jueves, 13 de febrero de 2014

Fiesta de pijamas.

Mientras Kayla se vestía, Eric se duchaba. El timbre sonó y Kayla fue a abrir. Era Brooke.

Brooke! ¿Cómo estás? -dijo dándole un abrazo e invitándola a pasar.

-Algo cansada no he parado de trabajar en todos estos días... -dijo tocándose la cabeza. Entonces escuchó un sonido que salía del cuarto de baño.- ¿A que gato están matando en tu baño? -en realidad, era Eric que estaba cantando.

-Lo suyo es más el baloncesto. -confesó Kayla riendo.

-¿Baloncesto? ¿Cómo tú? -le preguntó Brooke, dejando su abrigo en la entrada y pasando a la cocina.

-Si, así nos conocimos. Gracias al baloncesto. -explicó Kayla.

-Bueno, vine para traerte esto. -dijo dejando una carpeta encima de la mesa.

-¿Qué es?

-Son unas fechas para actuar en ciertos locales de aquí y alrededores... -explicó ella.- Es para que la gente te conozca. Crearemos una cuenta en internet y conseguiremos seguidores subiendo videos de tus covers.

-Todo esto es entre la semana que viene y la siguiente. -dijo ella, leyendo los papeles. La ducha se cerró, la puerta del baño se abrió y Eric salió del baño envuelto en una toalla y cantando.

-Hola, Brooke... -dijo sorprendido cuando entró en la cocina. Se puso detrás de su mujer y leyó los papeles desde su hombro.- ¿Qué es esto?

-Unas actuaciones en unos bares. -le explicó Kayla.

-Mira, está Duendes Verdes en esta lista. -dijo Eric señalando el nombre del bar.

-¿Qué me dices? ¿Aceptas o no? -preguntó Brooke. Eric y Kayla miraron el bolígrafo que ella había sacado de su bolsillo y después se miraron entre ellos.


-Louis, espera. Te estás apurando. -le dijo Brianna mientras él sacaba otra caja de su casa.

-Te acabo de decir que te puedo dar otra oportunidad y tú me dices que no la quieres. ¿En qué me estoy apurando? -preguntó él metiendo la caja en el maletero de su coche.

-En irte así. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras. -le dijo Brianna, siguiéndole mientras el cogía su última caja.

-El problema es que no quiero pasar ni una segundo más aquí. Se que no es tu culpa, ni la mía. Pero no puedo seguir viviendo debajo del mismo techo que tú. Y esta es tu casa, siempre lo fue. -la pareja estuvo viviendo en la casa que los padres de Brianna le habían regalado, la casa donde creció.

-Pero, Louis. Por favor, no te vayas así. -le pidió por última vez. Louis cerró el maletero, con todas sus cajas dentro, y la miró.

-Pasaré un par de días en un hotel y después vuelvo a Inglaterra, Brianna. -al escuchar esto, Brianna bufó. Louis besó su cabeza y se montó en el coche. Ella se quedó mirando como se iba por la carretera. Entonces notó la presencia de alguien a su lado.

-Vamos a dentro, hace frío... -le dijo su tía. Brianna entró y las dos se sentaron en el sillón.- ¿Cómo te sientes?

-No se, es extraño... Nunca había vivido nada parecido, Tía Heather.

-Lo se, creo que nadie nunca había vivido algo parecido. -después de decir esto, las dos se rieron.

-Me voy a sentir sola, aquí. Es una casa muy grande. -dijo mirando las paredes de su casa.

-Ya viviste sola una vez, ¿por qué no dos?

-Antes vivía con Lucy. -recordemos la perra de Brianna, la cuál había muerto de vieja unos años atrás.

-Bueno, creo que hoy tampoco te sentirás sola... -dijo mirando por la ventana. Allí estaba Molly con Danniel, Lisa, Kelly y Leyda. Brianna les sonrió y les abrió la puerta. Todos traían una pequeña mochila.

-¿Qué hacéis aquí? -les preguntó Brianna.

-Mamá me dijo que iba a pasar la noche con mi madrina. -explicó Leyda.

-A mi me dijo papá que iba a pasar la noche con mi tía. -dijo Danniel.

-Y papá nos dijo lo mismo a nosotras. -añadió Lisa.

-A mi, mi madre me dijo que mi prima hacía una fiesta de pijamas. -dijo Molly. Ella y Brianna se rieron.

-Pues, vamos a prepararlo todo. -dijo Brianna.- ¿Qué os parece si dormimos todos en el salón? -al escuchar esto todos empezaron a saltar y correr de alegría.- Id arriba, hay suficientes colchones para todos. -los niños se echaron a correr escaleras arriba, y Brianna se quedó con Molly y Heather.

-Bueno, yo me voy y os dejo solos. -dijo Heather, cogiendo su abrigo.

-Gracias, tía Heather. -le dijo Brianna, abrazándola.

-La idea fue mía. -dijo Molly, interrumpiendo. Brianna se rió y la abrazó también. Se despidieron de Heather y ayudaron a los pequeños a bajar los colchones. Después de tirar los colchones en el salón y mientras Brianna preparaba la cena, Molly colocó unas sábanas por encima de los colchones a modo de cabañas.

-¿Para qué es eso? -le preguntó Leyda.

-Para que las hadas que viven en esta casa os deseen unos dulces sueños... -dijo Molly, con una sonrisa de lado. Leyda sonrió y Brianna los llamó a cenar, había hecho lasaña.

Vasos de plástico! -gritó Kelly cuando vio los vasos que su tía les había puesto para la cena.

-Si, ¿qué les pasa? -preguntó Brianna. Vio como los niños bebían a toda velocidad los zumos de sus vasos.

-Mira lo que sabemos hacer, tía. -dijo Danniel. Entonces todos miraron a Molly que se reía sentada al lado de su prima.- Canta, Molly.

-Vale, vale... -la rubia cantó la canción mientras los pequeños jugaban con los vasos. Les salía bastante bien a todos y Brianna sonrió en cuanto reconoció el juego que ella misma le había enseñado a Molly.

-¿Quién os enseñó eso? -preguntó Brianna cuando terminaron.

-Molly. -dijeron todos a la vez.

-Y ella me lo enseñó a mi. -dijo Molly sonriente.


-¿Tú sabes hacerlo, madrina? -le preguntó Leyda. Molly y Brianna se sonrieron y cada una cogió un vaso. Cantaron la canción a la vez y en un momento dado el juego de vasos cambió haciéndose más complejo. Los niños quedaron fascinados al ver eso y quisieron que ellas le enseñaran.

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