-Tienes que hacer el
giro antes... se que es difícil, pero lo tienes que intentar. -Peter
escuchaba los consejos del hombre atentamente. Los dos vestían sus
bañadores y dos tablas descansaban sobre la arena.- ¿Dónde se
habrá metido? -preguntó mirando su reloj de pulsera.
-¡Estoy aquí! -gritó
Francesca. Llegaba corriendo y tarde. Dejó su bolso en la arena y se
sacó el vestido, para quedarse con el bañador.
-Llegas tarde...
-Lo sé, lo sé, papá.
-dijo Francesca.- Lo siento.
-Venga, vamos. -dijo
Louis.- Primero Peter y después tú.
Peter se lanzó al
agua e intentó lo que su padre le había aconsejado. Lo intentó una
y otra vez, pero no le salía como él quería. Frustrado y algo
enfadado salió del agua, tiró la tabla a un lado y se sentó en la
arena.
-Francesca... -dijo
Louis, señalando el agua.
-¡Espera! -gritó
Derek. Llegaba con Sasha a su espalda, que cargaba con su tabla.-
Louis, ¿te puedes encargar de Sasha hoy también? -preguntó Derek.
Mientras, Sasha besó la mejilla de Peter y le sonrió a Francesca.
-Claro. -dijo Louis.
-Sasha, le haces caso
a Ronnie. No desaproveches la oportunidad de entrenar con una
estrella como él. -dijo Derek. Sasha asintió y revoleó los ojos.
Louis se rió.
-Venga, las dos a la
vez. -dijo señalando el agua con la mirada, otra vez. Las dos
adolescentes corrieron al agua. Mientras miraba a las chicas surfear,
Louis llamó a su hijo.- Peter, ven...
-¿Qué? -preguntó
Peter, que seguía enfadado con él mismo.
-Mira como lo hace tu
hermana. -dijo señalando al agua.
-¿Cuál de las dos?
-preguntó Peter. Los dos hombres se rieron.
-A Sasha. Mira como
hace el giro. -dijo señalando la tabla de Sasha. Peter se fijó y se
dio cuenta de que eso era parte del giro que él acababa de intentar
en el agua.- Si ella puede, tú también.
-No puedo, papá. ¿No
viste qué lo intenté diez veces antes?
-Peter, yo mismo te
enseñé a surfear y te escuché decir eso miles de veces. -dijo
Louis, sin quitar la mirada de Francesca y de Sasha.- Así que cuando
salgan del agua, vas a entrar ahí y vas a hacerlo. Pero sobre todo
no lo pienses. Deja guiarte por tu instinto...
-Sí, lo se, lo llevo
en los genes. -dijo Peter, interrumpiéndolo. Louis hizo sonar un
silbato para que las chicas salieran del agua. Miró a Peter, asintió
y su hijo mayor se adentró en el mar. Justo en ese momento, Blake e
Ian llegaron a la playa con sus tablas bajo el brazo.
-¿Qué tal, chicos?
-dijo Louis, al notar su presencia.
-Bien. -dijo Ian.
-¿Vuestros padres?
-preguntó Louis.- ¡Venga, Peter, otra vez! -lo animó al ver que
éste se caía.
-Aquí estoy yo. -dijo
Rikki, llegando tras sus hijos. Se paró al lado de Louis y éste
pasó su brazo sobre los hombros de Rikki y besó su frente.- ¿Cómo
estás?
-Bien. -dijo Louis.
-Venía a invitaros a
una cena hoy, en casa. -dijo Rikki.- Ahora voy también al café a
invitar a Sasha y a Marcus. ¿Se lo dices a Gabriella?
-Claro. Pero, ¿qué
celebramos? -preguntó Louis. En realidad, sabía perfectamente que
se celebraba, pero le gustaba molestar a su amiga. Rikki le golpeó
en la barriga.
-¡Louis! -le gritó
Rikki. Blake, Ian, Francesca y Sasha, que estaban detrás de ellos se
rieron.- Hoy es 11 de agosto.
-Lo se, tonta. -dijo
Louis.
-Bueno, tú avisa a
Derek. -le pidió Rikki.
-Está bien. Nos vemos
esta noche. -dijo Louis, atento a su hijo.
Rikki se fue y todos
se quedaron mirando a Peter. En cuanto le salió los cinco gritaron y
festejaron. Entrenaron un poco más, pero pronto se fueron cada uno a
sus casas. Francesca, Louis y Peter llegaron juntos a casa.
-Hola, mamá. -gritó
Francesca. Gabriella se asomó por la puerta de la cocina.
