domingo, 2 de marzo de 2014

Futuro: Lisa.


-Lisa, levántate. -le dijo su madre esa mañana, desde la puerta de su habitación. Ella se sentó en la cama y respiró profundamente. Escuchó como su padre tiraba de las sábanas de Kelly y le pedía que se levantara sin mucho éxito.

Fue a la ducha y se metió debajo del agua tibia. Escuchó a su hermana golpeando la puerta y gritando: Lisa yo también me quiero duchar. Cuando salió, envuelta en su toalla y secándose el pelo con otra más pequeña, se encontró con su hermana que entraba con cara de dormida. Lisa abrió su armario y pensó en lo que podría ponerse.

Cogió una blusa sin mangas con un estampado granate. Después entró en la habitación de su hermana, mientras ésta se duchaba, y le cogió una falda negra. Sus medias negras, una chaqueta negra también y sus zapatos granates. Su hermana ya había salido del baño, por eso aprovechó para ir y secarse el pelo.

-¿Esa falda es mía, Lis? -le preguntó Kelly cuando volvió a entrar en el baño.

-Sí, ¿me la dejas? -le preguntó Lisa.

-Claro que no. -dijo Kelly. Lisa se rió porque no se la iba a quitar.

Las dos compartieron espejo para maquillarse y arreglarse un poco. Ya no eran tan iguales, por el simple hecho de que Lisa se había teñido a morena y Kelly continuaba siendo rubia, pero por el resto -físicamente hablando- eran idénticas. Lisa se echo poco maquillaje y se fue a desayunar. Tomó un zumo y se lavó los dientes. Cuando estuvo lista, su hermana todavía estaba bajando a la cocina a desayunar.

-Me voy. -anunció cogiendo su bolso.- Papá, ¿me dejas el coche? -le preguntó acercándose a la mesa de la cocina. Su padre miró a Kelly y los dos se rieron.- ¿Por qué os reís? Aprobé el examen, puedo conducir.

-Tiene razón, Noel. -le dijo Tara.

-Ya se que puedes conducir, pero no te voy a dejar mi coche. -dijo Noel riendo.

-Por favor, papá... -le pidió haciendo ojitos. Noel la miró y empezaba a aflojar.

Papá! ¿Cómo le vas a dejar el coche? ¿Estás loco? -interrumpió Kelly.

-Kelly, tú no tienes carnet de conducir, no te metas. -le dijo su hermana.

-Está bien... -aceptó Noel. Lisa abrió la palma de su mano y Noel dejó las llaves de su coche allí. Cuando estaba apunto de salir de su casa Tara la interrumpió.

-Pero si te vas a llevar el coche tienes que llevar a tu hermana.

Lisa se paró delante de la puerta y se dio la vuelta para mirarlos lentamente.

-¿Qué? -dijeron las dos hermanas a la vez.

-¿Tú no tienes que ir a casa de Zack? -le preguntó Tara a Kelly, ésta asintió.- Pues que te lleve tu hermana, así yo puedo ir directa al café.

-Pero mamá... -se quejó Kelly.

-¿Prefieres ir caminando? -la interrumpió Tara. Kelly se resignó y cogió sus cosas. Las dos montaron en el coche y su padre las miró desde la puerta de su casa.

-¿Estás lista? -le preguntó Lisa, cuando las dos estuvieron sentadas, con el cinturón puesto y ella con las llaves en la mano.

No quiero morir!-le gritó a su padre por la ventanilla. Su padre las saludó con la mano y una sonrisa.- Con cuidado, Lis... -le pidió cuando ella estaba dando marcha atrás para salir de su casa.

-Cállate, Kelly. -le dijo Lisa, concentrada.

Lisa condujo hasta la puerta de la casa de Zack. Kelly se bajó y besó el suelo. Lisa se rió de lo dramática que podía llegar a ser su hermana. Después condujo hasta aparcar el coche delante de Cazadores de Duendes. Cuando entró ya había personas sentadas y desayunando y su madre con otra mujer, contratada un par de años atrás, servían comida y cafés. Saludó a Gabriella, la trabajadora de Cazadores de Duendes. Entró en la cocina y se puso el mandil por encima de la falda de su hermana, se recogió el pelo, cogió su bandeja y se puso a trabajar.

