-No, por el medio. -dijo Danny.
-Yo creo que es por ahí. -dijo Edward.
-Que no, por el medio. -dijo Lucas.
-No, por la derecha. -dijo Sam.
-No, así no. -dijo Angie.
-¿Queréis hacerlo vosotros? -se quejó Esther. Nadie
contestó y ella se volvió a concentrar. Estaban intentando hacerle
el nudo de la corbata a Paul. Esther estaba intentándolo pero no
había manera de hacerlo. Miró a sus amigos y vio a todos con con la
corbata perfecta, menos a John y a Sam.- ¿Cómo os hicisteis el nudo
vosotros?
-Nos lo hizo Ellen. -confesó Lucas.
-¿Dónde está mi madre? -preguntó Paul.
-Está en la habitación de Karen y Jack. -dijo Angie.
-¿Haciendo qué? -preguntó Paul, histérico.
-Yo que sé. -dijo Angie.
-Necesito hablar con ella. -dijo Paul levantándose y
empujando a todos los que estaban delante de él. Estaba nervioso y
todos lo notaron.
-Vale, pero tranquilo. Yo la voy a llamar. -dijo Esther.
Paul asintió y Esther salió acompañada por John. El resto también
se fueron, pero no a buscar a Ellen, simplemente salieron de la
habitación y esperaron en la puerta. Esther y John volvieron con
Ellen.
-¿Qué pasa, cariño? -preguntó Ellen, entrando en la
habitación de su hijo preocupada. Esther y John entraron tras ella.
-Necesito hablar contigo. -dijo Paul.
-Nosotros vamos bajando. Queremos coger un buen sitio.
-dijo John.
-John, espera. Que te hago el nudo de esa corbata. -dijo
Ellen.- Dile a Sammuel que entre, que también lleva la corbata hecha
un desastre.
Después de arreglarles las corbatas a John y a Sammuel,
Ellen se quedó a solas con su hijo.
-A ver, ¿qué te pasa? -preguntó Ellen, sentándose en
la cama, a su lado.
-Mamá, estoy tan nervioso que no puedo ni pensar. -dijo
Paul. Su madre le acarició la espalda y sonrió. Justo en ese
momento, Bob entró en la habitación.
-¿Qué pasa aquí? -preguntó con una sonrisa.
-Tu hijo está nervioso. -dijo Ellen.
-A, si es solo eso... -dijo Bob. Ellen y Bob se rieron.
Paul no entendía la broma.
-A mi no me hace gracia. -dijo Paul.- Estoy sudando,
temblando...
-Paul, eso es normal. -dijo Ellen.
-Es más, si no estuvieras nervioso sería un problema.
-dijo Bob. Se dispuso a explicarse.- Todos estuvimos nerviosos el día
de nuestra boda. Todos y absolutamente todos lo estuvimos.
-Yo incluso llegué a llorar de histeria. -confesó
Ellen.
-Y yo me quise escapar. -dijo Bob.
-No me estáis ayudando. -dijo Paul.
-Lo que te queremos decir es que eso es totalmente
normal. Además, vivirás muchas más situaciones como esta en tu
vida: el día del nacimiento de tu primer hijo, …-dijo Ellen.
-De todos tus hijos. -corrigió Bob. Ellen y él se
sonrieron.
-El primer día de escuela de tus hijos, el día de las
notas de tus hijos, en cualquier entrevista de trabajo, o cuando
quieras arriegarte a tomar una decisión.
-O el día de la boda de tu hijo. -añadió Bob.
-¿Estáis nerviosos? -preguntó Paul.
-Claro que lo estamos. Nuestro primogénito está a
punto de casarse. Además, acabamos de conocer al novio de tu
hermana. Estamos histéricos. -confesó Bob.
-Pues no lo parece. ¿Cómo lo hacéis? -preguntó Paul.
-Es muy fácil. Solo tienes que sonreír y agarrar con
fuerza algo. -dijo Ellen.- Además, si piensas en todo lo que te
espera... ¡Te vas de vacaciones! Pasado mañana los dos tenemos que
ir a trabajar. -se quejó Ellen.
-Ya tuviste tu luna de miel, mamá. -dijo Paul.
-Venga, saca una sonrisa y baja ahí ahora mismo. Tienes
que casarte. -dijo Bob.
-Pero antes tienes que disculparte con tus amigos.
-añadió Ellen.
-¿Fui un poco brusco? -preguntó Paul.
-Sólo un poco. -dijo Ellen, irónica.
Los tres se abrazaron y se sonrieron. Ellen arregló la
corbata de Paul y los tres suspiraron profundamente. Bajaron al salón
de la ceremonia y la pareja entró para sentarse. En cambio, Paul se
quedó fuera. Allí estaban Catherine, Lauren, Esther, Edward, Lucas,
Danny y John, sus mejores amigos desde el instituto.
-Te casas... -dijo Lauren. Paul asintió.
-Me caso. -dijo mientras suspiraba.
-¿Estás listo? -preguntó Edward.
-¿Alguna vez se está listo para algo así? -preguntó
Paul. Todos se rieron.
-¡Cuidado Brooke! -le gritó Ava. Brooke y sus amigas
estaban saliendo del ascensor, listas para la ceremonia. Paul se
giró, pero siete pares de manos se lanzaron contra sus ojos,
impidiéndole la visión.
-¡Paul! ¿Qué haces aquí? -preguntó Micaella.
-Creo que me voy a casar. -dijo Paul. Todos se rieron.
-Me refiero a por que no estás en el altar ya. -dijo
Micaella.
-¿Hay un altar? Dijimos que nada de altares. -dijo
Brooke.
-Es una forma de hablar. -dijo Micaella.
-Venga, nosotros ya entramos. -dijo Lucas. Lucas, Danny,
Edward Connor y John eran los testigos, al igual que Ava, Emily,
Micaella, Taylor y Emma. Le dieron la vuelta a Paul y los chicos
entraron en el salón.
-Estás preciosa, Brooke. Nos vemos dentro. -dijo
Lauren. Ella y Esther entraron y se fueron a sentar entre el resto de
la gente.
Ava, Emily, Emma, Taylor, Micaella y, por último y por
ser la madrina, Catherine se colocaron por ese orden para entrar. Al
final de todo, Brooke y su hermano.
-¿Estamos listas? -preguntó Ava, que estaba a punto de
entrar.
-¿Alguna vez se está lista para esto? -preguntó
Brooke.
Catherine sonrió, era la misma respuesta que la de
Paul. Sabía que estaban hechos el uno para el otro, todo saldría
perfecto. Ava asintió, la música empezó a sonar y dio el primer
paso hacia delante.

BODAAAA, me encantaa!!!!
ResponderEliminarMásss Noveee!!!!
Que linda nove, otro cap!!
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