-Lisa, levántate. -le dijo su madre esa mañana, desde la puerta de su habitación. Ella se sentó en la cama y respiró profundamente. Escuchó como su padre tiraba de las sábanas de Kelly y le pedía que se levantara sin mucho éxito.
Fue
a la ducha y se metió debajo del agua tibia. Escuchó a su hermana
golpeando la puerta y gritando: Lisa yo también me quiero duchar.
Cuando salió, envuelta en su toalla y secándose el pelo con otra
más pequeña, se encontró con su hermana que entraba con cara de
dormida. Lisa abrió su armario y pensó en lo que podría ponerse.
Cogió
una blusa sin mangas con un estampado granate. Después entró en la
habitación de su hermana, mientras ésta se duchaba, y le cogió una
falda negra. Sus medias negras, una chaqueta negra también y sus
zapatos granates. Su hermana ya había salido del baño, por eso
aprovechó para ir y secarse el pelo.
-¿Esa
falda es mía, Lis? -le preguntó Kelly cuando volvió a entrar en el
baño.
-Sí,
¿me la dejas? -le preguntó Lisa.
-Claro
que no. -dijo Kelly. Lisa se rió porque no se la iba a quitar.
Las
dos compartieron espejo para maquillarse y arreglarse un poco. Ya no
eran tan iguales, por el simple hecho de que Lisa se había teñido a
morena y Kelly continuaba siendo rubia, pero por el resto
-físicamente hablando- eran idénticas. Lisa se echo poco maquillaje
y se fue a desayunar. Tomó un zumo y se lavó los dientes. Cuando
estuvo lista, su hermana todavía estaba bajando a la cocina a
desayunar.
-Me
voy. -anunció cogiendo su bolso.- Papá, ¿me dejas el coche? -le
preguntó acercándose a la mesa de la cocina. Su padre miró a Kelly
y los dos se rieron.- ¿Por qué os reís? Aprobé el examen, puedo
conducir.
-Tiene
razón, Noel. -le dijo Tara.
-Ya
se que puedes conducir, pero no te voy a dejar mi coche. -dijo Noel
riendo.
-Por
favor, papá... -le pidió haciendo ojitos. Noel la miró y empezaba
a aflojar.
-¡Papá!
¿Cómo le vas a dejar el coche? ¿Estás loco? -interrumpió Kelly.
-Kelly,
tú no tienes carnet de conducir, no te metas. -le dijo su hermana.
-Está
bien... -aceptó Noel. Lisa abrió la palma de su mano y Noel dejó
las llaves de su coche allí. Cuando estaba apunto de salir de su
casa Tara la interrumpió.
-Pero
si te vas a llevar el coche tienes que llevar a tu hermana.
Lisa
se paró delante de la puerta y se dio la vuelta para mirarlos
lentamente.
-¿Qué?
-dijeron las dos hermanas a la vez.
-¿Tú
no tienes que ir a casa de Zack? -le preguntó Tara a Kelly, ésta
asintió.- Pues que te lleve tu hermana, así yo puedo ir directa al
café.
-Pero
mamá... -se quejó Kelly.
-¿Prefieres
ir caminando? -la interrumpió Tara. Kelly se resignó y cogió sus
cosas. Las dos montaron en el coche y su padre las miró desde la
puerta de su casa.
-¿Estás
lista? -le preguntó Lisa, cuando las dos estuvieron sentadas, con el
cinturón puesto y ella con las llaves en la mano.
-¡No
quiero morir!-le gritó a su padre por la ventanilla. Su padre las
saludó con la mano y una sonrisa.- Con cuidado, Lis... -le pidió
cuando ella estaba dando marcha atrás para salir de su casa.
-Cállate,
Kelly. -le dijo Lisa, concentrada.
Lisa
condujo hasta la puerta de la casa de Zack. Kelly se bajó y besó el
suelo. Lisa se rió de lo dramática que podía llegar a ser su
hermana. Después condujo hasta aparcar el coche delante de Cazadores
de Duendes. Cuando entró ya había personas sentadas y desayunando y
su madre con otra mujer, contratada un par de años atrás, servían
comida y cafés. Saludó a Gabriella, la trabajadora de Cazadores de
Duendes. Entró en la cocina y se puso el mandil por encima de la
falda de su hermana, se recogió el pelo, cogió su bandeja y se puso
a trabajar.
