-Brianna, ¿me peinas? -le pidió Molly en el vestuario. Ella se sentó detrás de Molly y la peinó mientras William le vendaba el tobillo a Daphne.
-¿Cómo
estáis, chicas? -preguntó William.
-Estoy
tan nerviosa que no hice pis en todo el día. -dijo el dorsal diez,
Anna.
-¿Y
eso que tiene que ver? -le preguntó Brianna.
-Que
el cerebro expulsa una hormona que no me deja hacer pis cuando
estoy en una situación de tensión o de peligro. Se llama la hormona del peligro, o algo así. -explicó ella.
-Está
bien saberlo... -dijo riendo William.- Esto ya está. -le dijo a
Daphne.
-Gracias.
-dijo ella. Brianna lo miró y le hizo una seña.
-Bueno,
en diez minutos fuera. -les dijo William que salió acompañado por
Brianna.
-¿Sabéis
lo que he leído del equipo de Duendes Verdes que ganó el campeonato
nacional? -preguntó Christine.- Las chicas escuchaban una canción
antes de salir al campo y bailaban y cantaban en el vestuario. Eso
era como su amuleto de la suerte.
-¿Lo
hacemos? -propuso Molly. Todas asintieron pero ninguna tomó la
iniciativa de poner la música, hasta que Molly recordó una canción
que le encantaba.- ¿Os parece bien si escojo yo la canción?
-Claro.
-dijeron todas. Molly cogió su móvil y puso Move, de Little
Mix.
La
primera en dar los primeros pasos de baile fue Daphne, que no se
podía quedar quieta mientras escuchaban música.
-¡Hey!
Get your back off the wall. Don’t you get comfortable. Looking so
hot I think that I might fall. Feeling like it’s my birthday. Like
Christmas day came early. Just what I want. So when we move. You
move. -cantaron todas juntas en el estribillo.
Acabaron
bailando encima de los bancos y cantando a grito pelado. Cuando
Brianna pasó por delante del vestuario con las botellas de agua en
los brazos se paró a escuchar. Sonrió y siguió su recorrido. Una
de las animadoras las fue a avisar de que debían empezar a salir,
que ya las iban a presentar. Todas chocaron sus manos y se colocaron
por orden. Como siempre, salieron corriendo al ritmo que el
comentarista las nombraban. Después se pusieron a calentar. Brianna
se sentó al lado de William, que miraba a sus chicas calentar.
-¿Sabes
que antes estaban cantando, en el vestuario? -le dijo Brianna.
-¿Sí?
¿Cómo hacíais vosotras? -le dijo con una sonrisa. Ella asintió y
él le acarició la rodilla.
-Después
no queréis que las niñas sepan que estáis juntos. -se quejó Harry
Goldman, apareciendo en escena.
-Entrenador...
-dijo William riéndose y saludando al viejo.
-¿Cómo
estás? -le preguntó Brianna.
-Bueno,
intento disfrutar de esto, de lo poco que me queda dirigiendo este
club. -dijo el viejo. Brianna le acarició el hombro.
-Entrenador,
tres minutos. -le avisó un árbitro a William. Goldman les deseó
suerte y subió a las gradas. William se paró delante de sus chicas.
-Lo
de siempre. Sin cambios, nuestro juego no el de ellas... -al decir
esto, Brianna se acordó de que eso mismo les había dicho Goldman
antes de su final.- Chicas, no hay presión. -dijo cuando juntaron
sus puños en el centro de un círculo para gritar el nombre del
equipo. Salieron al campo y eran conscientes de lo difícil que iba a
ser eso.
En
el equipo contrario, Palos Nuevos, eran más altas y más fuertes.
Pero las chicas Duendes Verdes eran más rápidas y controlaban mejor
el balón. No había muchas más diferencias. Las ganas eran las
mismas, el número de jugadoras también... William dirigía la
cancha, mientras Brianna tranquilizaba el banquillo. El final del
primer cuarto no fue favorable para Duendes Verdes, y el del segundo
tampoco. William las reunió en el vestuario y con la ayuda de su
pizarra les explicó los errores y como arreglarlos.
