-Estoy
nervioso, no lo puedo evitar. -dijo él. El partido de los chicos
todavía no había empezado y Eric estaba esperando a que William le
terminara de vendar la rodilla, sentado en el banquillo. El otro
Eric, pareja de Kayla, se acercó al banquillo.
-¿Te
traigo algo? -le preguntó a Kayla. Ésta negó y Cassandra
apareció.- Suerte, Cassie. -le dijo antes de abrazarla.
-Gracias,
Eric. -le dijo Cassandra, antes de seguir con sus obligaciones.
-Suerte
a ti también. -le deseó a su mujer. Se dieron un beso y él volvió
a las gradas.
-Así
que su marido se llama como yo, entrenadora... -le dijo Eric Rose.
William, se rió y Kayla lo miró mal.
-Sí,
Rose.
-Quizás
podríamos hacer un cambio, yo por él. No se notará tanto... -dijo
con una sonrisa Eric.
-¡Listo!
-exclamó William, aguantando la risa.
-Ve
a calentar y deja de decir tonterías, por favor. -le pidió Kayla.
Su jugador le sonrió y fue con el resto del equipo.
-Suerte.
-le dijo William, abrazándola.
-Enhorabuena
a ti, que sois campeones nacionales, otra vez. -le dijo Kayla.
-Sí,
pero sería mucho mejor si todo volviera a ser como hace quince años
y vosotros también ganéis. -le dijo William.- Bueno, me voy a las
gradas. Mucha suerte, Kayla.
Antes
de irse a las gradas, Will, le deseó suerte a Cassandra también y
la abrazó. Cassandra y Kayla explicaron las primeras jugadas y les
pidieron a sus chicos un buen partido, no la victoria, un buen
partido. Pero para los chicos todo parecía mucho más fácil. Iban
ganando de cinco puntos. Estaban jugando realmente bien y se notaba
que era un equipo superior. El entrenador que el día de la reunión
había dudado de las posibilidades del equipo estaba allí. Cassandra
se giró hacia las gradas y cuando encontró su cara le sonrió y
después se rió. En el descanso, Cassandra y Kayla dejaron a sus
chicos descansar mientras ellas explicaban algún tipo de estrategia
para alejarse más en el resultado.
Los
chicos tuvieron suerte y el otro equipo no se acercó más en el
tercer cuarto, pero tampoco se alejaron. En el cuarto tiempo, todos
estaban bastante cansados, los contrarios estaban dando pelea. El
último cuarto fue el más difícil. Los chicos de Duendes Verdes
estaban agotados y los contrarios se habían puesto un punto por
delante.
-¿Qué
les pasa? -le preguntó Molly a Daphne, desde las gradas.
-Están
cansados y no pueden más. -contestó ella.
-¡Tira!
-le gritó Christine a Wesley.- No pueden estar perdiendo... -les
dijo a sus compañeras.
-Remontarán,
ya veréis. -les dijo Daphne.
Y
la previsión de Daphne se cumplió, para la suerte de todos. Los
chicos con un último esfuerzo se pusieron por delante en el marcador
y el partido terminó. Todos ellos se abrazaron y abrazaron a sus
entrenadoras. Todos los miembros de Duendes Verdes se pusieron de
pie, para aplaudir con todas sus ganas.
Después
del partido, había una pequeña fiesta en Cazadores de Duendes.
Allí, todo el mundo festejaba, tomaba algo y bailaba. Noel y Tara
habían prestado su bar para la celebración, ya que Noel se seguía
sintiendo parte del club. Ryan y Kayla estaban hablando con Goldman,
sentados en una mesa.
-Por
fin, dejé todo como quería dejarlo. -dijo Harry sonriendo.- Las
chicas en primera divisón, tu equipo en primera división, -señaló
a Kayla y ésta le sonrió- las chicas campeonas nacionales... ¿Qué
mejor despedida que esta?
-¿Cómo
te sientes ahora? -le preguntó Ryan.
-Por
una vez en mucho tiempo, seguro de mi mismo. Seguro de que éste club
va a ir para arriba de ahora en adelante.
-¿Tienes
ya un buen sustituto o sustituta? -le volvió a preguntar Ryan.
-Tengo
nombres en mente, pero no es nada fácil escoger. -dijo él.- Pero
bueno, todavía tengo un mes para pensarlo.
-¿Seguiremos
entrenando después de esto o damos por terminado la temporada?
-preguntó Kayla.
-Si
queréis, podéis seguir entrenando un mes. -les dijo Goldman.
-Kayla,
es mejor que nos vayamos... -le dijo Eric. Tenía a Lucas en los
brazos dormido. Kayla empezó a recoger sus cosas.
-Parece
mentira que ya seas padre. -le dijo Goldman a Eric, que tenían una
relación muy cercana.
-A
veces yo tampoco me lo creo... -dijo Eric riendo. Todos se rieron y
cuando Kayla estuvo lista se despidió de todos y se fueron.
Cuando
llegaron a casa, Lucas se despertó y se desveló. Todo lo contrario
que sus padres, que estaban muy cansados. Acostaron a Lucas en la
cuna y se sentaron en una silla que estaba en la habitación del
pequeño.
-¿Cómo
te sientes? -le preguntó Eric a Kayla.
-Un
poco cansada. Y mañana tengo que ir a la discográfica a grabar...
-bufó ella.
-Vete
a dormir, entonces. Yo me quedo con él. -le dijo Eric.
-No,
no te preocupes. -dijo ella negando.
-Claro
que me preocupo. Yo mañana no trabajo y tú sí. Vamos, ve a la
cama.
-Que
no, quiero quedarme. -insistió ella. Se levantó y le hizo
cosquillas a Lucas.
-Cabezota...
-le dijo Eric.
-Le
dijo la sartén al cazo. -recitó Kayla. Cogiendo a su hijo y
haciéndole unos mimos.
-Voy
a hacerle un biberón, a ver si se duerme... -dijo Eric, saliendo de
la habitación e yendo a la cocina. Kayla se quedó con Lucas,
sentada en la silla, hasta que se quedó dormida. Cuando Eric volvió,
se rió. Dejó a Lucas en su cuna, ya dormido. Y ayudó a Kayla a no
darse un cabezazo contra alguna pared hasta su cuarto. Ser chicos de
primera división agotaba a cualquiera...

Que lindos, me encanta :)
ResponderEliminarMásss Noveeee!!!!!