta fase: Agotamiento. Las cinco
tiradas en los sillones, mirando el techo.
-Chicas, en el partido del veintidós de diciembre nos
jugamos la permanencia en primera división. -les dijo Lola.- Si
perdemos entramos en fase de descenso. A partir de ahora no podemos
perder ni un solo partido.
-Y nosotras tenemos que ir a Tuinod con vosotros ese
día. Tenemos que hacer la mejor actuación de nuestra vida o el
equipo de Rachel nos pasará por encima. -les dijo Grace.
-Sí, va a ser un día difícil. -dijo Claire.
-No, no va a ser un día difícil. Va a ser un gran día.
-dijo Inés.- Nos va a ir bien, a todos.
-¡Que positiva! -dijo Lola. Las cinco se volvieron a
reír y el teléfono sonó. Eran las familias de las chicas que
pedían que las niñas volvieran a sus casas, que ya era tarde.

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