-Buenos días... -dijo un cliente, el primero de la mañana de
febrero. Francesca sonrió y siguió con lo que estaba haciendo,
escribir una carta.
Habían pasado siete meses y medio, desde que Francesca pisó por
primera vez Fear Hill. Ya todo el mundo la conocía, y la tienda iba
bastante bien. Francesca, sonriente, escribía una carta.
Hola,
papi. Todavía me siento rara escribiéndote, pero no tengo otra
manera de desfogarme. Llevo ya siete meses en Fear Hill y hay una
cosa que no entiendo: ¿por qué no me trajiste a un lugar tan
maravilloso como este antes? Fear Hill es como un sueño, no entiendo
como pudiste dejarlo atrás.
Espero
que ya te enteraras, tienes otro hijo. Otro maravilloso hijo. Sasha
Lower, tu ex novia, se quedó embarazada justo antes de que tú te
fueras de Fear Hill y nunca te dijo nada. En realidad, sí, te
escribió una carta, una carta que nunca llegó. Ella sola crió a un
hombre genial. Se llama Peter, Peter Ronnie, ha cambiado su apellido.
Conocí a
Peter este verano, de casualidad y gracias su otra hermana, Sasha,
que se llama igual que su madre. Viví con él un par de meses, hasta
que él decidió independizarse. Es un hombre increíble, papá. Se
parece mucho a ti, pese a que no te conoció. Es serio, inteligente y
trabajador. Muy trabajador, como tú. Todavía recuerdo cómo te
quedabas revisando informes hasta altas horas de la noche, en tu
escritorio de madera y con tus gafas sobre la punta de la nariz.
He
conocido a más gente en Fear Hill. Gente maravillosa, con un enorme
corazón, como Gus, Tina, Darren, Scott, Blake, Ian o Tyler. También
conocí a este verano a tu familia. A mi tía Nonis, a Sean y a
Vicky. Los aprendí a querer rápido y me di cuenta que también era
mi familia. Nonis y Sean siguen viviendo en Francia, pero me
prometieron pasar todos y cada uno de los veranos de sus vidas en
Fear Hill. Victoria vive en la ciudad y está estudiando, pero todos
los fines de semana viene a casa a molestarme.
También
conocí a una persona un poco especial. Sé que no te gustaba mucho
hablar de chicos conmigo y qué cuando lo hacías era porque mamá te
obligaba. Te sentabas a mi lado y me preguntabas, yo te decía que
algún día me casaría con algún famoso y los dos nos reíamos,
porque sabíamos que sería imposible. Bueno, conocí a Zane, Zane
Smith. Es músico, pero también hace surf. Es un buen chico, papá.
Sabes que no escogería a ningún chico que no me mereciera, tengo
buen gusto para los chicos, como mamá.
El surf,
el surf está desempeñando un buen papel en mi vida. Derek, sí,
Derek, tu amigo, es el presidente del club de surf de Fear Hill. No
me entrena él, Peter es mi insoportable entrenador. Pero es muy
bueno, muy bueno. Tenías razón, eso iba en los genes. Yo encontré
una vieja tabla, en realidad dos. Estaban en la vieja casa Ronnie y
decidí reutilizarlas. Las estoy arreglando. Una era de la Tía
Nonis, esa será la que utilizaré yo cuando esté lista. Y la otra
era la tuya, tu tabla, con la que ganaste aquel torneo tan
importante. La estoy arreglando y espero que mayo esté como nueva.
Porque en mayo es el cumpleaños de Peter y quería regalársela. Él
no tuvo la oportunidad de conocerte y está terriblemente atormentado
por eso. Así que supongo que tener algo tuyo lo hará sentir un
Ronnie de verdad.
¿Mis
estudios? Bueno, sabes, papá, que nunca me gustó estudiar, aunque
lo intentaba. Así que he decidido no estudiar ninguna carrera
universitaria. Si estuvieras aquí me hubieras gritado que estaba
loca y todo eso, pero hubiera hecho lo mismo.
Pero tuve
la suerte de que mi hermano, Peter, me dejó un pequeño dinero para
abrir mi propio negocio. Es una tienda de antigüedades y nos está
yendo muy bien. Tanto, que este verano creo que dará dinero
suficiente para mantener un sueldo a una persona más. No te
preocupes, el dinero que Peter me prestó ya está devuelto y con
intereses. Decidí llamarla Paradise. Pero dejemos de hablar de mi.
En los
últimos meses las vidas de todos los que estamos conectados contigo
cambió mucho. Una de las que más es la de Sasha, tu ex novia.
Afortunadamente está casada, con un buen hombre, Marcus. Él intentó
cuidar a Peter como si fuera su padre, un hecho que me pareció
totalmente desinteresado y honesto. Ella se quedó con el café y lo
mantuvo hasta el día de hoy. Se sigue llamando Sasha's, pero ya no
es propiedad de Sasha, sino de vuestro hijo, de Peter. De ahí salió
el dinero para abrir Paradise. Sasha tuvo otra hija, a la que llamó
como ella, Sasha, también. Y supongo que ya lo oirías, se disculpa
ante ti todos los días. Se sienta delante de la arena de Fear Hill,
donde mamá dejó tus cenizas, y te habla. Te cuenta cosas y se
disculpa por no haberte dejado ser parte de la vida de Peter.
Sasha, la
hija, es una chica que se parece mucho a su madre y de la misma edad
que yo. A ella no le fue tan bien como a mi en el colegio, por eso
está repitiendo. Pero este año, gracias a la ayuda de Peter y mi
ayuda, está siendo una chica aplicada en los estudios. Al principio
le costó un poco, pero ya tiene amigos y lo lleva todo mucho mejor.
