Dio otra vuelta más y desistió. No podía dormir. Cansada de dar vueltas en la cama, se levantó y hizo lo que siempre hacía cuando no podía dormir. Se vistió con lo primero que encontró y salió de su casa. Hacía mucho frío y no había casi gente por las calles. Un hombre que llegaba de trabajar y caminaba hacia su casa frotándose los brazos. Una chica que esperaba a su novio en un banco. Cuando él llegó se abrazaron y se fueron caminando abrazados. Mery los miraba con envidia, ella un día fue esa chica y ahora era la mujer que paseaba sola de noche.
Caminaba
sin rumbo y pasó por delante de varios lugares que marcaron su
existencia. La pista de las vías de tren, a la que empezó a ir el
año en el que Cassandra y Noel se quedaron solos en Bugle, después
de la graduación. Ese año ella había empezado a unirse mucho a
Cassandra y más a Noel, su pareja de aquella. Después pasó por
delante del instituto. Se acordó de las mañanas que pasaba sentada
en las escaleras de la entrada, hablando mal de Brianna, a la cual
odiaba. No solo la odiaba a ella, también odiaba a Kayla, Ryan,
Cassandra e incluso a Noel, porque ellos habían hecho que su amigo
del alma, William, se hubiera alejado de ella. También recordó el
día en el que le dijo a toda la escuela que los padres de Brianna la
habían abandonado.
De
pronto, caminando por una calle que apenas visitaba y conocía, se
encontró mirando a Noel. Noel llegaba con bolsas de la compra entre
los brazos. Bajó del coche y la vio. Le sonrió y ella a él. Pero
la sonrisa de ella se borró cuando la puerta de la casa donde Noel
había dejado el coche se abrió. De ella salió una de sus hijas,
Mery no las distinguía, eran muy parecidas para ella. La niña
corrió hasta su padre y lo ayudó con las bolsas de la compra.
-No
corras con eso en la mano, Lisa. -le gritó Noel a su hija. Después
se acercó a Mery.- ¿Qué haces por aquí sola?
-Estaba
dando un paseo... -dijo ella.
-Vamos,
pasa. -le dijo señalando la puerta de su casa con la cabeza.- Hace
frío y es peligroso caminar sola por la noche. Después te llevo
casa.
-No,
Noel. De verdad... -dijo ella, dando un paso atrás.
-Mery,
no seas tonta. -insistió él.- Pasa.
Finalmente
Mery aceptó, pero en cuanto entró en la casa se arrepintió. La
casa era grande y estaba decorada con fotos y cuadros. Noel le
explicó que a Tara le encantaba sacar fotos y pintar cuadros. Había
miles de fotos de las gemelas. De cuando eran pequeñas y a medida
que iban creciendo. También había fotos de Noel.
-¿Cómo
tiene estas fotos, si no te conocía aún? -le preguntó Mery a Noel,
señalando algunas fotos de él de joven, jugando al baloncesto.
-En
realidad yo lo conocía a él, él no me conocía a mi. -dijo
apareciendo Tara. Mery la miró esperando una respuesta.- Yo era
alumna de noveno grado y acababa de llegar al instituto cuando
vosotros ibais a terminarlo. Yo era una fan, todas las chicas
estábamos loquitas por los chicos de último año. Eran como amores
imposibles para nosotras y por eso nos gustaban. Todas teníamos un
preferido y el mío era Noel... -dijo mientras él la rodeaba por los
hombros.
-¿En
serio? -preguntó Mery, atónita. Tara asintió.
-Íbamos
a ver todos vuestros partidos, fue un año maravilloso. Vuestros
partidos eran tan emocionantes e interesantes. A mi ya me gustaba
sacar fotos y trabajaba para el periódico del instituto. Era la
encargada de los equipos de baloncesto mayores. Y claro, a quién más
fotografíaba era a Noel. -explicó ella.
-No
me acuerdo de ti... -le dijo Mery, intentando hacer memoria.
-Eso
es normal. Yo no era una chica que llamara la atención. Pero yo si
que me acuerdo ligeramente de ti... -dijo con cara pensativa.- Porque
yo os saqué la foto cuando volvisteis de París y salió en el
anuario.
Entonces
Mery se acordó.
