miércoles, 19 de noviembre de 2014

XXVIII.

Isabella, estoy enferma, no iré a entrenar hoy. Decía el mensaje de una de las animadoras del equipo de Isabella. Examen de física mañana, imposible ir a entrenar. Ese era otro mensaje de otra de las animadoras de Isabella. Llegaron un poco más tarde de que terminaran de comer. Algunos, como ella, seguían sentados en su mesa de la cafetería. Pero el pánico cundió en Isabella al recibir estos mensajes.

-¿Y ahora qué hacemos? No podemos entrenar siendo solo ocho. -le dijo Claire a Isabella.

-No lo se... -dijo Isabella, apoyando la frente sobre la mesa. De repente la volvió a levantar con los ojos bien abiertos.- Se me acaba de ocurrir algo. Id al entrenamiento, yo iré y solucionaré el problema.

Colgó su bolso al hombro y salió corriendo de la cafetería. Entró en la biblioteca y en silencio avanzó entre las mesas llenas de alumnos. Hasta que encontró a quien quería encontrar. En una mesa estaban Ryder, Roberto, Cosmo, Inés y Lola, estudiando sentados uno al lado del otro. Se acercó a Lola y le susurró a ella y a Inés.

-Os necesito, de verdad. -dijo Isabella.

-¿Para qué? -preguntó Inés, sin levantar la mirada del libro de química.

-Dos animadoras me fallaron hoy y necesito que las sustituyáis. -explicó rápidamente Isabella.

-¿Quieres que sustituyamos a dos animadoras? -preguntó Lola, un poco alto de más. Muchos de los alumnos la miraron, entre ellos sus acompañantes.

-Por favor. No os lo pediría si no estuviera desesperada. -insistió Isabella. Inés y Lola se comunicaron con la mirada y al final Lola habló.

-Vale... -dijo cerrando su libro de literatura.

Las dos guardaron sus cosas y se levantaron.

-Después nos vemos. -dijo Lola.

Cuando pasó por al lado de Ryder le desordenó el pelo y cuando pasó por detrás de Robert hizo lo mismo. Las tres salieron de la biblioteca y fueron hasta el pabellón, que era el lugar del entrenamiento esa tarde. Durante todo el viaje Isabella les agradeció lo que estaban haciendo. Se cambiaron, utilizando la ropa con la que entrenarían después, y se unieron al grupo de chicas.

-¿Qué hacéis aquí? -preguntó Grace, sorprendida.

-Inés y Lola nos están haciendo un favor y nos van a ayudar con en ensayo de hoy. -explicó Isabella.

Las chicas empezaron con una coreografía con música, donde Inés y Lola no intervenían, ya que no necesitaban su ayuda por ahora. Después sí que la necesitaron. Hicieron un par de piruetas con Inés y Lola, y los chicos del equipo de baloncesto empezaron a llegar. Todos echaban una mirada hacia el equipo de animadoras. Saludaban a las chicas y se iban a cambiar. Quince minutos antes de que el entrenamiento de baloncesto empezase las chicas terminaron.

-Muchas gracias. -les repitió Isabella.

-Sí, sin vuestra ayuda hoy no podríamos entrenar. -añadió Claire.

-De nada. -dijo Lola.

-Y si nos necesitáis otra vez, no dudéis en pedírnoslo. -dijo Inés.

-Os tomamos la palabra. -dijo Grace, riendo.

Todas se fueron, menos Inés y Lola que se sentaron en el banquillo. Inés le empezó a hacer la trenza a su amiga. Logan salió del vestuario y se sentó a su lado.

-Menos mal que todavía estáis aquí. Pensé que nos ibais a abandonar por las animadoras. -dijo Logan. Las dos se rieron.

-Lo nuestro son más los golpes que las piruetas, el sudor que el maquillaje, los pantalones que las faldas, las canastas que la música... -dijo Inés, concentrada en la trenza de Lola.

-Pues tu amiga fue animadora, es más la capitana. -dijo Logan hablando por Lola.

-Eso era porque no podía jugar al baloncesto. Yo siempre quise jugar al baloncesto. -explicó Lola. Logan se rió y fue a tirar unas canastas.

Cuando George Forbes llegó el entrenamiento empezó. Fue un entrenamiento duro, uno muy duro, que dejó a todos agotados. George Forbes los estaba preparando muy bien ya que el siguiente partido sería contra Palos Nuevos, sus rivales. Además, si Duendes Verdes consiguiera una sola derrota más entraría en la fase de descenso de la cual es casi imposible salir.

Al final del entrenamiento decidió jugar un dos contra dos. Empezó a hacer parejas: Thomas con Jerry, Lola con Logan, Cosmo con Caleb, Kevin con Roberto y Ryder con Inés. Esa tarde Richard no pudo ir por una enfermedad. Los chicos se reunieron con su pareja. Todas las parejas chocaban sus manos o se abrazaban, menos Ryder e Inés que tan solo se sonrieron. A ninguno de los dos les gustaba jugar juntos.

-Thom y Jerry, -dijo el entrenador. Todos se rieron al recordar su disfraz de Halloween.- empezáis contra Ryder e Inés.

Ryder e Inés eran muy buenos defendiendo, por lo que no les costó recuperar el balón. El problema llegó cuando atacaron ya que ni uno le pasaba el balón a la otra ni la otra al uno. Esto hizo que perdieran y fueran eliminados del juego. Lola y Logan entraron en su lugar.

-¿Todavía no os distéis cuenta del error? -les preguntó George cuando estaban saliendo de la pista. Los dos se detuvieron y lo miraron.

-Sí. El error es ponernos juntos. -dijo Inés.

-De eso nada. El error es que no podéis dejar de pensar en vosotros mismos individualmente. Tenéis que pensar como un equipo. -les dijo George.

-Entrenador la solución es que deje de ponernos juntos en todos los ejercicios de este tipo. -le dijo Ryder.

-No, la solución es que sigáis jugando juntos. -dijo George. Logan y Lola eliminaron a Thom y a Jerry.- Es más, os voy a dar otra oportunidad. Vais a jugar contra Logan y Lola, pero no podéis botar.

-¿Qué? -preguntó Ryder.

-¿Cómo vamos a jugar entonces? -preguntó Inés.

-Pasándoos el balón. -dijo George, sonriendo.

Ryder e Inés salieron al campo con pocas expectativas de ganar. Robaron el balón y no sabían muy bien que hacer. Pero cuando entendieron que la solución era la que George había sugerido todo fue mejor. Es más, la situación mejoró tanto que ganaron la batalla. La victoria la dio un triple de Inés. Cuando terminó los dos se chocaron las manos sorprendidos.


-¿Era la solución o no? -dijo George.

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