jueves, 13 de marzo de 2014

Chicos “de primera”.


-No te muerdas las uñas. -le dijo Kayla a Eric Rose que estaba sentado a su lado.

-Estoy nervioso, no lo puedo evitar. -dijo él. El partido de los chicos todavía no había empezado y Eric estaba esperando a que William le terminara de vendar la rodilla, sentado en el banquillo. El otro Eric, pareja de Kayla, se acercó al banquillo.

-¿Te traigo algo? -le preguntó a Kayla. Ésta negó y Cassandra apareció.- Suerte, Cassie. -le dijo antes de abrazarla.

-Gracias, Eric. -le dijo Cassandra, antes de seguir con sus obligaciones.

-Suerte a ti también. -le deseó a su mujer. Se dieron un beso y él volvió a las gradas.

-Así que su marido se llama como yo, entrenadora... -le dijo Eric Rose. William, se rió y Kayla lo miró mal.

-Sí, Rose.

-Quizás podríamos hacer un cambio, yo por él. No se notará tanto... -dijo con una sonrisa Eric.

Listo! -exclamó William, aguantando la risa.

-Ve a calentar y deja de decir tonterías, por favor. -le pidió Kayla. Su jugador le sonrió y fue con el resto del equipo.

-Suerte. -le dijo William, abrazándola.

-Enhorabuena a ti, que sois campeones nacionales, otra vez. -le dijo Kayla.

-Sí, pero sería mucho mejor si todo volviera a ser como hace quince años y vosotros también ganéis. -le dijo William.- Bueno, me voy a las gradas. Mucha suerte, Kayla.

Antes de irse a las gradas, Will, le deseó suerte a Cassandra también y la abrazó. Cassandra y Kayla explicaron las primeras jugadas y les pidieron a sus chicos un buen partido, no la victoria, un buen partido. Pero para los chicos todo parecía mucho más fácil. Iban ganando de cinco puntos. Estaban jugando realmente bien y se notaba que era un equipo superior. El entrenador que el día de la reunión había dudado de las posibilidades del equipo estaba allí. Cassandra se giró hacia las gradas y cuando encontró su cara le sonrió y después se rió. En el descanso, Cassandra y Kayla dejaron a sus chicos descansar mientras ellas explicaban algún tipo de estrategia para alejarse más en el resultado.

Los chicos tuvieron suerte y el otro equipo no se acercó más en el tercer cuarto, pero tampoco se alejaron. En el cuarto tiempo, todos estaban bastante cansados, los contrarios estaban dando pelea. El último cuarto fue el más difícil. Los chicos de Duendes Verdes estaban agotados y los contrarios se habían puesto un punto por delante.

-¿Qué les pasa? -le preguntó Molly a Daphne, desde las gradas.

-Están cansados y no pueden más. -contestó ella.

Tira! -le gritó Christine a Wesley.- No pueden estar perdiendo... -les dijo a sus compañeras.

-Remontarán, ya veréis. -les dijo Daphne.

Y la previsión de Daphne se cumplió, para la suerte de todos. Los chicos con un último esfuerzo se pusieron por delante en el marcador y el partido terminó. Todos ellos se abrazaron y abrazaron a sus entrenadoras. Todos los miembros de Duendes Verdes se pusieron de pie, para aplaudir con todas sus ganas.

Después del partido, había una pequeña fiesta en Cazadores de Duendes. Allí, todo el mundo festejaba, tomaba algo y bailaba. Noel y Tara habían prestado su bar para la celebración, ya que Noel se seguía sintiendo parte del club. Ryan y Kayla estaban hablando con Goldman, sentados en una mesa.

-Por fin, dejé todo como quería dejarlo. -dijo Harry sonriendo.- Las chicas en primera divisón, tu equipo en primera división, -señaló a Kayla y ésta le sonrió- las chicas campeonas nacionales... ¿Qué mejor despedida que esta?

-¿Cómo te sientes ahora? -le preguntó Ryan.

-Por una vez en mucho tiempo, seguro de mi mismo. Seguro de que éste club va a ir para arriba de ahora en adelante.

-¿Tienes ya un buen sustituto o sustituta? -le volvió a preguntar Ryan.

-Tengo nombres en mente, pero no es nada fácil escoger. -dijo él.- Pero bueno, todavía tengo un mes para pensarlo.

-¿Seguiremos entrenando después de esto o damos por terminado la temporada? -preguntó Kayla.

-Si queréis, podéis seguir entrenando un mes. -les dijo Goldman.

-Kayla, es mejor que nos vayamos... -le dijo Eric. Tenía a Lucas en los brazos dormido. Kayla empezó a recoger sus cosas.

-Parece mentira que ya seas padre. -le dijo Goldman a Eric, que tenían una relación muy cercana.

-A veces yo tampoco me lo creo... -dijo Eric riendo. Todos se rieron y cuando Kayla estuvo lista se despidió de todos y se fueron.

Cuando llegaron a casa, Lucas se despertó y se desveló. Todo lo contrario que sus padres, que estaban muy cansados. Acostaron a Lucas en la cuna y se sentaron en una silla que estaba en la habitación del pequeño.

-¿Cómo te sientes? -le preguntó Eric a Kayla.

-Un poco cansada. Y mañana tengo que ir a la discográfica a grabar... -bufó ella.

-Vete a dormir, entonces. Yo me quedo con él. -le dijo Eric.

-No, no te preocupes. -dijo ella negando.

-Claro que me preocupo. Yo mañana no trabajo y tú sí. Vamos, ve a la cama.

-Que no, quiero quedarme. -insistió ella. Se levantó y le hizo cosquillas a Lucas.

-Cabezota... -le dijo Eric.

-Le dijo la sartén al cazo. -recitó Kayla. Cogiendo a su hijo y haciéndole unos mimos.

-Voy a hacerle un biberón, a ver si se duerme... -dijo Eric, saliendo de la habitación e yendo a la cocina. Kayla se quedó con Lucas, sentada en la silla, hasta que se quedó dormida. Cuando Eric volvió, se rió. Dejó a Lucas en su cuna, ya dormido. Y ayudó a Kayla a no darse un cabezazo contra alguna pared hasta su cuarto. Ser chicos de primera división agotaba a cualquiera...

1 comentario: