Paul había dormido en casa de Brooke esa noche.
Micaella estaba en casa de sus padres y la pareja aprovechó. Entre
los dos prepararon el desayuno y después, Brooke se fue a duchar.
Mientras Brooke estaba duchándose sonó el timbre. Paul fue a abrir.
-¿Paul? -preguntó Emma al encontrarlo allí. Detrás
de Emma estaba Taylor y Ellen, madre de Paul.
-Hijo, ¿qué haces aquí? -preguntó Ellen, pero
rápidamente se contestó a si misma.- Claro, que ibas a estar
haciendo.
-¿Y Brooke? -preguntó Taylor, después de aguantar la
risa sobre el comentario de Ellen.
-Está duchándose. -dijo Paul.
-Pues la esperamos dentro. -dijo Emma. Las tres pasaron
y se sentaron en el salón.
-La voy a avisar. -dijo Paul. Se acercó al baño y
cuando entró Brooke estaba enrollada en la toalla y secándose el
pelo con otra toalla.- Emma, Taylor y mi madre están aquí.
-¡Me olvidé! -dijo tocándose la frente.- Había
quedado con ellas para ir a comprar el vestido.
-Pues podías haberme avisado. Si vieras la cara que se
me quedó cuando vi a mi madre. -se quejó Paul. Brooke se rió y le
dio un beso.
-Me voy a vestir y me voy con ellas, ¿vale? Cierra
cuando te vayas. -le dijo saliendo del baño. Se vistió y fue hasta
el salón.- Hola, chicas. Ya estoy lista, ¿vamos?
-Claro, pero ¿Paul se queda? -le preguntó Ellen.
-Se está duchando. Cuando termine se tiene que ir a
trabajar. -era sábado, Brooke no trabajaba.
Las cuatro se fueron en el coche de Ellen a la tienda
donde habían encargado el vestido de novia, hecho a medida. Entre
Ellen y Scarlett lo pagarían. Cuando Brooke se lo estaba probando,
Scarlett llegó.
-¿Llego tarde, chicas? -preguntó Scarlett, llegando
apurada.
-No te preocupes, Scarlett. Aun no salió del probador.
-dijo Taylor.
Scarlett era viuda del padre de Brooke. Éste murió
cuando Brooke tenía solo cuatro años, lo que hace que ni ella ni su
hermano mayor tengan casi recuerdos de él. Ella consiguió criarlos
a los dos sola. Scarlett tuvo siempre una buenísima relación con su
hija, por eso conocía a todas sus amigas y sus ex-novios. Además,
también se llevaba de maravilla con la familia de Paul, lo cual fue
un alivio para los novios.
-¿Cuánto tarda, no? -dijo Emma, impaciente.
-¿Tendrá problemas? -preguntó preocupada Scarlett.
-Ya viene... -dijo la dependienta, emocionada. Era una
chica joven que las había ayudado desde el primer día.
Entonces Brooke salió del probador con el vestido
puesto. Todas se quedaron mirando y ella sonrió. El vestido no era
exactamente blanco, pero casi. Era ceñido al cuerpo y hasta un poco
más arriba de las rodillas. Tenía encaje hasta la cintura y dejaba
la espalda al descubierto. Lo iba a acompañar con unos tacones
blancos.
-¿Qué? -preguntó Brooke.
-Déjame sacarte una foto. -dijo Scarlett, buscando el
móvil en su bolso.
-Mamá... -se quejó Brooke.
-Te queda perfecto, Brooke. -le dijo Emma. Brooke dio
una vuelta sobre si misma.
-Es precioso. -dijo la dependienta.- Además, siendo
rubia te queda genial. ¿Tienes pensado que hacer en el pelo?
-Pregúntele a ellas. -dijo Brooke, señalando a su
suegra y a su madre, ambas peluqueras.
-Ya lo tenemos pensado. -dijo Ellen.
-Cariño, te vamos a hacer un moño aquí abajo. -dijo
Scarlett cogiendo el pelo de su hija y enrollándolo justo sobre su
nuca.
-¿Que os parece? -preguntó Ellen.
-Que os voy a contratar cuando me case. -dijo Taylor.
Todas se rieron.
-Entonces, ¿todo bien? -preguntó la dependienta.
-Sí, ¿me lo puedo llevar hoy? -preguntó Brooke.
-Por supuesto. -dijo la dependienta.
-Espera, Brooke. Te voy a sacar una foto y se la mando a
Karen, que quiere ver el vestido. -dijo Ellen.
Brooke posó para la foto de su suegra y otra para su
madre y después se fue a cambiar. Cuando volvió a salir lo hizo con
la caja del vestido en las manos. Scarlett y Ellen pagaron el vestido
a medias, los trajes eran los regalos de boda de ambas familias.
-El vestido me lo llevo yo. -dijo Brooke.
-De eso nada, Brooke. -le dijo Emma.
-No puedes llevártelo. -añadió Taylor.
-¿Por qué? -preguntó Brooke.
-Porque me lo voy a llevar yo. -le dijo Scarlett.- Deja
por lo menos que me lleve yo el vestido, por favor. Ellen y Bob
tienen el traje de Paul, yo quiero llevar tu vestido. -le pidió con
ojos de corderito.
-Vale, mamá... -dijo Brooke, no muy convencida de lo
que iba a hacer.
Dejó la caja del vestido sobre las manos de su madre y
ésta se fue a trabajar. Ellen se ofreció a llevar a las chicas,
pero ellas se negaron, comerían juntas. Entonces, Ellen también se
fue a trabajar. Emma, Taylor y Brooke, se fueron a comer en compañía
de Ava y Emily. Comieron juntas, como en los viejos tiempos, solo
faltaba Micaella.
-Brooke, ¿nerviosa? -le preguntó Ava.
-Te casas en una semana amiga. -dijo Emily, emocionada.
-Sí... -dijo Brooke, mordiéndose el labio inferior.-
Sólo quedan seis días para que nos vayamos a Torquay. Acordaros que
tenéis que estar en el hotel a las ocho, que haremos el ensayo.
-Sí, no te preocupes. -le dijo Ava.
Después de comer, cada una siguió con su vida. Brooke
se fue a su casa, pero no pudo parar de pensar en su vestido y, mucho
menos, en su boda.

Quiero bodaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarMásss Noveeee!!!!!