Vestido blanco con detalles en azul y una banda en la cintura azul marino. Zapatos azules marinos planos. El pelo recogido en un moño en la nuca, un poco de maquillaje y lista. Ni pulseras, ni pendientes, ni collares... Bajó a desayunar y lo hizo con su padre y su hermana.
-¿Vais
al partido de hoy? -preguntó Noel, leyendo el periódico.
-Claro,
papá. Es la final. -le dijo Lisa, riendo.
Esa
tarde se jugaría la final del campeonato nacional juvenil masculino
y Duendes Verdes era el equipo local. Los chicos de la edad de las
gemelas se jugarían hoy el puesto de la victoria.
-Yo
voy a cerrar Cazadores de Duendes antes y llegaré justo para el
principio del partido. -informó Lisa.
-Yo
voy a ir temprano para ayudar a colocar y preparar todo. -dijo Kelly.
Su padre le sonrió.- Pero ahora me tengo que ir. Quedé. -dijo
mirando el reloj de la pared de la cocina. Cogió sus cosas y se fue
caminando. Después de seis minutos caminando llegó a la pista de
las vías del tren. Allí estaba la persona que estaba buscando.-
¿Qué haces?
-No
me puedo permitir fallar hoy. -le dijo él, tirando desde la línea de
tres puntos. La encestó y la pelota cayó sobre las manos de Kelly
que se la pasó otra vez.
-No
todo el peso del equipo cae sobre tus hombros, Zack. -le dijo
mientras él tiraba otro triple.
Zack
Flynn era el alero del equipo de Duendes Verdes que hoy jugaría la
final. Era un diamante en bruto. Los triples eran su punto fuerte y
la defensa su talón de Aquiles. Gracias a Kelly, la mejor alero de
su equipo, había mejorado mucho su defensa.
-Soy
el capitán, si no gano no me lo perdonaré jamás... -dijo tirando
otra vez más. Kelly cogió el balón y lo guardó bajo su brazo.-
Devuelve el balón. -le pidió él.
-Primero
tenemos que hablar. -le dijo ella.
-Vamos,
Kelly. ¿Tiene que ser ahora? Por la tarde juego el partido más
importante de mi vida. -le dijo Zack, acercándose y tratando de
quitarle el balón.
-Por
eso. -dijo botando el balón lejos de él.- Tienes que jugar el
partido más importante de tu via hoy por la tarde y no puedes
lesionarte. Imagínate que te tuerces el tobillo ahora y no puedes
jugar por la tarde. No te lo perdonarías en la vida.
-Kelly
no me voy a lesionar. -Kelly se paró delante de la línea de tres
puntos y él se puso para defenderla. Ella hizo un cambio rápido, un
amago de cambio de sentido y lo dejó atrás entrando fácilmente a
canasta.
-Además,
hasta en vestido soy mejor que tú. -le dijo devolviendo el balón.
Se acercó a él y lo agarró del cuello de su camiseta.- Como no
puedas jugar esta tarde no te volveré a hablar en mi vida. -después
lo soltó y salió despacio de la pista.
-¿Te
veré allí? -le gritó Zack, pero no recibió respuesta.
Una
hora y media antes de la gran final, Kelly llegaba al pabellón.
Saludó a sus conocidos y entró en la sala donde guardaban todo.
Preparó la mesa para los árbitros, la mesa del comentarista, saludó
a las animadoras que llegaban en ese momento...
Cuando
todo estuvo listo, Kelly se fue a las gradas. Los dos equipos ya
estaban calentando, el comentarista hablando de cosas que a nadie le
importaba, el público se colocaba en su sitio, las animadoras
animaban...
-¿Cómo
está todo? -le preguntó su hermana, sentándose a su lado, entre
todo el equipo femenino.
-Está
perfecto, ahora solo nos queda esperar ganar... -musitó Kelly.
El
partido empezó. Palos Nuevos, continuaba siendo el enemigo número
uno de Duendes Verdes y esa noche se medirían los dos equipos. El
primer balón fue para Palos Nuevos y el público empezó a gritar.
