-Bree, ¿a dónde me llevas? -ese sábado, Bree había despertado a Alexis muy temprano para irse de excursión. Ni siquiera la había dejado desayunar. Se abrigaron bien ya que el frío ya había llegado y se dirigieron a la estación de tren.
-A Nueva York. -le dijo Bree. Alexis abrió los ojos como platos
sorprendida.
-¿Qué? -preguntó Alexis, parando de caminar. Bree la miró,
revoleó los ojos y tiró de su muñeca.- ¿Cómo que me llevas a
Nueva York?
-Lo que oyes. Vamos, no quiero perder el tren. -se quejó Bree.
Cuando llegaron a la estación compraron dos viajes ida y vuelta, y,
corriendo, entraron en el tren.
-Tengo hambre, no me dejaste desayunar. -se quejó Alexis, después
de media hora de viaje.
-Vamos a la cafetería, anda... -dijo Bree, riéndose.
Compraron un chocolate caliente, un paquete de galletas y Alexis, por
fin, pudo desayunar. Después de desayunar, todavía les quedaba dos
horas de viaje. Se volvieron a sentar y Bree sacó su MP3.
-Vengo preparada. -dijo riendo.
Las dos escucharon música hasta Nueva York. Cuando llegaron,
esquivaron miles de personas con maletas, mientras que ellas con sus
mochilas salieron a respirar el aire neoyorquino. Caminaron dando un
paseo, pero en ningún momento Bree le contó a Alexis el motivo de
su viaje a Nueva York.
-Es mi ciudad favorita. -dijo Bree.- Mi lugar favorito del mundo.
-añadió.
-¿Vienes muchas veces? -le preguntó Alexis. Ella asintió.
-Una vez al mes, por lo menos. -dijo Bree.
-¿Y qué haces cuando vienes?
-Lo mismo que vamos a hacer hoy. Vamos a ver un musical. -dijo con
una sonrisa la deportista.
-¿En serio? Amo los musicales.
-¿Cuál quieres ver?
-Grease. -contestó Alexis. Las dos se dirigieron hacia un teatro y
compraron dos tiques para la sesión de por la tarde. Después se
fueron a comer.- Me encanta tu plan, este e venir a NY y ver un
musical. Llámame más veces. -dijo sonriente. Pero Bree miraba a su
alrededor, buscando algo.- ¿Qué buscas? -preguntó Alexis.
-A mi futuro marido. -contestó Bree. Alexis se rió y ella la miró.
-Que visión de futuro. -dijo Alexis, riéndose.
-Cuando lo veas sabrás porque te lo digo. ¡Ahí está! -exclamó
señalando con la mirada a un hombre que entró en el restaurante y
se sentó solo en una mesa, cerca de la puerta. Alexis lo miró y
Bree esperó su reacción.
-Es guapo, pero no como para decidir que es tu futuro marido, Bree.
-dijo Alexis.
-Si a ti no te gusta, mucho mejor. Todo para mi. -dijo Bree,
mirándolo. Cuando su mirada se cruzó con la de él, se sonrieron.
-¿Le estás sonriendo? -preguntó Alexis, que tenía a aquel hombre
detrás de ella.
-Callate. -dijo entre dientes Bree. Alexis se volvió a reír.
-Pues yo siempre pensé que acabarías con Sam. -confesó Alexis.
Entonces, Bree se rió.
-¿Con Sam? ¿Estás loca? Es como mi molesto hermano mayor.
-Pues siempre estáis muy juntitos. Yo tengo un molesto hermano mayor
y lo odio. -dijo Alexis.
-Saca la idea de que yo esté con Sammuel de tu cabeza. -le amenazó
Bree.- En cambio imagina que estoy con él.
-¿Cómo se llama? -le preguntó Alexis.
-No tengo ni idea. -dijo Bree.
-Tiene cara de Jake, o Jason... -dijo pensativa Alexis.
-Tiene cara de Ian, o de Noel. -le discutió Bree.
-No, Bree... -dijo Alexis, volviendo a mirarlo.
-Sabré yo de que tiene cara... -dijo Bree. Al final las dos
terminaron riendo e imaginando como sería el futuro de Bree con
aquel hombre. Cuando iban caminando hacia el teatro, Alexis volvió a
sacar el tema.
-¿De dónde lo conoces? -le preguntó.
-Siempre que voy a comer a NY voy a ese restaurante y él va todos
los días a comer allí. -explicó Bree.
Entraron en el teatro y se sentaron en sus butacas. Bree tuvo la mala
suerte de que un señor alto se sentó delante de ella y tuvo que
girar la cabeza durante toda la función para ver el espectáculo.
Sabían todas las canciones y las cantaron todas. Todas y cada una de
las canciones. Afinando como la profesora de música les había
enseñado y viviendo el momento. Alexis había asistido a pocos
musicales en toda su vida y ese había sido el mejor. Bree
experimentó lo que era ir a ver un musical con alguien, siempre iba
sola.
Cuando terminó la función volvieron a la estación de tren y otro
tren las llevó de vuelta a casa. Durante el viaje conocieron a un
joven de veintiséis años, estaba estudiando Artes Dramáticas en NY
y viaja a casa a ver a su novia. Se llamaba Paul McClain y se había
hecho su amigo en menos de dos horas.
-¿Vamos a cenar juntas? -le propuso Bree a Alexis cuando llegaron a
casa.
-Vale. ¿Llamo a Caroline? -propuso ella. Bree asintió.
-Y yo a Charlotte.
Las cuatro cenaron juntas en BrigdeFood, su bar/restaurante favorito.

Me encanta :)
ResponderEliminarMásss Noveeee!!!!!!