Lisa quería hacer en el verano que viene un viaje con sus amigas a Barcelona, pero para eso tenía que ahorrar. Por eso, había decidido trabajar en el café de su madre para ahorrar. Trabajaría durante todo el verano y todo el curso. Sus amigas: Taylor, Linda, Ashley y Lauren, se sentaron en una mesa y ella las fue a atender.

-Aun no me acostumbro a verte aquí, amiga. -le confesó Lauren, cuando llegó a la mesa con la libreta en la mano para apuntar lo que comerían.

-Es lo que hay si quiero ir a Barcelona... -dijo ella con una sonrisa.

-Tenemos presupuesto... -dijo Taylor, sacando unas hojas de su bolso. Lisa leyó por encima lo que ponía el papel y leyó el número final y casi se desmaya.

-¿Esto en total, no? -entonces vio como sus amigas se miraban las unas a las otras.- ¿Cada una? -preguntó exasperada.

-Sí... -le dijo Ashley.

-Voy a tener que trabajar día y noche... -dijo Lisa.

-Espera, hago las cuentas. Tú vete sirviendo que yo te digo cuanto vas a tener que trabajar... -le dijo Linda. Lisa tomó nota de lo que iban a tomar y siguió trabajando. Mientras, Linda, hacía cuentas teniendo en cuenta lo que cobraba, más algo de propina, y lo que costaba el viaje. Cuando Lisa volvió con los pedidos y los sirvió esperó el veredicto de Linda.- Tendrás que trabajar trece meses a media jornada. -le dijo Linda.

-Pero Linda, solo quedan once meses para el viaje y no lo podemos retrasar más. -le dijo Lisa. Después bufó y miró a otro lado.- Y seguro que no contaste el dinero para mi vestido de graduación... -dijo señalando la hoja donde Linda estaba haciendo las cuentas.

-Déjame un par de minutos más y te digo otra solución. -pidió Linda. Lisa siguió con su trabajo y se pasó por la cocina. Preparó unas cupcakes y las metió en el horno. Vio el vaso e plástico con el que las había cortado y le entró la tentación.

-I got my ticket for the long way ‘round. Two bottle ‘a whiskey for the way. And I sure would like some sweet company. And I’m leaving tomorrow, wha-do-ya say? When I’m gone. When I’m gone. You’re gonna miss me when I’m gone. You’re gonna miss me by my hair. You’re gonna miss me everywhere, oh. You’re gonna miss me when I’m gone.

Tara entró en la cocina y la sorprendió.

-¿Qué haces, Lisa? -le preguntó riendo.

-Relajarme... -dijo jugando con el vaso.- Es que no me dan las cuentas para irme a Barcelona...

-Bueno, ya verás como encontramos otra solución... -le dijo su madre, dándole un beso en la cabeza.

-Sí. Linda, que es medio matemática ya, está haciendo las cuentas para buscar otra solución. -su amiga desde la infancia era un as en las matemáticas y siempre las ayudaba. Lisa salió con más pedidos y cuando terminó de repartir, se acercó a sus amigas otra vez.- ¿Qué?

-Puedes trabajar durante el verano a jornada completa y durante el curso a media jornada y así sí podrás ir. Además te sobrará dinero para la graduación. -le informó Linda.

-¿De verdad? -preguntó sorprendida Lisa.

-Sí. -le dijo con una sonrisa Taylor.

-¿Sí?

Que sí, Lisa! -le dijo Lauren. Lisa de la emoción se tiró encima de ellas y las abrazó. Podría ir a Barcelona el siguiente verano si...


Papá! ¡Papá! -le gritó Lisa, subida en su pecho. Noel abrió los ojos aturdido.- Hoy hay partido de Molly y quiero ir a verlo.

-¿A dónde? -preguntó frotándose los ojos.

-A Duendes Verdes, papá. ¿A dónde va a ser? -dijo Lisa.

-¿No quieres ir a Barcelona? -le preguntó. La niña le puso una cara rara y se rió. Saltó de la cama de sus padres y salió corriendo hacia cualquier lado.- ¡Bueno, yo voy a ahorrando para el viaje! -le gritó Noel.


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