-¡Brooke!
¿Cómo estás? -dijo dándole un abrazo e invitándola a pasar.
-Algo
cansada no he parado de trabajar en todos estos días... -dijo
tocándose la cabeza. Entonces escuchó un sonido que salía del
cuarto de baño.- ¿A que gato están matando en tu baño? -en
realidad, era Eric que estaba cantando.
-Lo
suyo es más el baloncesto. -confesó Kayla riendo.
-¿Baloncesto?
¿Cómo tú? -le preguntó Brooke, dejando su abrigo en la entrada y
pasando a la cocina.
-Si,
así nos conocimos. Gracias al baloncesto. -explicó Kayla.
-Bueno,
vine para traerte esto. -dijo dejando una carpeta encima de la mesa.
-¿Qué
es?
-Son
unas fechas para actuar en ciertos locales de aquí y alrededores...
-explicó ella.- Es para que la gente te conozca. Crearemos una
cuenta en internet y conseguiremos seguidores subiendo videos de tus
covers.
-Todo
esto es entre la semana que viene y la siguiente. -dijo ella, leyendo
los papeles. La ducha se cerró, la puerta del baño se abrió y Eric
salió del baño envuelto en una toalla y cantando.
-Hola,
Brooke... -dijo sorprendido cuando entró en la cocina. Se puso
detrás de su mujer y leyó los papeles desde su hombro.- ¿Qué es
esto?
-Unas
actuaciones en unos bares. -le explicó Kayla.
-Mira,
está Duendes Verdes en esta lista. -dijo Eric señalando el nombre
del bar.
-¿Qué
me dices? ¿Aceptas o no? -preguntó Brooke. Eric y Kayla miraron el
bolígrafo que ella había sacado de su bolsillo y después se
miraron entre ellos.
-Louis,
espera. Te estás apurando. -le dijo Brianna mientras él sacaba otra
caja de su casa.
-Te
acabo de decir que te puedo dar otra oportunidad y tú me dices que
no la quieres. ¿En qué me estoy apurando? -preguntó él metiendo
la caja en el maletero de su coche.
-En
irte así. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras. -le dijo
Brianna, siguiéndole mientras el cogía su última caja.
-El
problema es que no quiero pasar ni una segundo más aquí. Se que no
es tu culpa, ni la mía. Pero no puedo seguir viviendo debajo del
mismo techo que tú. Y esta es tu casa, siempre lo fue. -la pareja
estuvo viviendo en la casa que los padres de Brianna le habían
regalado, la casa donde creció.
-Pero,
Louis. Por favor, no te vayas así. -le pidió por última vez. Louis
cerró el maletero, con todas sus cajas dentro, y la miró.
-Pasaré
un par de días en un hotel y después vuelvo a Inglaterra, Brianna.
-al escuchar esto, Brianna bufó. Louis besó su cabeza y se montó
en el coche. Ella se quedó mirando como se iba por la carretera.
Entonces notó la presencia de alguien a su lado.
-Vamos
a dentro, hace frío... -le dijo su tía. Brianna entró y las dos se
sentaron en el sillón.- ¿Cómo te sientes?
-No
se, es extraño... Nunca había vivido nada parecido, Tía Heather.
-Lo
se, creo que nadie nunca había vivido algo parecido. -después de
decir esto, las dos se rieron.
-Me
voy a sentir sola, aquí. Es una casa muy grande. -dijo mirando las
paredes de su casa.
-Ya
viviste sola una vez, ¿por qué no dos?
-Antes
vivía con Lucy. -recordemos la perra de Brianna, la cuál había
muerto de vieja unos años atrás.
-Bueno,
creo que hoy tampoco te sentirás sola... -dijo mirando por la
ventana. Allí estaba Molly con Danniel, Lisa, Kelly y Leyda. Brianna
les sonrió y les abrió la puerta. Todos traían una pequeña
mochila.
-¿Qué
hacéis aquí? -les preguntó Brianna.
-Mamá
me dijo que iba a pasar la noche con mi madrina. -explicó Leyda.
-A
mi me dijo papá que iba a pasar la noche con mi tía. -dijo Danniel.
-Y
papá nos dijo lo mismo a nosotras. -añadió Lisa.
-A
mi, mi madre me dijo que mi prima hacía una fiesta de pijamas. -dijo
Molly. Ella y Brianna se rieron.
-Pues,
vamos a prepararlo todo. -dijo Brianna.- ¿Qué os parece si dormimos
todos en el salón? -al escuchar esto todos empezaron a saltar y
correr de alegría.- Id arriba, hay suficientes colchones para todos.
-los niños se echaron a correr escaleras arriba, y Brianna se quedó
con Molly y Heather.
-Bueno,
yo me voy y os dejo solos. -dijo Heather, cogiendo su abrigo.
-Gracias,
tía Heather. -le dijo Brianna, abrazándola.
-La
idea fue mía. -dijo Molly, interrumpiendo. Brianna se rió y la
abrazó también. Se despidieron de Heather y ayudaron a los pequeños
a bajar los colchones. Después de tirar los colchones en el salón y
mientras Brianna preparaba la cena, Molly colocó unas sábanas por
encima de los colchones a modo de cabañas.
-¿Para
qué es eso? -le preguntó Leyda.
-Para
que las hadas que viven en esta casa os deseen unos dulces sueños...
-dijo Molly, con una sonrisa de lado. Leyda sonrió y Brianna los
llamó a cenar, había hecho lasaña.
-¡Vasos
de plástico! -gritó Kelly cuando vio los vasos que su tía les
había puesto para la cena.
-Si,
¿qué les pasa? -preguntó Brianna. Vio como los niños bebían a
toda velocidad los zumos de sus vasos.
-Mira
lo que sabemos hacer, tía. -dijo Danniel. Entonces todos miraron a
Molly que se reía sentada al lado de su prima.- Canta, Molly.
-Vale,
vale... -la rubia cantó la canción mientras los pequeños jugaban
con los vasos. Les salía bastante bien a todos y Brianna sonrió en
cuanto reconoció el juego que ella misma le había enseñado a
Molly.
-¿Quién
os enseñó eso? -preguntó Brianna cuando terminaron.
-Molly.
-dijeron todos a la vez.
-Y
ella me lo enseñó a mi. -dijo Molly sonriente.
-¿Tú
sabes hacerlo, madrina? -le preguntó Leyda. Molly y Brianna se
sonrieron y cada una cogió un vaso. Cantaron la canción a la vez y
en un momento dado el juego de vasos cambió haciéndose más
complejo. Los niños quedaron fascinados al ver eso y quisieron que
ellas le enseñaran.

Me encanta Kayla y Eric!!!!!
ResponderEliminarMásss Noveeee!!!!