Había caras conocidas entre el público, por ejemplo, Noel y Tara.
Los Cazadores de Duendes iban un punto arriba, uno abajo, uno arriba,
uno abajo y así sucesivamente. Era un partido de lo más apretado.
Zack no estaba acertado, pero, por lo menos, estaba defendiendo bien,
como Kelly le había enseñado.
El
entrenador, durante el descanso los llevó al vestuario y les dedicó
unas palabras emotivas. El marcador no les favorecía, por un punto.
Tenían que ganar, necesitaban hacerlo. Por Robert, jugador de ese
equipo que había muerto unos mese atrás en un desafortunado
accidente. Robert, era amigo de todos y todos lo querían hacer por
él. Querían ganar como él lo hubiera soñado o deseado. El que
más, Zack, su mejor amigo. Cuando volvieron a salir, las chicas del
equipo femenino se habían acercado a la pista para desearles más
suerte y fuerza.
-Escúchame
bien, como no ganes este partido no pasa nada... -le dijo Kelly a
Zack.
-Sí
que pasa. ¿Sabes por qué? -Kelly sabía la respuesta, por eso solo
bajó la mirada.- Por Robert. Él era nuestro líder, era quién nos
guiaba. Y si ahora no está todos nosotros tenemos que sangrar si es
necesario para conseguir lo segundo que él más quería. -lo primero
era su novia, Angie.
-Está
bien. Pues entonces, mete de una vez un triple. Lo llevas haciendo
toda tu vida, que hoy no sea diferente. -le dijo Kelly. Le palmeó la
cara y él volvió con su equipo. Ella se sentó en su sitio y deseó
con todas sus fuerzas que ganaran ese partido.
Los
chicos salieron a por todas en el segundo tiempo. Pero no era
necesario. Palos Nuevos tenían un muy buen equipo, pero se notaba
que había tensión entre los jugadores. Palos Nuevos tenían un
equipo muy superior a Duendes Verdes, pero algo que ellos no tenían
era la amistad que los chicos disfrutaban.
En
el último cuarto, salieron ganando de tres puntos, pero esa
diferencia pronto desapareció. A falta de veinticuatro segundos, los
chicos perdían de un punto. El entrenador pidió tiempo muerto y
todos ellos se acercaron corriendo a él.
-Solo
hay una posesión, una solo. -dijo él bien claro.- Vamos a jugar
para meter canasta, solo eso. Ganar. -explicó la jugada dibujando en
una pizarra. Los chicos asintieron y antes de volver a la pista
gritaron el nombre del club.
Cinco
o seis pases, el base del equipo entró a canasta. Un jugador de los
contrarios se pone delante y tiene que pasarla. Dos pases más, tres
segundos, y el balón en las manos de Zack. Todo el pabellón se
quedó sin respiración cuando vio a Zack lanzar a canasta desde la
línea de tres puntos. Todo el pabellón, menos su equipo, que
confiaba ciegamente en él. Y la confianza fue lo que hizo que Zack
metiera el balón en la cesta. Todos saltaron de sus asientos. Todos
celebraban la victoria. Todos.
En
el medio de la pista, Kelly se acerca a Zack. Lo coge del cuello de
la sudada camiseta, y sin más lo besa. Pero la imagen empieza a
cambiar. Y entonces la clara imagen de Noel aparece en vez de Zack y
Mery en vez de Kelly.
-¡No!
-gritó Tara sobresaltada, sentándose en la cama.
-¿Qué
pasó? ¿Pesadillas? -le preguntó Noel, riéndose mientras se vestía
para trabajar.
-La
peor... -confesó ella apartándose el pelo de la cara.
Tara
tenía grabada la imagen de su marido besándose con Mery en la final
nacional de hace quince años. Ella misma les sacó la foto, a duras
penas. Recordaba la sonrisa de Noel y la de Mery. La felicidad que se
respiraba en el campo... Aquel bonito sueño que estaba teniendo
sobre su hija se convirtió en su peor pesadilla.

Másss Noveeeee!!!!!
ResponderEliminarmaaaaas!!!!
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