Lisa
quería hacer en el verano que viene un viaje con sus amigas a
Barcelona, pero para eso tenía que ahorrar. Por eso, había decidido
trabajar en el café de su madre para ahorrar. Trabajaría durante
todo el verano y todo el curso. Sus amigas: Taylor, Linda, Ashley y
Lauren, se sentaron en una mesa y ella las fue a atender.
-Aun
no me acostumbro a verte aquí, amiga. -le confesó Lauren, cuando
llegó a la mesa con la libreta en la mano para apuntar lo que
comerían.
-Es
lo que hay si quiero ir a Barcelona... -dijo ella con una sonrisa.
-Tenemos
presupuesto... -dijo Taylor, sacando unas hojas de su bolso. Lisa
leyó por encima lo que ponía el papel y leyó el número final y
casi se desmaya.
-¿Esto
en total, no? -entonces vio como sus amigas se miraban las unas a las
otras.- ¿Cada una? -preguntó exasperada.
-Sí...
-le dijo Ashley.
-Voy
a tener que trabajar día y noche... -dijo Lisa.
-Espera,
hago las cuentas. Tú vete sirviendo que yo te digo cuanto vas a
tener que trabajar... -le dijo Linda. Lisa tomó nota de lo que iban
a tomar y siguió trabajando. Mientras, Linda, hacía cuentas
teniendo en cuenta lo que cobraba, más algo de propina, y lo que
costaba el viaje. Cuando Lisa volvió con los pedidos y los sirvió
esperó el veredicto de Linda.- Tendrás que trabajar trece meses a
media jornada. -le dijo Linda.
-Pero
Linda, solo quedan once meses para el viaje y no lo podemos retrasar
más. -le dijo Lisa. Después bufó y miró a otro lado.- Y seguro
que no contaste el dinero para mi vestido de graduación... -dijo
señalando la hoja donde Linda estaba haciendo las cuentas.
-Déjame
un par de minutos más y te digo otra solución. -pidió Linda. Lisa
siguió con su trabajo y se pasó por la cocina. Preparó unas
cupcakes y las metió en el horno. Vio el vaso e plástico con el que
las había cortado y le entró la tentación.
-I
got my ticket for the long way ‘round. Two bottle ‘a whiskey for
the way. And I sure would like some sweet company. And I’m leaving
tomorrow, wha-do-ya say? When I’m gone. When I’m gone. You’re
gonna miss me when I’m gone. You’re gonna miss me by my hair.
You’re gonna miss me everywhere, oh. You’re gonna miss me when
I’m gone.
Tara
entró en la cocina y la sorprendió.
-¿Qué
haces, Lisa? -le preguntó riendo.
-Relajarme...
-dijo jugando con el vaso.- Es que no me dan las cuentas para irme a
Barcelona...
-Bueno,
ya verás como encontramos otra solución... -le dijo su madre,
dándole un beso en la cabeza.
-Sí.
Linda, que es medio matemática ya, está haciendo las cuentas para
buscar otra solución. -su amiga desde la infancia era un as en las
matemáticas y siempre las ayudaba. Lisa salió con más pedidos y
cuando terminó de repartir, se acercó a sus amigas otra vez.- ¿Qué?
-Puedes
trabajar durante el verano a jornada completa y durante el curso a
media jornada y así sí podrás ir. Además te sobrará dinero para
la graduación. -le informó Linda.
-¿De
verdad? -preguntó sorprendida Lisa.
-Sí.
-le dijo con una sonrisa Taylor.
-¿Sí?
-¡Que
sí, Lisa! -le dijo Lauren. Lisa de la emoción se tiró encima de
ellas y las abrazó. Podría ir a Barcelona el siguiente verano si...
-¡Papá!
¡Papá! -le gritó Lisa, subida en su pecho. Noel abrió los ojos
aturdido.- Hoy hay partido de Molly y quiero ir a verlo.
-¿A
dónde? -preguntó frotándose los ojos.
-A
Duendes Verdes, papá. ¿A dónde va a ser? -dijo Lisa.
-¿No
quieres ir a Barcelona? -le preguntó. La niña le puso una cara rara
y se rió. Saltó de la cama de sus padres y salió corriendo hacia
cualquier lado.- ¡Bueno, yo voy a ahorrando para el viaje! -le gritó
Noel.

Másssss Noveeee!!!!
ResponderEliminar