El
equipo volvió a salir al campo con las mismas ganas y la misma
intensidad. William se acercó a Brianna y sin mirarla le susurró.
-¿Algún
consejo? -le preguntó.
-No,
todo está perfecto. -le dijo Brianna. William giró la cabeza hacia
las gradas y entonces vio a todo los equipos de Duendes Verdes allí,
amigos y familia... Pero sobre todo estaban sus amigos: Ryan, Noel,
Cassandra, Eric, Kayla y Mery.- Tranquilo. -le dijo Brianna.
-Molly.
-le dijo William a su jugadora que estaba sentada en el banquillo.
Ésta se levantó y se acercó a ellos.- ¿Puedes salir?
-Claro.
-dijo ella con una sonrisa y sacándose la sudadera. Cuando dejó ver
sus brazos William se fijó en un moratón que tenía en el brazo.
Era violeta y enorme. Se dio cuenta que eso se lo había echo en las
semifinales y sonrió.
En
el tercer cuarto, las locales acortaron distancias y se pusieron a
tres puntos de Palos Nuevos. Pero en el cuarto tiempo consiguieron
empatar. Quedaban tan solo treinta segundos y ellas tenían que
anotar. Christine tenía el balón, seis números rondaban su cabeza:
ocho, tres, ocho, tres, tres, cero. No era un problema de matemáticas
que podía resolver con una simple fórmula. Tenía que resolver eso
con la cabeza, pensando en frío. Organizó el campo y colocó a sus
jugadoras. Las jugadoras con las que Christine se sentía más cómoda
estaban con ella ahora: Molly, Daphne, Sarah y Cecilia. Tantos años
jugando juntas hacían que se entendieran a la perfección.
Tres,
cuatro pases. Daphne da dos botes hacia la canasta pero retrocede. Y
el balón vuelve a sus manos. Doce segundos. Miró a sus
entrenadores, ellos estaban casi más perdidos que ella. Mentalmente
y en dos segundos planeó la jugada perfecta. Solo diez segundos. Le
pidió a Cecilia que bloqueara a su defensora, ésta lo hizo.
Christine entró en la zona, pero la defensora de Sarah apareció
delante de ella. Perfecto, pensó ella. Le dio un pase a
Sarah, que estaba colocada a cinco metros de la canasta, ésta en
cuanto recibió el balón y vio el tiempo, seis segundos, no dudó en
la acción. Tiró a canasta. El balón viajó a cámara lenta,
despacio para todos en el pabellón. Tocó el aro una, dos veces.
Pero entró. Christine sonrió ante su jugada victoriosa.
-¡Defensa!
¡Defensa! -gritó William con todas su fuerzas. Solo quedaban cinco
segundos, pero tiempo suficiente para una canasta.
Molly
defendía a la estrella del equipo, a la cual no dejó ni respirar.
Cuando recibió el balón el tiempo empezó a correr, y Molly la
agobio todavía más. Cuatro, todas bien pegadas a sus jugadoras.
Tres, Brianna aprieta la mano de William entre las suyas. Dos, el
otro equipo todavía no pasó del medio campo. Uno, la contraria le
da el balón a Molly. Cero.
El
comentarista pone una canción que cree apropiada para el momento,
mientras las jugadoras corren unas hacia las otras para abrazarse. El
público se levanta y Brianna suelta la mano de William para
abrazarlo. William por encima del hombro de Brianna visualiza una
figura que no esperaba ver allí ese día, pero no le importa. Change
your life de Little Mix suena en todo el pabellón.
Todas
abrazadas, gritan y sonríen. Incluso a alguna se le escapa alguna
lágrima. De repente, como si se leyeran los pensamientos, todas
corren a abrazar a William y a Brianna. La primera en separarse de
ese abrazo es Molly, que camina despacio hacia Harry Goldman, que
observa la escena desde una esquina. Lo abraza y el viejo sonríe.
Hacía mucho tiempo que no sonreía así.
Sólo seis, sólo seis capítulos.
Un beso.
Cris.~

me encanto !!!
ResponderEliminarMe encanta :)
ResponderEliminarMássss Novelaaaa!!!!!