-Hola, chicos. ¿Cómo
os fue en el entrenamiento? -preguntó Gabriella.
-Genial, Gabi.
Conseguir hacer el giro que llevaba semanas intentando. -dijo Peter,
emocionado. Besó la mejilla de Gabriella y se sentó en la mesa.
-¿En serio? -dijo
Gabriella, sorprendida.
-Sí, no estuvo nada
mal... -dijo Louis.- Hoy hay una cena en casa de Rikki.
-Sí, lo sé. Me lo
dijo tu hermana que estuvo antes aquí con Victoria. -explicó
Gabriella.
Rikki y Blaine
prepararon una enorme cena. Había bastante invitados, pero todos muy
cercanos. Derek y su mujer, estaban invitados. Danny, Thomas y
Emmett, llevarían la música. Nina, Sean y Victoria llevarían un
postre. Sasha, Marcus y la hija de ambos, Sasha, también iban a ir.
Y, por supuesto, Louis, Francesca, Gabriella y Peter, también. Y así
fue que Rikki y Blaine tuvieron que preparar una mesa para diecinueve
personas. Los diez amigos de siempre, las parejas de tres de ellos y
seis hijos. Todos se sentaron alrededor de la mesa y comieron con
felicidad. Al finalizar la cena, todos se pusieron a hablar unos con
otros.
-Mamá, hoy lo
conseguí. -le contó Peter a Sasha.- Hice el giro.
-¿En serio?
Increíble. -dijo Sasha. Marcus chocó la mano con el hijo de su
mujer y Peter sonrió.- ¡Louis! -gritó Sasha. Su ex novio y padre
de su hijo se acercó con Gabriella.- ¿Es cierto que Peter hizo el
giro ese?
-¡Mamá! -se quejó
Peter, todos lo miraron.- ¿No me crees?
-No, una vez me
dijiste que sacaste un doce en biología... -dijo Sasha. Todos se
rieron.
-Era pequeño... -se
excusó Peter.
-Esta vez es cierto,
Sasha. Hizo el giro ese que tanto intentó y pensó. -dijo Louis,
riendo.- Era difícil, porque es una mezcla de otros tres giros muy
diferentes...
-Entonces deberías
ponerle nombre. -propuso Nina, que estaba escuchando la conversación.
-¿Qué nombre, tía
Nonis? -preguntó Peter.
-No se... Un nombre
que suene bien... -dijo Nina pensativa.
-Ronnie 3. -dijo
Peter.
-¿Ronnie 3? -preguntó
Louis.
-Sí, Ronnie porque lo
hice yo y tres porque son tres giros. -dijo Peter.
-Me gusta... -dijo
Nina. Peter y ella chocaron sus manos.
Después de la pequeña
conversación, Rikki y Sean sacaron el postre de la cocina. Todos se
sentaron otra vez, pero antes de atacar a la tarta, Louis quiso decir
unas palabras.
-Hoy es 11 de agosto.
Hoy hace 28 años que abrimos el Paradise y nos salió bastante bien.
Diez amigos que iban a empezar el último año del instituto éramos
los encargados de un café en la playa.... Y ahora somos diez
adultos, casi todos casados... -dijo mirando a Danny, Emmett y a
Thomas, los únicos solteros de los amigos.- Con seis hijos... -pasó
la mirada por Francesca, Sasha, Blake, Victoria, Ian y Peter.- Y un
café en la playa. Así que, un brindis por Paradise. -dijo
levantando su copa. Todos levantaron la copa, o un vaso con zumo en
su defecto, y las chocaron unos con otros.
En
ese universo paralelo que el propio Peter se había inventado, las
cosas eran muy diferentes. Su madre nunca había ocultado su
embarazo o el padre del niño, aunque Sasha y Louis ya no estuvieran
juntos sí que criaron a su hijo juntos. Peter solía pasar una
semana con Louis y otra con Sasha. Los amigos de sus padres, pese a
crecer y madurar, nunca dejaron Fear Hill. Louis tampoco lo hizo y se
mudó a una casa con su nueva pareja, Gabriella. Louis no tenía que
trabajar de bombero, por lo tanto el accidente que lo había matado
nunca había sucedido. Sasha conoció a Marcus, igual, y tuvieron a
Sasha. Louis y Derek se hicieron cargo del club de surf, que estaba
asociado al café y también se llamaba Paradise. Paradise
creció mucho y nunca se disolvió y seguía con su centro en Fear
Hill. Esa quizá sería la vida perfecta para Peter.

Q triste por Peter :'(
ResponderEliminarMásss NOveee!!