Number seventeen: Erika Bland.

-Vamos a divertirnos un poco. -dijo Charlotte, emocionada porque saldría de fiesta después de mucho tiempo.

-Sin pasarse, Lotte. Que ya nos conocemos... -le advirtió Alexis, que caminaba bajo el brazo de Cory.

-Sí, tienes razón. No hay que pasarse. ¡Hay que sobrepasarse! -gritó Caroline, que también amaba las fiestas.

-Vamos, Lexi. No seas aguafiestas. -le pidió Bree.

-Bueno, está bien. Pero no os emborrachéis. -les pidió a sus amigas Alexis. Ellas se miraron y se rieron. De último, detrás de todos, iba Peter, con las manos en los bolsillos.- Vamos, Pete... Ya no pareces tan festero. -le dijo de broma. Él le sonrió de lado y siguió caminando solo. Hasta que Charlotte fue hasta él, enganchó sus brazos y tiró de él con alegría.

Entraron en un bar bastante pequeño, pero con mucha marcha y gente bailando y bebiendo. Charlotte, Caroline, Bree y Peter, desobedeciendo a la norma de no alcohol de Alexis, pidieron la primera ronda. El bar constaba de unas camareras marchosas. Bailaban, cantaban... Todo encima de la barra. Caroline sonrió, la escena le recordaba a su película favorita Coyote Ugly.

Estuvieron bailando por lo menos durante una hora y media. Todos bailaron con todos, menos Peter y Alexis. Él llevaba escapándose de ella toda la noche. En una de sus escapadas tropezó con una chica y le pisó el pie.

-¡Ay!

-Lo siento mucho, no te vi... -dijo él agobiado por haber lastimado a una chica.

-No te preocupes, no pasa nada. Trabajo aquí, estoy acostumbrada a que me pisen continuamente.

-Soy Pe... -se iba a presentar, pero una mujer subida a la barra los interrumpió.

-Y esta noche, como muchas otras. Tenemos con nosotros a Erika Bland, nuestra artista más valiosa. -dijo la mujer.- Nos va a cantar esta noche, espero que la disfrutéis. -dijo con una sonrisa, se bajó del escenario.

-Bueno, es mi turno Pe. -dijo la chica con la que había tropezado Peter, riéndose de solo saber la mitad del nombre de él. La mujer que la presentó bajó de la barra y ella subió. Cuando se cruzaron la mujer le dejó el micrófono a Erika.- ¡Buenas noches! -gritó con entusiasmo. Todo el público gritó saludándola, parecía que todos la conocían. Los chicos de OOM se quedaron mirándola.- Hoy os voy a cantar mi canción favorita, espero que os guste tanto como a mi.

La música empezó a sonar y Erika empezó a cantar la letra de Roar, de Katy Perry. Todos se quedaron mirando para ella, parecía que el bar giraba en torno a ella en cuanto pisaba la barra. Los chicos de OOM estaban impresionados con la voz de Erika. Era preciosa. Peter volvió con ellos se quedó mirándola, al lado de Alexis.

-¿Dónde te metiste? -le preguntó ella.

-Con ella. -dijo Peter, señalando a Erika.

-¿Qué? -preguntó Alexis, pero no recibió respuesta.

Cuando la canción terminó todo el público la alabó y la piropeó. La mujer que la había presentado se subió a la barra otra vez, pasó un brazo por los hombros de Erika y cogió el micrófono.

-¿Os gustó? -el público reaccionó positivamente.- Me alegro mucho, porque últimamente Erika estuvo un poco ausente en el bar, por un motivo laboral. Pero no le fue muy bien y volvió aquí, a sus inicios. -el público volvió a aplaudir.- Ella sigue buscando un representante para poder lanzar su carrera musical. Por favor, recomendarla. Pese a que si encuentra una buena oportunidad nos dejará, queremos lo mejor para ella. ¡Un aplauso para Erika Bland! -pidió antes de que ambas bajaran y la música para bailar volviera a sonar.

Los miembros de OOM se miraron y se sonrieron. Para ellos no hacía falta las palabras, con una mirada lo decían todo. Se encaminaron a la puerta por donde la artista se había ido y golpearon la puerta.

-Erika te quieren ver. -dijo su compañera, mientras ésta se desmaquillaba.

-¿Quién es?

-Un tal Pe, dice que es productor musical. -al escuchar esto, Erika dejó todo lo que estaba haciendo, echó a su compañera del “camerino” y abrió la puerta ilusionada.

-¿Te acuerdas de mi? -le preguntó Peter. Ella asintió con una sonrisa y el resto de OOM asomaron sus cabezas por detrás de Peter.

Erika los invitó a pasar y a ponerse cómodos en unos sillones que tenía allí. Peter fue el que habló, como representante de OOM. Le propuso a Erika un lugar en la pequeña banda, como cantante, igual que las chicas. Las presentó y también presentó a Cory. Le explicaron su situación y Erika los reconoció como Los chicos que salieron en las noticias hace un par de semanas. Le propusieron unirse a la banda con ellos e irse de gira. Ella estaba indecisa, por eso Caroline le dijo que estarían en el pueblo un par de días más, que las fuera a ver.

Después de la charla con Erika, OOM se fue a la motor-home. A la mañana siguiente, no se levantaron hasta casi el mediodía. Esperaron a Erika con ansias y nervios sentados delante de la puerta de la motor-home. Pero no apareció en todo el día. Al día siguiente, repitieron lo mismo desde más temprano.

-Parece que no va a venir... -se lamentó Charlotte.

-Es una pena. -se quejó Alexis.

-Sí, cantaba realmente bien. Con ella podíamos triunfar. -dijo Bree.

-Chicas, los chicos dicen que recojáis, esta tarde nos vamos... -dijo Caroline, asomada por la puerta de la casa rodante. Las chicas estaban recogiendo las sillas y la mesa de plástico que tenían delante de la puerta.

-Hola, ¿todavía hay sitio para mi? -preguntó una voz a sus espaldas. Ellas se giraron y al ver a Erika todas sonrieron. Entonces Bree se fijó en la cantidad de maletas que llevaba.

-Para ti sí, pero no se si para todo tu equipaje... -al decir esto, todas rieron.

-¡Chicos! -gritó Charlotte. Peter, Cory y Caroline salieron de la casa rodante y se quedaron mirando a Erika con una sonrisa.

-Bienvenida Erika. -le dijo Alexis.

-Eras la número cinco. -dijo sonriente Charlotte.

-Que bonitos ojos. -dijo Caroline, cuando ayudaba a Erika a meter sus cosas en su nueva casa. Bree se fijó en ellos. Eran color miel, un color que ninguna de las chicas tenía todavía.

-¡Tengo una idea! ¿Y si hago un collage con tus ojos igual que el que hizo con los nuestros? Sería perfecto. -dijo Bree, muy emocionada.