En Fear
Hill también conocí a dos personas muy importantes para ti, a Rikki
y a Blaine. Los conocí en cuanto llegué, mis tíos y ellos siguen
siendo inseparables. Ahora están casados y tienen dos hijos Ian y
Blake. ¿Y a qué no sabes qué? Ellos también están relacionados
contigo. Ian es el novio formal de Victoria, tu sobrina. Y Blake es
el novio de Sasha, la medio hermana de tu hijo.
Mamá.
Mamá me dice todos los días que querría mudarse conmigo a Fear
Hill, pero que no puede por el trabajo y por sus amigos... Pero, la
verdad, yo creo que es que no puede porque todo en Fear Hill le
recuerda a ti. Peter se parece a ti y mamá lo notó mucho, porque
cada vez que lo ve se queda mirándolo con una mirada que me
destroza. Lo mira como si a través de él te pudiera mirar a ti
también. Y yo creo que lo hace. Pero no podría vivir viendo a
diario tu retrato, papá.
Y yo te
echo tanto de menos. No sabes cuánto, papá.
Es que
casi todo me recuerda a ti. Derek no nos para de repetir a Peter y a
mi lo bien que surfeamos, como tú. Incluso a veces nos pone videos
de tus competiciones para que aprendamos.
La gente,
los vecinos de Fear Hill, todos me hablan de ti. De la maravillosa
persona que eras, del corazón enorme que tenías, de tu imagen
surfeando por las noches en la playa... ¡Cómo si no lo supiera ya!
Cada vez
que entro en el Sasha's no puedo evitar mirar una fotografía de
1986. Del verano de 1986. Estabas con tus mejores amigos, sonriendo y
estrenando vuestro café. Eras tan parecido a como te recuerdo.
Pero lo
que más recuerdo de ti son los momentos que viví contigo. Cuando
nos sentábamos a ver deporte en el salón de casa. Cuando le
hacíamos bromas a mamá juntos. Cuando me enseñaste a surfear y tus
consejos a todas horas. Cuando amenazaste al primer novio que llevé
a casa. Cuando me ayudabas con los problemas de matemáticas.
Te echo
de menos y eso no hay forma de curarlo. Quizás con esta carta me
quede un poco más a gusto, pero me encantaría que hubieras vivido
todas estas cosas que te conté conmigo. Todo sería más fácil.
Pero la vida no es fácil.
Te quiero
tanto, papá.
Sasha, la ex novia de su padre, le lanzó un pañuelo de papel sobre
el mostrador de Paradise.
-¿Qué clase de atención al cliente es esta? -dijo Sasha,
bromeando.
-Gracias. -dijo Francesca cogiendo el pañuelo. Se secó un par de
lágrimas y la miró con una sonrisa.
-¿Eso es lo que te recomendé hacer? -preguntó Sasha, señalando la
carta. Francesca asintió y se la ofreció, pero Sasha no la aceptó.-
No, es una carta para Louis, no para mi.
-¿Y ahora que hago con ella? -preguntó Francesca.
-No sé. Haz lo que quieras. Guárdala, mándala, tírala al mar,
quémala como hice yo... No lo sé, Frankie. Cada uno se despide como
quiere. -dijo Sasha. La mirada de Francesca se iluminó y Sasha notó
esto.- ¿Ya sabes qué vas a hacer con ella?
-Sí. ¿Me harías un favor? -preguntó Francesca.- ¿Te quedas aquí
un poco? Tengo que hacer algo con esto. -dijo enseñándole la carta.
-Claro que te hago el favor. Ese y todos los que quieras. Como si
necesitas un riñón. Yo estoy en deuda contigo Francesca. Desde hoy
hasta el día en el que mi corazón deje de latir.
Francesca sonrió y cogió su bolso. Salió de la tienda y, en la
puerta, encontró la vieja bicicleta de su padre. Se subió a ella y
empezó a pedalear. Hasta que llegó a la colina. Se bajó de la bici
y caminó. Hasta que encontró la vieja casa de los Ronnie. Pasó la
vaya blanca y encontró el buzón con el apellido de su familia
escrito en el suelo. Se agachó y metió la carta ahí.
Ya había saldado su deuda. Se había despedido de su padre.
¡Ya llegó el final! Muchas a gracias a todos los que leyeron y sobre todo los que comentaron en los capítulos dando su opinión y pidiendo siempre más.
Ahora mismo tengo varias opciones por subir y no estoy muy segura de cual quiero subir primero. entre esas opciones está de Cazadores de Duendes: Los primeros, tercera y última temporada de la historia. también tengo una novela llamada Red Lips, que trata de la historia de dos mejores amigas con muy poco en común, nada más que sus labios rojos. Y, por último, El pistoletazo de salida, que es una historia totalmente nueva y distinta para mi, ya que es la primera historia que escribo de "miedo".
Si preferís que empiece por alguna de las comentadas, decidlo, sino lo decidiré yo misma esta noche y mañana ya tendréis el prólogo y el primer capítulo aquí mismo, en Delirios de un par de sonrisas.
Y no os olvidéis de contarme TODO lo que pensáis de esta novela. Si alguien prefiere mandar algo a mi correo es: adrianatorresduf@gmail.com
Un beso enorme,
Cris.~

Lindo final, me encanto!!
ResponderEliminarme encantaria la de cazadores de duendes, me encanta esa historia :)
Me encantó la historia, HERMOSA!! Y el último capítulo fue impresionante.. Hay segunda temporada? Porfaaaaaa
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