Alguien golpeó la puerta de la habitación de Micaella,
Catherine, Lauren y Brooke. Brooke, que ya estaba despierta fue a
abrir, mientras el resto se quejaba.
-¿Quién es? -preguntó, antes de abrir la puerta.
-Soy yo. -dijo Paul, del otro lado.
-No puedes ver a la novia. -dijo Micaella, sin fuerzas,
hundida en la almohada y dormida. Brooke sonrió y salió de la
habitación.
-¿Quién dio el portazo? -se quejó Lauren, cuando
Brooke cerró la puerta.
-Buenos días... -le dijo Paul, sonriente. Brooke apoyó
la espalda en la puerta y se besaron.
-Hoy es el día. -dijo Brooke.
-Sí, lo es. ¿Nerviosa?
-Un poco, ¿tú?
-Sí. -confesó él.- ¿Ayer no tendríais strippers,
no?
-¿Nosotras? -preguntó Brooke, señalándose a si
misma.- No... -dijo alargando la vocal. Paul sabía que era mentira.-
¿Y vosotros? ¿Chicas?
-No, por favor... -dijo él, de la misma manera. Los dos
se miraron y se rieron.
-En un rato todos estarán corriendo de un lado al otro,
preparando las cosas... -le dijo Brooke, agarrándolo del cuello de
la camiseta blanca con la que durmió.
-Tu madre y la mía ya están abajo... -dijo Paul,
riéndose. Brooke revoleó los ojos.- Pronto Karen se unirá a ellas.
-Y Cody no se queda atrás. -añadió Brooke.
Catherine abrió la puerta, haciendo que Brooke casi se
cayera hacia atrás. Pero Paul la agarró por la cintura antes de que
esto pasara. Catherine los miró durante unos largos segundos.
-¿Qué hacéis juntos? -les preguntó, sin alterarse.
-Nada. -contestaron los dos a la vez. Por el pasillo
aparecieron Edward, Danniel, Lucas y John. Micaella y Lauren se
asomaron por los hombros de Catherine.
-¡Paul, aléjate de la novia! -le gritó Danniel.
-Shh... -dijeron las chicas a la vez.
-Vamos, Paul. -dijo Lucas, agarrando a Paul.
-¿A vosotros qué os pasa? ¿No tenéis resaca? -les
preguntó Micaella.
-Son inmunes al alcohol. -dijo Lauren, que los conocía
muy bien.
-Vamos, Paul. Tenemos que empezar a prepararte. -le dijo
Edward. Se llevaron a Paul a rastras y las chicas tiraron de Brooke
hacia el interior de la habitación.
Las chicas se empezaron a duchar y a vestirse, despacio
y sin prisa. Desayunaron en la habitación mientras hablaban con
tranquilidad. Esther las fue a visitar con un ramo de flores en las
manos.
-Flores para la novia. El repartidor me vio y me pidió
que te las diera. -le dijo a Brooke. Brooke las agarró y las olió.
-Gracias.
-Oye, ¿me das una flor? -le dijo Esther a Brooke. Ésta
asintió, pero Esther ya la estaba cogiendo.- Voy a saludar a los
chicos.
Salió de la habitación y se dirigía hacia la
habitación de los chicos, cuando se encontró con Angie saliendo de
su habitación, despeinada, en pijama y con mala cara.
-Hola, Angie. -le dijo con una sonrisa.
-Buenos días... -dijo ésta.- ¿Por qué estás vestida
y no es ni la ropa de ayer ni la que llevarás a la boda? -preguntó
abriendo los ojos.
-Porque tengo cosas que hacer antes de prepararme. -dijo
con una sonrisa Esther.
-¿Y la sonrisa? -preguntó Angie, agarrándose a una
pared.- Ayer bebiste más que yo...
-Me tomé una aspirina, es mágica. -le dijo Esther.
-Iré a por una. -dijo Angie, caminando con la mano en
la pared.
-¿Y John? -preguntó Esther, cuando Angie se estaba
alejando. Angie cerró los ojos con fuerza y puso una mano en la
cabeza.
-Está con Paul, creo. -dijo Angie.
-Gracias.
Esther siguió caminando por los pasillos del hotel.
Llevaba la flor en la mano y le sonreía a todo con el que se
encontraba. Casi todos invitados de la boda a los que apenas conocía.
Subió en ascensor y encontró la habitación de los chicos. Golpeó
la puerta dos veces y cuando le abrieron pasó su mano con la flor.
-Una flor para el novio. -dijo asomándose. Todos al
verla se alegraron y corrieron a abrazarla.
-¿Dónde estuviste hasta hoy? -le preguntó Paul,
después de abrazarla.
-Tuve unos pequeños problemas para llegar hasta aquí,
¿pero que más da? -dijo Esther.- ¿Tenéis todo listo?
-Claro, todo bajo control. -dijo Danniel.
-¿Las chicas saben que estás aquí? -preguntó John.
-Sí, estuve anoche con ellas. -explicó Esther.
-Claro, Esther llegó para la fiesta... -dijo Lucas.
-Como siempre. -añadió Edward.
-Sois malos conmigo... -dijo Esther.
Pasó un rato con ellos y después volvió a su
habitación, Sammuel seguía durmiendo. Al verlo se le ocurrió una
idea y sonrió hacia un lado. Cerró la puerta despacio y se acercó
a él sin hacer ruido. Se tumbó sobre su espalda. Y él se despertó
alarmado.
-¿Eh? -preguntó dormido.
-Hola, ¿no? -dijo ella, con una sonrisa.
-¿Esther?
-No, su fantasma. -dijo ella, irónica.
-Al final llegaste a tiempo.
-Me dio tiempo hasta a la despedida de soltera.
-Mira tú que suerte...

Me encanta, quiero boda!!!!!
ResponderEliminarMássss Noveeeee!!!!