-Jane,
¿es necesario que nos saquemos una foto ahora? -se quejó Sheldon.-
Tengo unas ojeras tremendas.
-Si,
Sheldon. -le repitió Jane.
-¿Todos
juntos o una cada equipo? -preguntó Margarett.
-Primero
una de casa equipo y después una todos juntos. -dijo la pequeña con
la cámara. Era rubia, llevaba el pelo muy largo y vestía un vestido
marrón. Era Tara.
-¡El
equipo femenino! -gritó Jane para que se colocaran las chicas. Se
abrazaron por los hombros todas con todas y sonrieron a la cámara.
-Decid,
patata. -pidió la niña. Las chicas hicieron caso y gritaron
patata.- ¡Ahora los chicos! -los chicos se colocaron de la misma
manera que las chicas y sonrieron a la cámara mientras gritaban
patata.
-Venga,
ahora todos juntos. -dijo Cassandra. Las chicas se colaron entre los
chicos. Brianna al lado de William. Kayla entre Eric y Brandon.
Cassandra con Ryan. Y Mery, abrazada a Noel. Gritaron otra vez
patata. Y antes de que se fueran, la niña les pidió un favor.
-Soy
una gran seguidora de Duendes Verdes, ¿me puedo sacar una foto con
vosotros? -a los jugadores se les hinchó el pecho de orgullo y
asintieron. Tara se colocó entre Noel y Ryan y sonrió a la foto que
estaba sacando Jane.- Muchas gracias... -les dijo antes de
desaparecer con la cámara.
-Ya
me acuerdo de ti... Pero, eras muy pequeña... -dijo Mery haciendo
memoria.
-Sí,
estaba el noveno grado. -repitió ella.
-¿Y
cómo os conocisteis? -preguntó Mery.
-Bueno,
después de que tú te fueras a terminar la carrera a Tuinod,
Cassandra a Nueva York y yo me quedara solo, empecé a hacerme amigo
de un compañero de la universidad. -explicó Noel.
-Mi
hermano. -añadió ella.
-Ella
ya estaba en el último año de instituto y había crecido. Y
entonces empezamos a salir. Yo tampoco me acordaba de ella hasta que
me enseñó la foto que se había sacado con nosotros cuando volvimos
de París. -dijo Noel.
-Las
fotos son buenísimas... -admitió Mery, mirando una pared llena de
fotos de Noel jugando al baloncesto.
-Gracias...
-dijo Tara. Entonces una niña los interrumpió.
-Papá,
¿me cuentas un cuento? No me puedo dormir... -dijo la niña con su
pijama azul.
-Claro,
vamos... -dijo Noel, cogiéndola en brazos y desapareciendo con ella.
-¿Sabes?
Yo te envidio... -le dijo Mery a Tara cuando se quedaron solas.
-¿Por
qué? -preguntó ella.
-Tú
eras la chica que estaba enamorada de un chico mayor y popular del
instituto. Después de años lo conseguiste y no lo volviste a
soltar. Y yo, en cambio, salía con el chico popular del instituto. Y
lo dejé por un imbécil que a la primera de cambio me dejó él a
mi. La verdad, yo me lo merecía y tú te mereces todo esto.
-Bueno,
el parto de gemelas con veinticinco años no creas que es fácil...
-dijo ella riendo. Las dos se sentaron en el sillón.- Pero Mery, ya
encontrarás a algún hombre que te quiera de verdad. O sino,
búscalo. ¿Me vas a decir que tú no tenías un amor imposible
durante el instituto?
-Si,
era William. Mi amor imposible era imposible porque era mi mejor
amigo... -Tara se mordió el labio.
-Bueno,
creo que William ahora no está para más líos amorosos... -las dos
se rieron.
-¿Sabes?
Yo te odio. Eres perfecta. -dijo Mery.- Tiene una casa perfecta, un
marido perfecto, unas hijas encantadoras, eres simpática, dulce,
rubia...
-¿Rubia?
-pregunto ella.
-Si,
para mi ser rubia significa perfección. -aclaró Mery. Las dos se
volvieron a reír y Noel volvió para llevar a Mery a su casa.

Mery debería dejar el pasado atrás :
ResponderEliminarMássss Noveeeee!!!!!